viernes, 9 de septiembre de 2011

Israel no debe disculparse con Turquía

Israel no debe disculparse con TurquíaIsrael no debe disculparse con Turquía
Tal como se avizoraba, el Primer Ministro de la República de Turquía, Recep Tayyip Erdogan -un musulmán devoto convencido que Turquía debe reencontrarse con sus raíces islámicas y dejar de mirarse en el espejo de Europa y Occidente- declaró el martes 6 de septiembre, luego de la expulsión del embajador de Israel, que suspendía totalmente los lazos militares y comerciales con el Estado judío. Sin embargo, según el Wall Street Journal, un portavoz de Erdogan dijo que el Primer Ministro se refería en sus declaraciones sólo al comercio de bienes de defensa y no al comercio en general. “Este proceso será seguido por diferentes medidas”, les dijo Erdogan a los periodistas en Ankara. Al respecto, el anuncio en 2009 de que tropas turcas estaban entrenado a militares sirios, fue premonitorio. Las maniobras militares “Anatolia Tagle”, previstas para lunes 12 de octubre de ese año en las que también se esperaba la participación de fuerzas de OTAN y EEUU., fueron indefinidamente postergadas producto de la intención de Ankara de excluir a Israel. Esos ejercicios implicaban la prueba de los sistemas aéreos de defensa y de reposición en vuelo, así como la planificación de movimientos en el espacio turco fronterizo con Irán, Siria e Irak.
La excusa de Turquía para precipitar un resquebrajamiento en su relación con Israel, fue porque éste último se negó a disculparse por el ataque que llevó a cabo contra la nave turca que integraba la presunta flotilla de ayuda humanitaria que pretendió romper el bloqueo de Gaza impuesto oportunamente por Israel para evitar el contrabando de armas destinadas al movimiento terrorista Hamas. El Estado judío ha expresado su pesar por la pérdida de vidas, pero sigue siendo inflexible en su tesitura de no publicar ninguna disculpa oficial por la operación naval.
Cabe recordar que cuando en mayo de 2010 efectivos de la Fuerza Naval israelí, al intentar abordar desde helicópteros “Iansuf”, (Búho) el navío de bandera turca “Mavi Marmara” para su inspección, fueron emboscados y brutalmente agredidos con barras metálicas, cachiporras y cuchillos por los miembros de la organización Insani Yardim Vakfi (IHH) ligada a Hamas, mezclados con los “pacifistas” que componían la nutrida delegación de activistas pro-palestinos. Como consecuencia de esa acción de legítima defensa, fueron ultimados nueve miembros del IHH y heridos varios soldados israelíes.
El día 2 del corriente mes, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon recibió el informe Palmer -que adoptó- elaborado por un grupo independiente de investigación que examinó el incidente de mayo de 2010. El reporte, suministrado por un panel de cuatro miembros, encabezado por Geoffrey Palmer, el ex Primer Ministro de Nueva Zelanda, Álvaro Uribe, ex Presidente colombiano y Joseph Ciechanover y Özdem Sanberk, representantes de Israel y Turquía respectivamente, confirmó la legalidad del bloqueo naval de Israel a Gaza, y el derecho del mismo a aplicarlo, incluso en aguas internacionales. En la pagina 105 del informe, la comisión de la ONU estableció que el asalto israelí "cumplió con los requerimientos del Derecho Internacional", ya que en su abordaje los militares recurrieron a la fuerza para protegerse de la "violenta y organizada resistencia" pero considera que el uso de la fuerza fue "excesivo" y "poco razonable", que la pérdida de vidas es "inaceptable", y que el trato dado a los pasajeros por los militares israelíes fue "abusivo”. Al Panel Especial le fue presentado pruebas de las reiteradas advertencias que le dio la Marina israelí al Mavi Marmara con respecto a su intención de abordarlo. Israel, que ha prohibido y parado a muchas embarcaciones en su camino a la Franja de Gaza, sin causar víctimas, estima que el Panel no le dio la suficiente importancia a las limitaciones operativas que determinan la forma y el momento del embarque al buque y de la necesidad operacional de dar un golpe en forma especial con el fin de minimizar las posibilidades de resistencia a bordo. No explicaron los investigadores, qué harían ellos en lugar de los soldados israelíes que abordaron el navío turco sin armas letales ni intención de causar ningún daño y debieron usar sus pistolas como medida extrema para proteger sus vidas.
Erdogan, quien describió el ataque al “Mavi Marmara” como un "salvajismo" y acusó a Israel de actuar como un "niño mimado" en la región, rechazó el informe Palmer por sesgado y dijo que el embajador de Israel y otros diplomáticos, tienen plazo hasta el miércoles 7 de septiembre para abandonar el país. De manera desafiante, señaló también que Turquía podría intensificar sus patrullas navales en el Mediterráneo oriental:"El Mediterráneo Oriental no es un lugar extraño para nosotros, nuestros barcos se verán mucho más frecuentemente en esas aguas." Turquía ya ha anunciado que no se echará atrás en su demanda de una disculpa y dijo que buscaría un recurso legal contra Israel con la Corte Internacional de Justicia. Resulta significativo que Erdogan no acuda a esa instancia para denunciar a sus ex aliados Siria y Libia, responsables entre otros países musulmanes, de atrocidades contra sus pueblos. Precisamente del país africano recibió Primer Ministro turco, el grotesco “Premio Internacional para los Derechos Humanos Muammar el Gadafi”.
Con anterioridad, la guerra que enfrentó a Israel con el grupo terrorista Hamas en Gaza de 2008-2009, desenmascaró a Erdogan, quien como primer ministro de Turquía declaró: “Israel se autodestruirá, será maldito por las lágrimas de las madres y Alá lo castigará antes o después”. Las virulentas críticas al Estado hebreo, incluyeron difamaciones y calumnias, impropias de un país que mantenía hasta ese momento, excelentes relaciones militares, políticas y comerciales. Erdogan, quien apoya además de Irán a los movimientos terroristas Hezbollah y Hamas en Líbano y Gaza respectivamente, es un violador consuetudinario de los derechos humanos denunciado por Amnistía Internacional por su persecución a los Kurdos. Recep Tayyip Erdogan ha demostrado fehacientemente su acercamiento a las posiciones más radicalizadas del islamismo. En su pretensión de jugar un rol hegemónico en Medio Oriente, pretende humillar a Israel, extorsionándolo para que pida disculpas por un incidente casi menor que él mismo alentó. Turquía, a casi un siglo del terrible genocidio que perpetró contra el pueblo armenio, en el que fueron asesinados cerca de 1.500.000 hombres, mujeres y niños, reconocido hasta la fecha, oficialmente, por sólo veintidós Estados, jamás reconoció lo que fue el primer Holocausto de la historia, ni se disculpó por ello.
Rubén Kaplan
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