miércoles, 18 de enero de 2012

LOS DESPOJOS PERTENECEN AL VENCEDOR?

Por ALEX RYVCHIN
A traves de la historia, las naciones y entidades politicas que han librado la guerra y la han perdido han enfrentado desastrosas consecuencias. La perdida de legitimidad politica, desmilitarizacion aplicada y culpa de la guerra son impuestas para castigar a los beligerantes por la destruccion que han traido. No solo esto es moralmente correcto, es esencial para reprimir el apetito interminable del hombre por la destruccion y amor por ajustar cuentas antiguas. Los palestinos se han parado del lado equivocado de la historia desde la IIª Guerra Mundial hasta la Guerra de Gaza de 2008-2009. Pero ellos son el unico pueblo que ha evitado tales consecuencias. Hoy, ellos gozan de igual postura que Isreal en las negociaciones de posguerra, comandan las simpatias de la comunidad internacional y han echado la culpa de sus guerras fallidas, proyectandose exitosamente como refugiados y victimas de acontecimientos completamente de su propia hechura.
Si bien el rol de los palestinos en el ciclo de la guerra y terrorismo desde 1948 es bien conocido, el rol de los arabes palestinos en la IIª Guerra Mundial lo es menos. Llevado por la creencia que 'el enemigo de mi enemigo es mi amigo' y aprovechando la oportunidad de importar el Holocausto a Palestina para promover las aspiraciones nacionalistas arabes, el entonces jefe del Consejo Supremo Musulman de Palestina, Haj Amin Al-Husseini fue un importante aliado del Eje y ayudo materialmente a la destruccion de los judios europeos. No solo Al-Husseini recluto a soldados musulmanes para servir en la Waffen-SS y combatir a los rusos en el Frente Oriental, su intervencion personal y relacion con el criminal de guerra del Holocausto, Adolf Eichmann aseguro que miles de niños hungaros judios que iban a tener permitido huir de las garras de los nazis fueran redirigidos y enviados a las camaras de gas de Polonia.
Al-Husseini es aun reverenciado como un heroe palestino y, en la epoca de sus acciones, gozo del amplio apoyo tanto de la elite politica como del publico. El debio haber sufrido el mismo destino que sus compañeros colaboradores nazis - un juicio por crimenes de guerra o ser colgado ceremoniosamente en una plaza publica. El movimiento nacional palestino debio haber seguido el mismo camino que otros movimientos nacionalistas chauvinistas que arrojaron su suerte con los nazis. En cambio, Al-Husseini establecio la tendencia para la futura accion arabe frente a los judios e Israel - brutalidad increible y colaboracion con regimenes asesinos sin una gota de culpa, oposicion popular o impacto sobre sus aspiraciones nacionales.
De hecho, las negociaciones de Camp David del 2000 demostraron cuan poco daño las guerras y alianzas de los palestinos habian hecho a la credibilidad de su causa, o siquiera a su posicion de negociacion. Extrañamente, fue Israel la que hizo extraordinarias concesiones y fueron los palestinos vencidos, los que respaldaron a los nazis y desataron repetidamente guerras y las perdieron, los que fueron libres de rechazar un acuerdo justo y alejarse sin comentarios o contraofertar y reanudar la guerra.
Israel continua esperando por el surgimiento de un socio de paz genuino con el cual negociar un acuerdo final; uno dispuesto a aceptar la legitimidad del estado judio y capaz de hablar en nombre de todos los palestinos. Pero, con el fracaso del bilateralismo, las victorias militares de Israel en guerras defensivas le dan un derecho moral (y de hecho un deber) de establecer unilateralmente sus fronteras para evitar asi que recaiga mas daño sobre su pueblo. Para tomar prestadas las palabras del historiador Martin Van Creveld, “la retirada puede bien tener que ser llevada a cabo unilateralmente y la otra parte que se jorobe."
En cambio, Israel ha seguido una doctrina de apaciguamiento, esperando que el reconocimiento de las aspiraciones nacionales palestinas sean saludadas con un reconocimiento reciproco de un estado judio. Pero esta politica no ha llegado a nada. Los palestinos han ofrecido solo el reconocimiento en gran parte insignificante del derecho de Israel a existir– pero no a existir como un estado judio, y el unico cambio marcado en su posicion es para favorecer una destruccion gradual de Israel inundando al estado judio con refugiados palestinos en vez de buscar destruir al Israel de frente, a traves de la guerra. El apaciguamiento israeli tambien ha significado que si bien el derecho palestino a alguna parte de la Palestina historica es base comun, el derecho judio a la tierra esta en disputa, significando que la posicion palestina, a pesar de sus sucesivas agresiones y derrotas militares, es comparativamente mas fuerte.
Dar a los palestinos paridad en el status negociador tiene un efecto adicional. Tratando al beligerante como su igual, Israel ha borrado tacitamente la culpabilidad palestina por librar la guerra y el terror. Si las partes gozan de igualdad en las negociaciones posteriores a la guerra, sigue que ellas deben haber sido igualmente culpables por la guerra. Una falacia engendrada de le elevacion por parte de Israel de los palestinos de ser belicistas a socios de la paz, de beligerantes a merecedores.
Una y otra vez los palestinos se han posicionado con tiranos y con agresores. Pero, destacablemente, la causa del nacionalismo palestino no ha sufrido. Hoy, los palestinos ocupan la posicion sin precedentes de igual posicion en las negociaciones con el estado que intentaron y fracasaron en destruir. Perversamente, son los palestinos los que han tomado el camino del unilateralismo y buscan imponer un acuerdo sobre el pueblo de Israel, el que ha estado hombro a hombro con las potencias aliadas en ambas guerras mundiales y sobrevivio a tres guerras de aniquilacion. Quizas lo peor de todo, este el mas retorcido de los resultados ha sido alimentado por la politica israeli de apaciguamiento, y una reticencia a quitarse los grilletes de la tergiversada opinion mundial y a tomar los pasos unilaterales necesarios para preservar el futuro de Israel como el hogar seguro y viable del pueblo judio.

El autor es un abogado radicado en Londres y el fundador de El Pensador Judio, una organizacion sin fines de lucro que promueve la discusion y conscientizacion de temas que afectan la vida judia.
Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Traducido por Luisa Kasvin para el blog de OSA Filial Cordoba

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