viernes, 6 de julio de 2012

Egipto e Irán por fin unidos

Como se advirtió que sucedería tras la caída de Mubarak, la Hermandad Musulmana se hizo del poder en Egipto. Se cambió un dictador laico por un fanático religioso: Mohamed Morsi. Morsi y Ahmadineyad: dos caras de un mismo totalitarismo Por José Brechner Como se advirtió que sucedería tras la caída de Mubarak, la Hermandad Musulmana se hizo del poder en Egipto. Se cambió un dictador laico por un fanático religioso: Mohamed Morsi, que en su primer día en el gobierno indicó que buscará el acercamiento a Teherán con quien creará un “nuevo orden estratégico en la región”. Irán loó la elección de Morsi anunciando que su ascenso es “la etapa final en el despertar islámico y el comienzo de una nueva era en el Medio Oriente”. Si el peligro iraní concierne a la humanidad, imaginemos lo que pueden llegar a hacer los dos ejércitos musulmanes más poderosos, unidos. La curiosa declaración de Morsi coincide con la que tiempo atrás hiciera Arabia Saudí, aludiendo a la fraternidad que debería existir con Teherán, pese a la antigua animadversión existente entre sunís y chiís y al temor que infiere al mundo árabe un Irán nuclear. Como para la mayoría de los occidentales (infieles) el problema interno islámico es un acertijo difícil de descifrar, hagamos de cuenta que ambas corrientes la Suní (mayoritaria) son los católicos y la Chií (minoritaria) es la protestante. Entre católicos y protestantes se enfrentaron a tiros durante cientos de años. Entre los musulmanes pasa algo parecido. Más allá de los motivos que hacen a sus diferencias, concentrémonos en su objetivo común, la conversión o subyugación del mundo al islamismo, lo que en árabe se denomina Yihad (Guerra Santa) y, la creación del tercero y último califato que dominará sobre todos. De la Hermandad Musulmana provienen todos los grupos terroristas sunitas, incluso Al Qaeda. Los chiitas iraníes sostienen a Hezbolá. Gracias a los apologistas occidentales de la Primavera Árabe que aplaudieron la caída de Mubarak, mostrando una imagen "moderada" de los Hermanos Musulmanes, llegando al extremo expresado por la administración Obama que los calificó de "ampliamente seculares" y "pluralistas", es que en este momento el peligro del islam radical se multiplica exponencialmente. Morsi y sus “hermanos” son particularmente anticristianos, defensores de la Sharia (ley coránica que debe ser obedecida por todos bajo pena de muerte). Los Coptos (cristianos egipcios) han sido asesinados y sus iglesias incendiadas por sus hordas desde el nacimiento de la Hermandad en 1928. El único período de paz que vivieron los coptos fue cuando la Hermandad Musulmana fue declarada ilegal por los militares que gobernaron el último medio siglo. Con esta sorpresiva apertura hacia Irán, el Medio Oriente toma un nuevo color. Si chiitas y sunitas se unen, así sea temporalmente para lograr su dorado sueño de dominio global, la OTAN con todo su poderío deberá enfrentar a múltiples ejércitos, en Oriente Medio, parte de Asia y Sudamérica, donde la razón de la enternecedora amistad entre Ahmadinejad y los “Albinos” está escondida a los ojos de todos.