lunes, 30 de julio de 2012

La falacia siria


La falacia siria

Tras el atentado contra la sede de la Seguridad Nacional en Damasco, en la que han muerto el ministro de defensa sirio, Daud Rajha; el viceministro y cuñado del presidente, Bachar al Assad, Assef Shawkat, y el general Hasan Turkmani, ex ministro de Defensa y ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, entre otros, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que retrase la votación prevista para la tarde del miércoles en busca de una resolución a la crisis siria. La petición de Annan manifiesta tener claro que la opción de una salida diplomática a la crisis es imposible de alcanzar a estas alturas y por ello ha llevado conversaciones en privado con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para adoptar medidas contundentes. El objetivo es lograr que se frene la abierta guerra sectaria que se ha disparado en Siria si se desea acabar con la carnicería que el régimen decidió implementar con crímenes de lesa humanidad contra el pueblo. Es muy posible que a pesar de Rusia y China, haya sorpresas en el Consejo de Seguridad cuando se trate este asunto, las implicaciones no serán pocas en el mapa regional. La vulnerabilidad y la rápida descomposición del régimen se están dejando ver en las últimas semanas y mas allá de la huida hacia delante del presidente Asad y de su decisión de aplastar a sangre y fuego a sus opositores, cada hora que transcurre aumenta el interrogante de hasta cuándo podrá resistir el régimen baazista en la mentira que encarnó en Oriente Medio durante 40 años.
El pueblo sirio ya no acepta la falacia de la familia Asad y está pagando un alto precio por enfrentarse a ellos. La ONU, la UE y la comunidad internacional deberán mover ficha y enviar un mensaje claro para que la opinión pública conozca de qué lado están y si continúan favoreciendo la inequidad, la injusticia y el crimen. Cualquiera que sea el resultado y el final de la era de su dinastía, Asad y su Gobierno ya son perdedores, por lo que someterlos a los estrados judiciales en la Corte Penal Internacional debería ser su futuro, si es que la comunidad internacional no ha perdido el rumbo y su razón de ser en sus posiciones sobre la libertad, los derechos humanos y la democracia.