domingo, 24 de enero de 2010

HOLOCAUSTO COMO CARRERA (Parte 1 de 5)‏


Parte 1: El Khmer Rouge, los Nazis y la Banalidad del Mal

Hannah Arendt utilizo la frase 'la banalidad del mal' para describir a Adolf Eichmann, el burocrata nazi que apresuro a millones a sus muertes. El columnista de SPIEGEL, Erich Follath, señala las asombrosas similitudes entre Eichmann y "Duch," el funcionario Khmer Rouge ahora en juicio, que indica exactamente como es realmente la propension universal por el mal.
A fin de noviembre, los argumentos de cierre fueron presentados en el caso de la comunidad internacional y el pueblo camboyano contra Kaing Guek Eav. Mas conocido como "Duch," este ex funcionario Khmer Rouge de 67 años fue el comandante de la mas notoria prision y casa de tortura en Phnom Penh. El veredicto en este espectacular juicio se espera pronto. Cuando los jueces en Phnom Penh lo pronuncien, como se espera, Duch sea sentenciado a muchas decadas en prision, la justicia se habra cumplido. El ofensor sera encerrado y un capitulo en la historia camboyana sera cerrado.

Pero representa el juicio a Duch honestamente un razonable ajuste de cuentas para el pasado del pais, que vio a casi un cuarto de su poblacion caer victima del genocidio en el horroroso periodo entre abril de 1975 y enero de 1979? De igual manera hay similitudes a ser encontradas entre los hombres que ordenan a otros cometer genocidio, un coro de absoluta maldad que puede ser identificado en sus personajes y carreras? Si es asi, pueden los crimenes contra la humanidad ser analizados y clasificados para evitar su recurrencia?
Duch, que fue a veces sumiso y a veces provocativo durante su juicio en Phnom Penh, parece depresivamente comun. Pero si ustedes lo observan mas de cerca, se vuelve claro que la unica cosa que el no es es unico. De hecho Duch se recuerda a un esbirro nazi llevado a juicio en Jerusalem a principios de los años 60 por su papel en las muertes de seis millones de judios. De hecho, en cierta forma, Duch es un segundo Adolf Eichmann.
La vida de este funcionario Khmer Rouge, los crimenes que el cometio, metodica y completamente vacio de piedad, su manejo durante el juicio entre expresar lamento por las victimas e intentar evadir la responsabilidad afirmando que el no fue mas que un "diente en la rueda"-- todo esto es altamente reminiscente del comportamiento de Eichmann. Y como el juicio en 1961 del teniente coronel SS-- que a pesar de las mejores intenciones de los fiscales y la gran atencion que genero entre aquellos afectados-- probo ser una fallida oportunidad historica, el juicio de Phnom Penh de Duch en 2009 tambien amenaza terminar en fracaso.
Kaing Guek Eav, el hijo de un granjero, fue siempre un estudiante modelo. El valoraba la precision y la logica; su tema favorito era matematica. Para el, la clara distincion que los ideologos del Khmer Rouge hicieron entre una vida que era util y una que ameritaba destruccion tenia perfecto sentido.
Una generacion antes, Adolf Eichmann exhibio similares rasgos de caracter. El hijo de un contador de la ciudad alemana occidental de Solingen, Eichmann no era un intelectual. De hecho, el abandono la escuela temprano y luego cayo en un aprendizaje para volverse mecanico. Pero, el fue lo suficientemente listo para entender que su ascenso al poder dependia de una institucion-- "su" Partido Nazi-- que lo observo y al cual el, a cambio, se dedico incondicionalmente.
Ni Eichmann ni Duch jamas conocieron a sus respectivos lideres supremos. Duch nunca conocio a Pol Pot, o "Hermano Numero Uno," y Eichmann nunca conocio a Hitler. Ellos trabajaron su camino hacia posiciones que acarreaban responsabilidad. Duch crecio de posiciones administrativas menores hasta volverse comandante de la Prision Tuol Sleng, la principal instalacion de prision y tortura del Khmer Rouge luego de 1975. Eichmann comenzo su carrera como empleado para asuntos judios, luego ascendio a traves de los rangos hasta registrar los minutos de la Conferencia de Wannsee de 1942 y, finalmente se volvio el administrador tecnico de la "Solucion Final" en Hungria. En ninguna parte en los meticulosos registros llevados a cabo por ambos hombres hay un rastro de evidencia que ellos hayan alguna vez albergado dudas de sus acciones. De hecho, ellos fueron certeros en que estaban cumpliendo su deber.

Fuente: Der Spiegel
Foto: Adolf Eichmann en su juicio en Jerusalem en 1961.

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