lunes, 19 de septiembre de 2011

Los palestinos, el “judenfrei” y Durban III

Los palestinos, el “judenfrei” y Durban III

La reciente declaración efectuada a la prensa en Washington por el embajador de la Organización de Liberación Palestina en los Estados Unidos, Maen Rashid Areikat, donde, entre otros conceptos, expresó que “no se permitirá la presencia de judíos en el futuro Estado palestino” denota claramente el carácter racista y antisemita de los palestinos que pretenden ser reconocidos unilateralmente como un Estado el 20 de septiembre en la ONU, sin las previas e imprescindibles negociaciones con Israel. Al ser interrogado Areikat por los periodistas que fueron convocados a un desayuno auspiciado por el Christian Science Monitor, con el objeto de conocer los lineamientos de un futuro Estado palestino, el representante de la facción “moderada” de ellos- el grupo terrorista asociado Hamas, que gobierna Gaza y aspira a formar parte del mismo gobierno permanece en conveniente silencio- hizo una paráfrasis del término alemán acuñado por los nazis “judenfrei”, (libre de judíos) para referirse a la exclusión de éstos en un hipotético nuevo Estado. Al respecto, se pronunció el ex miembro del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. Elliott Abrams “Tal Estado sería el primero en prohibir oficialmente la presencia de judíos desde la Alemania nazi que buscaba un país judenrein, limpio de judíos”. La profunda ligazón del Islam con el nazismo, está encarnada en la nefasta figura de quien fuera dilecto amigo de Hitler, el Gran Mufti de Jerusalén Amin Al- Husseini, el vector del fascismo europeo en el mundo islámico moderno, tanto religioso como secular.

Paradójicamente, no obstante que las minorías religiosas y étnicas de Israel han ocupado y lo siguen haciendo, puestos prominentes en el gobierno y otras esferas de la sociedad desde la fundación del país, convirtiéndolo en un modelo de la diversidad en la región, debido a la mendaz propaganda de países islámicos y del tercer mundo, la prensa de izquierda y ciertos gobiernos pretendidamente progresistas que acusan, alternativamente, a Israel de racista y nazi. También le han endilgado perversa y maliciosamente, siendo la única democracia de Medio Oriente, el mote de Estado de “apartheid”, paragonándolo con el régimen de segregación racial que gobernó Sudáfrica. Después que los alemanes empezaron la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia en septiembre de 1939, el régimen nazi usó la propaganda para inculcar en los ciudadanos y soldados alemanes que los judíos eran no solamente subhumanos sino también enemigos peligrosos del Reich alemán. La publicidad, en sus distintas vertientes, también fue esencial para motivar a los que llevaban a cabo el asesinato en masa de los judíos europeos y de otras victimas del régimen de Hitler y para asegurar la aquiescencia de millones de otros, como testigos inocentes, en la persecución racial y el exterminio masivo. El diario persa Hamshari, patrocinado por el Ministerio de Cultura y Orientación Islámica de Irán, convocó en el 2006 a la República Islámica de Irán a caricaturistas de varios países para satirizar el Holocausto. El ganador fue un oscuro caricaturista del diario oficialista marroquí Al Sahara Magrebia, llamado Abdellah Derkaoui. Asimismo, numerosas publicaciones árabes contienen caricaturas contra Israel, en particular, y los judíos en general. El “socio” para la paz y presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abas, digno discípulo de Yasser Arafat, además de los textos escolares impregnados de judeofobia, consiente y estimula las ilustraciones filo-nazis en el diario oficial “Falastín”.

En relación al apartheid, debe recordarse que los principales socios comerciales de aquel vil gobierno sudafricano fueron Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón y la Unión Soviética, mientras Israel representaba menos del uno por ciento del comercio total de Pretoria. Por su parte, Arabia Saudita, Omán, Bahrein, Los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait han sido los principales proveedores de petróleo para los militares sudafricanos. Desde 1970 Sudáfrica importó petróleo de dichos países por valor de miles de millones de dólares.

Martin Luther King (h), adalid de los Derechos Humanos que apoyó decididamente a Israel y bregó por su salvaguardia, se sentía orgulloso de su apoyo al Estado judío y de su condena a las posiciones antiisraelíes. Luther King, diez días antes de su asesinato el 4 de abril de 1968, opinó: “La paz para Israel significa seguridad y debemos defender con todas nuestras fuerzas su derecho a existir, su integridad territorial y el derecho a usar cualesquier rutas marinas que necesite. Israel, es una de las grandes avanzadas en el mundo y un maravilloso ejemplo de lo que puede hacerse, de cómo la tierra desértica puede ser transformada en un oasis de hermandad y democracia. La paz para Israel significa seguridad y esa seguridad debe ser una realidad”.
El 22 de septiembre se celebrará en Nueva York una reunión para conmemorar el 10° aniversario de la Conferencia Mundial contra el Racismo 2001, también conocida como Durban I. Aquella convocatoria de principios de siglo que equiparaba sionismo con racismo, a Israel como un Estado de apartheid, fue utilizada bochornosamente para promover la intolerancia, el antisemitismo, la negación del Holocausto, erosionar la libertad de expresión y negar el derecho a Israel de existir. En esta ocasión se aguarda que la mayoría de los 193 estados miembros de la ONU concurran a la reunión del día cuyo tema es “Las víctimas del racismo, la discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia: reconocimiento, justicia y desarrollo”. Como ya lo hizo con anterioridad, disertará en el desacreditado organismo internacional que permite su ominosa presencia, el insano presidente de la Republica Islámica de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, quien reprime violentamente a su propio pueblo; persigue a opositores políticos, lapida a mujeres, ahorca a menores y homosexuales, acosa a las minorías religiosas, e incita a otro genocidio contra Israel. A los reiterados delirios del mandatario persa, hay que añadir su reciente comentario donde atribuía a la “entidad sionista” como denomina a Israel, haber comenzado la Primera y Segunda Guerra Mundial. No sería extraño que su confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia, lo lleve a la conclusión que Israel también fue responsable de la Guerra de Troya.


Rubén Kaplan
http://www.rkpress.com.ar/

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