miércoles, 20 de mayo de 2009
Los sobrevivientes del Holocausto convierten sus recuerdos en arte
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Alice Lok Cahana, 80, es una frágil mujer. Su hijo la sostiene por el codo, apoyándola mientras camina. Encuentra y compra la botella de agua que ella le pide. Sostiene su bolso y su abrigo, maneja el ascensor en el vestíbulo del Teatro Gerding.
Pero una vez que ella está de pie ante su enorme obra de arte, inspirada en el Holocausto y dedicada a un joven diplomático que salvó 20.000 vidas, su voz y sus recuerdos recuperan su fuerza.
Ella pregunta, "¿Conoce Ud. la historia de Raoul Wallenberg?"
En una voz suave pero firme, Cahana entreteje la historia de Wallenberg con la suya. Él era un joven empresario que entregaba pasaportes suecos falsos a judíos, quienes los utilizaban para escapar de los Nazis. Ella tenía 15 años, una adolescente en un vagón para ganado sin agua, viendo a su abuelo degradado de manera tal que, 64 años después, este recuerdo sigue siendo tan doloroso que apenas puede describirlo.
"Había un balde en el vagón...", dice, perdiéndose en sus memorias.
* * *
Michael Z. Cahana, rabino de la Congregación Beth Israel, organizó la manera en que su madre, residente en Houston y su arte fueran parte de la conmemoración de Yom Hashoa en Pórtland, cuyo objetivo es abrir la celebración anual para que concurrieran otras personas que no fueran Judíos. El homenaje a los sobrevivientes del Holocausto se celebrará en el Teatro Gerding, un espacio público dedicado a las artes, e incluirá "A través de los ojos de mi Madre", un espectáculo realizado de acuerdo a las palabras y las melodías tradicionales de Alice Cahana y llevado a cabo por su hijo, su esposa, Ida Cantor Rae Cahana, y la pianista Janet Guggenheim.
A la hora de elegir un presentador para el evento el Rabino Cahana buscó fuera del círculo judío de Oregón. Precisamente porque las relaciones mundiales judeo-católicas han sido tensas en los últimos meses, invitó al Rev. John G. Vlazny, líder de la Arquidiócesis Católica de Pórtland, para hacer la presentación. "La conexión aquí entre nosotros en Pórtland ha sido increíble", dice Cahana. Quería que la comunidad lo viera por sí misma.
"Nuestra relación ha sido buena", dice Vlazny. Manifiesta que, tanto el rabino Emanuel Rose de la Congregación Beth Israel como el difunto Obispo Auxiliar católico Paul Waldschmidt son los responsables de sentar estas bases.
"Nosotros tenemos recuerdos que compartimos", dice, "algunos provienen de las mismas tradiciones e idioma. Por supuesto que tenemos algunas ideas diferentes, pero compartimos la misma esperanza para nuestro futuro".
Vlazny en los años de la década de 1960 era un joven seminarista, cuando visitó un campo de concentración en Alemania. Caminó a través de los campos y pudo ver los hornos en los cuales habían sido gaseados los judíos.
Vlazny dice "Fue un momento profundo en el cual el Holocausto realmente me impactó". Desde entonces es que piensa en una frase del Premio Nóbel de Literatura Elie Wiesel: "Es la memoria la que salvará a la humanidad".
Esta es la esperanza de Alice Cahana y el persistente dolor de su pérdida.
Nacida en Hungría, sobrevivió al campo de trabajo de Auschwitz/Birkenau y a la marcha de la muerte a Bergen-Belsen. Su madre, hermana, hermanos, tías, tíos y primos estuvieron entre los 6 millones de Judíos que murieron en el Holocausto. Ella y su padre, quienes escaparon a Budapest y recibieron uno de los pasaportes suecos falsos de Wallenberg, fueron los únicos sobrevivientes de una familia vigorosa y próspera.
Lucha para encontrar las palabras a fin de continuar con su historia. El rostro de su héroe, Wallenberg, quien eventualmente fue arrestado y desapareció, se presenta ante ella desde la memoria de los medios masivos de comunicación sobre el Holocausto. Las imágenes fotográficas rodean su semejanza con la de una joven mujer judía desfilando ante las puertas de Auschwitz usando un cartel que reza "Soy un cerdo", en ese lugar, dice Cahana, el mundo aprendió "un idioma que no conocía".
"El pueblo Alemán se acostumbró a ello", dice. "Ninguno dijo, 'Estamos en el siglo 20. ¿Cómo pueden hacer ésto?'"
La pregunta aún resuena en su cabeza, junto con la hacía eco dentro de su mente durante los 18 meses de su encarcelamiento: "Soy sólo un ser humano. ¿Qué pretenden de mí? ¿Qué hice de malo?".
Cahana era una impresionista abstracta influenciada por Mark Rothko cuando se encontró con los revisionistas de la historia en la década de 1970. Desde ese momento su trabajo se enfocó en el Holocausto. Una de sus pinturas se encuentra en la colección del Museo del Vaticano. Su trabajo no muestra ninguna víctima o villano específico pero evoca lo que un estudioso llama "los equivalentes visuales de la memoria".
"No puedo olvidar", dice mientras se detiene ante otra de sus pinturas. Cubierta de números, llamas y humo, toda su imaginería está organizada según los días de la semana.
"En algún lugar del mundo, era un día común", dice. "Domingo, Lunes, Martes."
"Pero no para nosotros – no en los campos."
Fuente: FUNDACION INTERNACIONAL RAOUL WALLENBERG
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