Se trata de algo que ocurre cada vez en los últimos años. Un mensajero ingresa al portón de la embajada de Israel en Berlín y entrega una carta de un ciudadano alemán anciano que falleció y decidió aportar su fortuna al Estado de Israel.
En la embajada estiman que, en gran parte de los casos, se trata de gente para quien el pasado sombrío de Alemania golpea en sus conciencias.
Es un fenómeno que tiene lugar desde hace varios años y aumenta a medida que pasa el tiempo y llegó, en el último año, a su punto record. Aproximadamente cada mes llega un mensajero a las puertas de la embajada israelí en Alemania. Entrega a los empleados una carta certificada de algún ciudadano alemán anciano fallecido anunciando, con la firma de un escribano, su decisión de legar su dinero, su casa o sus joyas al Estado de Israel. En algunos casos fueron aportados también lingotes de oro.
El número de aportes se resume en alrededor de 200, todas personas entre 80 y 100 años. La cifra mayor recibida, hasta el momento, es de seis millones de shekalim. “Suponemos que la conciencia de esa gente los agobia a causa de la aniquilación masiva de los judíos y al final de sus vidas deciden entregar sus bienes a Israel a modo de reparación”, dijeron en la embajada. En parte de los casos, el aportante anticipa su decisión. A veces se la conoce solo después de abrir el testamento. La investigación de los casos demuestra que parte de los donantes son fieles cristianos para quienes la decisión de entregar su dinero se explica por motivos religiosos a la Tierra Santa. En el listado aparecen también algunos judíos.
Fuente: Departamento de Informacion