domingo, 10 de mayo de 2009

Cantando alabanzas a Israel en el exterior‏

By HERB KEINON Como cantar las alabanzas a Israel en una tierra extraña, para parafrasear el bien conocido salmo, vino a mi mente mientras celebrabamos Yom HaShoah, Yom Hazikaron y Yom Ha'atzmaut este año no en Israel, el lugar natural para su conmemoracion, sino en los EEUU.
"No vas a estar aqui para Yom Hashoah," mi hijo menor me dijo unas pocas semanas atras cuando les dije que me iba al exterior por un par de semanas. "Que vas a hacer con la sirena? Tocan la sirena en EEUU?"
"No," conteste. "Ellos no hacen sonar la sirena en EEUU."

Lo que me hizo pensar acerca de como mis hijos han crecido en forma tan diferente a mi, y como ellos crecieron creyendo que el orden natural de las cosas era que una sirena suene a traves de todo el pais para recordar a 6 millones de judios, o conmemorar el sacrificio de unos 22000 jaialim. Eso, realmente, era una de mis metas cuando me mude aqui hace 27 años atras- hacer que mis hijos se criaran para que el "tema judio" fuera realmente el orden natural del universo. En eso, al menos, tuvimos exito.

Unos 12 veranos atras, cuando mi hijo mayor tenia solo ocho, pasamos un par de semanas en Denver. Un tormentoso viernes por la noche una sirena sono, y mi hijo- como aprendio en la escuela- se levanto de la mesa y se paro en posicion de atencion, no dandose cuenta que esta sirena no tenia nada que ver con el Holocausto o las guerras de Israel, sino solo con una advertencia de tornado. Mientras todos se iban al sotano, el se paro con su cabeza levemente inclinada, los brazos a su lado. Es todo lo que estas acostumbrado.

Veintisiete años no es un periodo de tiempo insustancial en mi vida, ni en la vida de este pais, y es el tiempo que he estado aqui- primero como turista/estudiante universitario, luego como bajur yeshiva (estudiante de yeshiva), empleado, esposo, propietario, soldado, padre de soldado. Aunque a menudo sigo sintiendome como un extranjero, pero es mas una falla mia que una que pueda colocar en la puerta de este pais.

Efectivamente, en aquellos dias de retrospectivas escritas acerca de Israel, muchas de las fallas que nosotros lanzamos sobre el estado son realmente solo nuestras propias imperfecciones. El estado es un espejo de aquellos que lo fabrican: si el estado es superficial, sin timon, cinico, es un reflejo de nosotros. Si el pais es fuerte, resistente, vivo, eso tambien, es un reflejo de nosotros.

Mis roles han cambiado durante mis años aqui, tanto como mi vision de mi tierra adoptiva. Efectivamente, mi vision del pais ha cambiado asi como mis roles han cambiado.

He pasado de un turista de ojos asombrados empapado con cada caminata, a un cansado viajante arrastrando a los chicos a caminatas porque estimo que es la cosa paternalmente israeli a hacer.

Pase de un espiritualmente sediento estudiante de yeshiva que amaba vagar por las callejuelas de Mea She'arim, a un impaciente consumidor que va a las abarrotadas calles de ese barrio haredi (ultraortodoxo) con mucha reticencia y solo para comprar ciertas cosas mas baratas, el lugar ya no tiene mas atractivo para mi.

He pasado de un extremadamente romantico idealista viendo los valores de los pioneros realizados al reclamar las vacias colinas en Judea y creyendo que ellas realmente podrian ser una forma de hacer funcionar las cosas sin los palestinos, al templado pragmatismo que no ve forma de sostener benignamente aquellas colinas, aunque lo suficientemente realista para entender que rendirlas creara tantos problemas como quedarse alli.

Las diferentes formas en que he visto el pais, los diferentes caminos que ha parecido para mi, son tanto un resultado de cambios que he sufrido como el resultado de los cambios que han tenido lugar dentro del pais mismo. Yo he madurado, ganado alguna experiencia, perdido algo de exuberancia, convertido en mucho mas cinico y, como resultado, observado al pais diferentemente.

Pero ciertas cosas han permanecido constantes. Yo sigo conmovido observando a los soldados prestando juramento en el Kotel, y me lleno de orgullo por actos de valor israeli- sean militares heroicos, logros atleticos o incluso informes de noticias mundanas de jovenes chicos tecnologicos desbaratando celulas terroristas en internet.

Seguro, el pais en que vivimos ahora no es el mismo al que yo llegue hace mas de medio siglo- es menos idealista, menos un colectivo, menos materialista. Pero asi soy yo tambien.

Es tambien mas eficiente, mas suave alrededor de los bordes, no tan rudo o tan descarado. Como lo soy ahora tambien.

Nosotros hemos cambiado, tanto el pais como yo. No necesariamente para mejor, o para peor, sino cambiado: volviendonos mas grandes, educados, enfrentamos mas desafios, hemos tomado decisiones, algunas elecciones correctas y otras equivocadas.

Mucho ha sido escrito en las ultimas semanas acerca de un pais a la deriva, uno que no vive de acuerdo a su promesa inicial. Por favor, la promesa inicial era irrealista, sobre idealizada.

Nosotros enfrentamos una amarga y a menudo cruel realidad aqui- una realidad que nos fuerza a veces a comprometer algunos de nuestros valores. Nosotros no somos la pristina vision que fue soñada 60 años atras- pero la vision era solo eso: una vision. La vida real, el dia a dia, es mucho mas complejo, enredado, mas complicado.

Por cientos de años los judios solo soñaron con un estado, y sus sueños eran a menudo sobre-idealizados. Es facil amar algo que existe solo en la mente, es entonces posible idealizarlo, colocarlo en un pedestal. pero cuando te encuentras cara a cara con el, la realidad a menudo choca con la vision.

Para parafrasear a Dostoyevesky, es facil amar a la humanidad, es la persona tosiendo al lado tuyo en el autobus la que es dificil de querer. Y en Israel, hay un monton de personas tosiendo en los autobuses.

Aun asi es dentro de los confines de una muy dificil realidad, una amarga y cruel realidad, que este pais se las arreglo para prosperar. Este es un pais que es vibrante, un pais que pulsa con energia, que esta vivo, demasiado vivo.

Es tambien un pais en el cual los chicos piensan que conmemorar Yom HaShoah, Yom Hazikaron y Yom Ha'atzmaut es la cosa mas normal, no una aberracion.

Y esa pequeñez, en medio de todo lo demas, es contundente y algo para no ser dado por hecho.

Fuente: The Jerusalem Post

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