Tres dias y 61 años‏

By SARAH HONIG

Uno de los mejores libros acerca de lo que llevo a la independencia de Israel es quizas el mas improbable, menos atractivo y desorbitadamente cargado de trivialidades pequeño volumen imaginable. Fue compuesto por un hombre considerado como uno de los funcionarios particularmente sin brillo del viejo Mapai- Ze'ev Sherf.
El pinaculo de su carrera fue una breve elevacion al puesto de ministro de finanzas en 1968.
En hechos reales, sin embargo, su mas grande distincion fue haber servido como el primer secretario de gabinete de Israel, una posicion que crecio de su nombramiento en 1947 a dirigir el comite encargado de todos los preparativos practicos para la declaracion de la independencia de Israel y con el establecimiento de una administracion de trabajo lista para tomar la autoridad tan pronto como las fuerzas del mandato britanico partieran.
Sherf en efecto fue la partera burocratica del estado, llevando adelante las no heroicas pero indispensables tareas que luego son olvidadas y dadas por hecho. Como tal, Sherf poseia una acumulacion de tedioso material incidental, del tipo del caul es realmente el mas contundente y vital de todos.
En 1959 el recopilo estas minucias esotericas en un delgado libro titulado Tres Dias. Armo una lista en extraordinario detalle de cada movimiento en los tres dias que precedieron a la independencia y su culminacion fue la real declaracion en el pequeño auditorio del Museo Tel Aviv el cual previamente fue la casa del primer alcalde de la ciudad, Meir Dizengoff, en el 16 Sderot Rothschild.
Este lugar no fue una de las mas altas elecciones.
Jerusalem estaba sitiada, mientras que el Teatro Habima de Tel Aviv fue descartado precisamente porque era mas grande y podia acomodar a mas participantes. Incluso un Habima Theater was ruled out precisely because it was bigger and could accommodate more participants. Incluso un lugar un poco mas grande fue considerado indeseable por miedo que la publicidad acerca de cuando y donde el nacimiento del estado judio fuera designado para ser anunciado, eso seria una invitacion a ataques aereos egipcios. Fue, por lo tanto, aunque aconsejable mantener todo silenciosamente, hacerlo con pocos invitados honorarios y hacerlo todo en un salon minusculo (aunque el secreto fue rapidamente violado de algun modo). La invitacion (incluyendo un pedido para mantenerla confidencial) fue mimeografiada y enviada sin firmar. La declaracion misma fue colocada por salvaguarda en una boveda subterranea de un banco, para que no pudiera ser destruida por bombardeos enemigos. Solo una hora antes de la ceremonia, fue su redaccion final aprobada- despues de pequeñas objeciones sobre cada silaba y cambios de expresiones.
Una elaborada version de autoria de Moshe Sharett fue rotundamente rechazada y los debates continuaron hasta que David Ben-Gurion llevo el texto a casa, lo recorto, lo pulio y lo reescribio todo el mismo. El acepto la propuesta de Bechor Sheetrit de comenzar la declaracion destacando que era en Eretz Israel que la nacion judia estaba naciendo.

Atrapado entre los delegados religiosos que demandaban la mencion al Todopoderoso y los marxistas quienes no oirian nada de este tipo, el compromiso de Ben-Gurion fue afirmar "nuestra confianza en la Roca de Israel."

Contrariamente a las populares ideas equivocadas, la declaracion nunca muestra la palabra "democracia" y solo enumera esquematicamente las libertades "a la luz de la vision de los profetas de Israel."

Considerando la meticulosa atencion a cada matiz, esta omision no fue accidente. Ben-Gurion argumento que "esta declaracion no es constitucion", y que la tajante referencia a las libertades civiles era requerida por la Resolucion de Particion de la Asamblea General.

"Nosotros insertamos los elementos basicos demandados por la ONU", el explico a los miembros del Consejo Provisional del Pueblo (el embrionico parlamento).

Ben-Gurion tambien decreto que las fronteras del nuevo estado permanecerian inespecificadas. Nuevamente el reitero que "esta es una declaracion de independencia. Los americanos declararon la independencia sin estipular a cual territorio se aplicaria."

"Supongan," Ben-Gurion conjeturo, "los arabes lanzan una guerra contra nosotros. Si nosotros entonces desbaratamos sus planes de destruirnos y, por ejemplo, capturamos la Galilea occidental y el camino a Jerusalem, estos entonces se volverian parte del estado- asumiendo que nuestras fuerzas sean suficientes. Por que debemos obligarnos a no aferrarnos a aquello por lo cual el enemigo nos obliga a luchar?"

La preclaridad de Ben-Gurion tuvo agallas. Sangrientas batallas ya se levantaron y Gush Etzion cayo justo cuando la secretaria que tipeo la declaracion (el rollo estilo pergamino fue inscripto despues del evento) se apresuro (por propia iniciativa) a la tienda del barrio mas cercano para comprar papel azul para envolver las paginas, para vestirlas.

El recien formado estado no poseia recursos o equipamiento militar. Su poblacion de 600000 tambien comprendia a los viejos, los enfermos y los muy jovenes. El riesgo era enorme pero el espiritu y firmeza de caracter no menos colosal.

Cuan diferente es Israel a 61 años. Su poblacion se ha multiplicado mas de diez veces y su poder militar excede todo lo que Ben-Gurion podia racionalmente haber soñado.

Sherf, cuya documentacion nadie se molestara en transmitir en el cumpleaños del estado, recordo que a las 4 en punto en la fatidica tarde del viernes 61 años atras "ninguna bandera extranjera fue arriada, nuestros simbolos nacionales no fueron levantados, no fueron disparados tiros celebratorios, el ejercito no marcho, los discursos no fueron dados, en apenas 32 minutos fue declarada la libertad de la nacion subyugada por 1887 años."

Luego de la proclamacion de Ben-Gurion, fue tocado el Hatikva por la orquesta en el piso superior del edificio (no habia espacio debajo) "y mientras los sonidos descendian desde arriba, fue como si los cielos se hubiesen abierto. Todos permanecieron en silencio, inmoviles y escucharon el maravilloso himno, emanando desde un lugar invisible."
Fuente: The Jerusalem Post