domingo, 8 de enero de 2012

Masiva manifestación contra la exclusión de mujeres

El rechazo a la intolerancia de los ultra ortodoxos, que exigen la segregación de los sexos en autobuses y veredas, convocó a miles de manifestantes luego de que una niña de ocho años fue escupida por un haredí, que la interceptó cuando iba a su escuela y la insultó por no estar vestida con "suficiente recato".

Munidos de carteles con leyendas tales como "Liberar a Israel de la coerción religiosa", "Israel no se convertirá en Irán" y "La mayoría ya no es más silenciosa", miles de israelíes se congregaron para protestar contra la creciente exigencia, por parte de extremistas ultra ortodoxos, de excluir a las mujeres de la esfera pública. Estos incidentes sólo muestran la punta de un gran iceberg que se extiende paulatinamente por todo Israel.

La manifestación se llevó a cabo el martes 27 de diciembre en las inmediaciones de la escuela para niñas Orot, en Beit Shemesh, a la que asiste Na'ama Margolese, la nena agredida por un haredí. Luego de la difusión en TV del caso y la marcha contra la intolerancia de los ultra ortodoxos, la localidad se convirtió en un símbolo de la lucha contra el extremismo. Cabe consignar que la protesta no pudo hacerse frente a la escuela, tal como estaba previsto originalmente, debido a las amenazas de los religiosos.
Entre las mujeres que tomaron la palabra, se destacaron los discursos de la jefa de la oposición Tzipi Livni; la líder de Avodá, Shelly Yacimovich; la ministra de Cultura y Deporte, Limor Livnat; y la diputada del Likud Miri Reguev.

Livni advirtió que "un cambio oscuro se está maquinando aquí, por aquellos que no piensan que las mujeres somos iguales". También llamó a Benjamín Netanyahu a “no tener miedo y a acabar con este tipo de enfrentamientos en los cuales las mujeres son perseguidas y humilladas por individuos que no reconocen las leyes del Estado”.
La ministra Livnat añadió que "la exclusión de las mujeres es un crimen atroz. Debemos combatir con todo lo que tenemos". La diputada Reguev, por su parte, subrayó que: "Beit Shemesh se convirtió en el símbolo de una ciudad secular que se ha vuelto ultra ortodoxa. Este es un país judío, pero no podemos permitir la coerción religiosa o la segregación en las ciudades de población mixta. Cada uno debe poder hacer su propia elección”.

A nivel oficial, mientras Netanyahu instó a los rabinos moderados a que se pronuncien contra los excesos religiosos; el ministro del Interior, Eli Yshai, del ultra ortodoxo Shas, puso en evidencia las contradicciones de la coalición gobernante, y no tuvo reparos en afirmar que “en los equipos de fútbol también hay segregación y nadie protesta”.
La contradictoria postura oficial se volvió a manifestar dos días después de la marcha, cuando la pequeña Na'ama regresó a la escuela al término del receso de Jánuca. Escoltada por su madre, la niña fue recibida cálidamente por el Ministro de Educación Gideon Sa'ar, junto a miembros del Comité de Estatus de las Mujeres de la Knesset.

Continúan agresiones pese a advertencia oficial
A sólo días del preocupante episodio de Beit Shemesh, y a pesar de que tanto Yitzhak Aharonovitch, ministro de Seguridad Interna de Israel, como el fiscal estatal, Moshe Lador, advirtieran que no tolerarán la exclusión de mujeres en la esfera pública ni actos de violencia hacia ellas, se produjo en Jerusalén un episodio de tenor similar.
Shlomo Fuchs, un religioso ultra ortodoxo fue detenido por increpar con insultos sexistas a Doron Matalon, una soldado que se negó a sentarse en la parte trasera de un colectivo Egged que viajaba del barrio Neve Yaakov a la base del Comando Central de Jerusalén.

Luego de que Matalon se acercase a la parte delantera del micro para pagar, Fuchs le dijo al conductor que “una mujer no debería pasar al frente”. Luego demandó que volviera a la parte trasera del coche. Matalon explicó que en ese momento Fuchs la acosó e insultó, y que gracias a que los empleados de la compañía de transporte no permitieron que Fuchs se bajara hasta que llegara la policía, el haredí fue arrestado. Durante su interrogatorio, Fuchs admitió haber agredido a la soldado porque, según explicó, “el insulto fue una respuesta adecuada a su conducta provocativa”.
nueva Sion

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