Listos para Durban III‏

By MICHAEL DICKSON

Yo he sido advertido antes de la Conferencia de Revision de Durban en Ginebra, que los judios no debian caminar por los alrededores de la ONU solos, sino mas bien en pares por su propia seguridad. Este fue un consejo que yo ignore y gracias a Di-s sali de Durban II ileso. Lo mismo no puede ser dicho de la reputacion del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Nosotros llegamos a Ginebra con inquietud; esperabamos las horribles escenas presenciadas en la Conferencia Durban I en el año 2001, donde feroces manifestaciones antisemitas fuera de la conferencia reflejaban el malhumor derramado sobre Israel desde dentro de la ONU. Aunque estabamos determinados. Esta vez, nosotros prometimos, que no seriamos agarrados por sorpresa, y que nosotros no subestimariamos los odiosos intentos por tomar como chivo expiatorio a Israel por parte de los peores abusadores de derechos humanos.
Los paises que deciden en el Consejo de Derechos Humanos de ONU manifestaron una vez mas que ellos prefieren atacar a Israel mas que encarar los verdaderos abusos que estan teniendo lugar en su propio patio trasero. En Durban II, nosotros hicimos brillar los reflectores sobre esas naciones y el resplandor fue presenciado mundialmente. En Durban II, activistas de derechos humanos, estudiantes y aquellos cuya agenda estaba siendo ignorada, incluyendo refugiados de Darfur, se pararon y dijeron: No mas. Antes del inicio de la conferencia, el presidente suizo se reunio con el presidente irani Mahmoud Ahmadinejad, citando la libertad de expresion como justificacion. Esto causo que el destacado abanderado de las libertades civiles Alan Dershowitz comentara que "Si Hitler continuara siendo canciller de Alemania, el seria bienvenido en Suiza." Con este telon de fondo, nosotros llevamos a cabo nuestra propia apertura de Durban II, una protesta silenciosa, liderada por manifestantes estudiantes. Ellos caminaron hacia el Palais Des Nations con cintas sobre sus bocas para reflejar el silencio de la ONU en temas tales como la violenta opresion de mujeres, el genocidio en Darfur que se cobra una vida cada ocho minutos, la represion a estudiantes, minorias y gays en Iran- y todo debido al obsesivo enfoque en Israel.
Esta fue una conferencia de derechos humanos inaugurada por un dictador genocida. Una reunion sobre racismo donde el sobreviviente del Holocausto Elie Wiesel fue castigado por miembros de la delegacion irani en los corredores de la ONU como un "SioNazi". En las palabras de un periodista a quien conoci que estaba cubriendo Durban II: Ustedes no pudieron inventarlo.
Durban II- una conferencia de revision- podria nunca quitar la mancha de Durban I. El proceso de Durban fue una distraccion masiva. Cambiar el tema es un pasatiempo favorito de muchos de los paises que lideran el Consejo de Derechos Humanos, el cual traiciona los nobles objetivos sobre los cuales fue fundado. Sus miembros ofuscan la agenda para evitar contestar preguntas sobre ellos mismos. Ellos incrementan la retorica contra Israel cuando, en realidad, el Estado Judio, una democracia libre, abierta y liberal, tiene un record de derechos humanos para enorgullecerse.

Los esfuerzos de los activistas anti-Durban y la masiva retirada de los diplomaticos frente al pestilente racista de Ahmadinejad marcaron un momento clave. La leccion de Durban II es esta: Las palabras "nunca mas" significan algo para nosotros. Hay muchas naciones dignas de sanciones; Israel no es una de ellas. Y no permaneceremos sin hacer nada mientras tales atrocidades son cometidas por regimentes hipocritas y despoticos e Israel es culpado.

Dejen que los paises que secuestraron la lucha contra el racismo sean puestos sobre aviso: Nosotros estamos listos para Durban III.

El autor es Director para Israel de StandWithUs (PermaneceConNosotros), la cual educa acerca de Israel a traves de pasantias para estudiantes, programas de conferencias, material escrito y recursos de internet. StandWithUs tiene doce oficinas alrededor del mundo, incluyendo Los Angeles, Israel y el Reino Unido.
Fuente: The Jerusalem Post