Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
20/7/12
por David Feith

Para que son las Olimpiadas? Impresionantes muestras de capacidad fisica, principalmente, pero con un gran ayuda de la politica—desde la mera globalizacion de los kumbaya a los notorios encubrimientos del nazismo y el comunismo. En rara ocasion, sin embargo, los Juegos inspiran muestras de sonoro juicio politico. El primer medallista de este año en esa categoria es el presentador de television Bob Costas.
El veterano de la NBC ha revelado que su transmision de la ceremonia de apertura del 27 de julio incluira un minuto de silencio para los 11 olimpicos israelies asesinados por terroristas palestinos en los Juegos de Munich 40 años atras—un minuto de silencio que el Comite Olimpico Internacional se he negado a arreglar por su cuenta. El Sr. Costas explico a la revista Hollywood Reporter: "Yo tengo la intencion de destacar que el COI se nego al pedido. Muchas personas encuentran esa negativa insensible mas que desconcertante." Entonces el dira a los espectadores "aqui hay un minuto de silencio ahora mismo." A juzgar por la ceremonia del 2008, 35 millones de americanos podrian estar observando.
El Sr. Costas esta dificilmente solo en encontrar dignos de conmemoracion los asesinatos de Munich. Otros que se han expresado incluyen al Presidente Barack Obama ("absolutamente," dijo el jueves la Casa Blanca), todos los senadores americanos, todo parlamentario australiano y canadiense, el ministro del exterior de Alemania y unos 100000 solicitantes online. Pero ninguno ha conmovido al COI de su negativa de decadas—y ninguno tiene la oportunidad del Sr. Costas de imponer un minuto de silencio no oficial pero casi de alto perfil en forma unica.
El COI, por su parte, discute que esta simplemente sosteniendo la tradicion olimpica. "Las familias [de los atletas masacrados] estuvieron diciendo repetidamente durante mucho tiempo al Presidente del COI, Juan Samaranch, que el movimiento olimpico evitaba los temas politicos", escribio la historiadora Deborah Lipstadt en la revista Tablet esta semana. "EL parecio haber olvidado que en la ceremonia de apertura de 1996 el hablo acerca de la guerra bosnia. La politica estuvo tambien presente en los juegos del 2002, los cuales abrieron con un minuto de silencio por las victimas del 11/S." Y el 11/S, aunque ciertamente es digno de conmemoracion, no involucro el asesinato de atletas olimpicos en sus habitaciones de hotel de la Villa Olimpica.
Sin dudas, el COI esta sosteniendo la tradicion al tratar la masacre de Munich como una molestia leve que es mejor olvidar. Esta tradicion se remonta al dia del ataque, cuando los funcionarios acordaron suspender la competencia solo despues de una queja internacional, casi 12 horas despues que los israelies fueron asesinados o tomados como rehenes. "Los Juegos deben continuar," dijo Avery Brundage, Presidente del COI al dia siguiente, y las banderas de los paises no fueron izadas a media asta debido a que 10 naciones arabes lo habian objetado. Desde entonces, el caso contra un minuto de silencio se ha basado en gran medida en los miedos a un boicot arabe. (Casualmente, el COI incluye a un israeli que argumenta en contra de un momento de silencio precisamente sobre esas bases.)
El ataque en Munich fue un acontecimiento mediatico sin precedentes—probablemente mas aun que lo que podrian haber soñado incluso sus perpetradores, ya que se desarrollo durante casi 24 horas en vivo en television. Termino con las palabras ahora famosas de Jim McKay de noticias ABC: "Nuestros peores miedos han sido realizados esta noche. Ellos ahora han dicho que habia 11 rehenes—dos fueron asesinados en sus habitaciones ayer a la mañana, nueve fueron asesinados en el aeropuerto esta noche. Todos ellos se han ido."
Antes de su muerte en el año 2008, McKay hablo frecuentemente acerca de Munich, a veces junto a los parientes de los atletas masacrados. ("Ese dia fue el fin de la inocencia en el deporte," escribio el en el año 2002.) Ahora Bob Costas levanta la admirable tradicion de McKay—ante decenas de millones de televidentes.