El Consejo Representante de Instituciones Judías de Francia (CRIF por sus siglas en francés) calificó como un acto “antisemita” la decisión tomada por el Comité Olímpico Internacional (COI) de negarse a rendir un minuto de silencio en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres a los atletas israelíes asesinados en las olimpiadas de Munich del ’72.
Así lo transmitió el presidente del consejo Richard Prasquier, quien en su tradicional columna advirtió que “el CRIF considera que el hecho de que las víctimas (de Munich) eran israelíes fue un elemento clave para que los líderes del COI decidieran no rendirles homenaje”.
Prasquier lamentó que la decisión asumida por el presidente del COI, Jacques Rogge, de rechazar el solemne minuto de silencio pedido por los familiares de las víctimas de los atletas asesinados en Munich, haya contado con “el apoyo de muchos países democrático”.
“Esta es la peor forma de llevar la política a los Juegos Olímpicos, a través de antisemitismo”, remató el líder de la comunidad judía francesa.
Para el dirigente comunitario, Rogge pensó que con “un minuto de silencio a los apuros durante su visita la Villa Olímpica era suficiente para recordar la memoria del peor de los casos que se produjo después de la guerra durante los Juegos Olímpicos”.
"’No traiga la política a los Juegos Olímpicos’, había dicho Rogge. Como si para conmemorar el asesinato de los atletas fue un acto político”, protestó Prasquier.
En contraposición a lo sostenidos por el presidente del COI, el dirigente comunitario se sirvió de datos aportados por la historiadora Deborah Lipstadt, quien recordó que el predecesor de Rogge, Juan Samaranch, se refirió a la guerra de Bosnia en la inauguración de los Juegos de 1996 y en 2002, se realizó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del 11/9.
“Ninguno de estos eventos tuvo lugar durante los Juegos”, añadió Prasquier.
El presidente del CRIF consideró que la negativa de Rogge se ajusta a la tradición de Avery Brundage, presidente del COI, en 1972, y su famosa frase de que "los juegos debían continuar”.
Así lo transmitió el presidente del consejo Richard Prasquier, quien en su tradicional columna advirtió que “el CRIF considera que el hecho de que las víctimas (de Munich) eran israelíes fue un elemento clave para que los líderes del COI decidieran no rendirles homenaje”.
Prasquier lamentó que la decisión asumida por el presidente del COI, Jacques Rogge, de rechazar el solemne minuto de silencio pedido por los familiares de las víctimas de los atletas asesinados en Munich, haya contado con “el apoyo de muchos países democrático”.
“Esta es la peor forma de llevar la política a los Juegos Olímpicos, a través de antisemitismo”, remató el líder de la comunidad judía francesa.
Para el dirigente comunitario, Rogge pensó que con “un minuto de silencio a los apuros durante su visita la Villa Olímpica era suficiente para recordar la memoria del peor de los casos que se produjo después de la guerra durante los Juegos Olímpicos”.
"’No traiga la política a los Juegos Olímpicos’, había dicho Rogge. Como si para conmemorar el asesinato de los atletas fue un acto político”, protestó Prasquier.
En contraposición a lo sostenidos por el presidente del COI, el dirigente comunitario se sirvió de datos aportados por la historiadora Deborah Lipstadt, quien recordó que el predecesor de Rogge, Juan Samaranch, se refirió a la guerra de Bosnia en la inauguración de los Juegos de 1996 y en 2002, se realizó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del 11/9.
“Ninguno de estos eventos tuvo lugar durante los Juegos”, añadió Prasquier.
El presidente del CRIF consideró que la negativa de Rogge se ajusta a la tradición de Avery Brundage, presidente del COI, en 1972, y su famosa frase de que "los juegos debían continuar”.