viernes, 27 de julio de 2012

Devarim(Deuteronomio 1:1-3:22)



Un Buen Comienzo

En la parashá Devarim, Moisés presenta una recapitulación de los 40 años en el desierto.
Moisés recuerda el malogrado incidente de los 12 espías que, luego de espiar la Tierra de Israel, le advirtieron a los judíos no entrar en ella. Moisés enfatiza que cuando el pueblo se le acercó con la sugerencia de enviar espías, lo hicieron de forma desorganizada, empujándose y amontonándose. Todo comenzó de forma incorrecta. Y nosotros también sabemos que terminó aún peor – causando una gran demora en la entrada del pueblo judío a la Tierra de Israel.
Se cuenta una historia sobre Rav Jaim Volozhiner quien se acercó al renombrado Gaón de Vilna, con una innovadora idea a fin de beneficiar al pueblo judío, y con gran entusiasmo le explicó su nuevo proyecto. Pero el Gaón de Vilna rechazó el proyecto argumentando que no era una buena idea.
Sin inmutarse, Rabi Jaim volvió unos días más tarde y nuevamente con gran entusiasmo y animación explicó nuevamente su proyecto. Pero otra vez el Gaón de Vilna dijo que no era buena idea.
Luego de unos meses, después de haber pensado un poco más, Rav Jaim decidió intentarlo una vez más. En esta oportunidad el Gaón de Vilna lo aprobó con absoluto consentimiento. Él explicó: “Cuando comienzas un nuevo proyecto, fíjate que no estés impulsado por un entusiasmo descontrolado. Eso es un signo de que la idea es impulsiva y no ha madurado lo suficiente”.
Esto representa también un buen principio para la educación. Digamos que tu hija viene corriendo hacia ti y te dice: “¡Papi, Papi, quiero aprender a tocar el órgano! Vamos a comprar uno nuevo órgano, ¡ahora!”. Todos lo hemos experimentado anteriormente, luego de disminuir el entusiasmo inicial, el órgano queda olvidado en el fondo del armario llenándose de polvo. Es mejor que el padre diga: “Esperemos unas semanitas, cariño. Si entonces continúas emocionada con el órgano lo hablamos. Mientras tanto, puedes pedir uno prestado para ver cuánto te gusta”.
Es un buen principio para nuestra vida. Como aprendemos de los espías: la actitud inicial puede afectar el resultado final.