lunes, 5 de abril de 2010

El predicador del Pontífice salió a pedir perdón a los judíos


El predicador del Papa, padre Raniero Cantalamessa, pidió ayer perdón a los hebreos por haber leído el Jueves Santo la carta de "un amigo judío" que comparaba los ataques al Papa por los casos de abusos sexuales en la Iglesia con la persecución antisemita. Aquellos dichos produjeron una reacción indignada de las comunidades judías mundiales.

"Si, contra toda mi intención, he golpeado la sensibilidad de los judíos y las víctimas de la pedofilia, lo lamento profundamente y pido perdón", dijo el franciscano de 75 años, predicador de la Casa Pontificia.

El Vaticano se distanció de las declaraciones de Cantalamessa afirmando que ésta "no es la línea de la Iglesia".

Pero en las comunidades judías mundiales es fuerte la agitación que ha llevado a una nueva crisis entre la Iglesia y los hebreos.

El predicador pontificio aclaró que el Papa "no conocía el contenido de mi homilía, que oyó por primera vez". "Nadie en el Vaticano pretende leer anticipadamente mis sermones", destacó el padre Cantalamessa en un total "mea culpa" para aliviar las tensiones que habían surgido.

El caso de los abusos sexuales en la Iglesia causó otro choque que involucra a otra religión. Esta vez fueron los anglicanos, cuyo jefe espiritual, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, dijo a la BBC que la Iglesia de Irlanda estaba "totalmente desacreditada" y sufría un trauma extraordinario por los muchos casos de pedofilia y abusos de menores que durante décadas fueron cubiertos por las autoridades eclesiásticas de ese país, considerado hasta hace unos años uno de los más católicos del mundo.

En Gran Bretaña e Irlanda reina una gran agitación. Ayer el arzobispo de Dublin se mostró estupefacto y anonadado por las afirmaciones del jefe anglicano.

Los presidentes de las Conferencias Episcopales de Inglaterra y Escocia buscaron aliviar las tensiones entre los mismos fieles y ayer en sus sermones de Semana Santa pidieron disculpas por "los pecados cometidos", en alusión a los abusos sexuales de niños y adolescentes por parte de miembros del clero.

El arzobispo de Westminster, Vicent Nichols, máxima autoridad de la conferencia de episcopales de Inglaterra y Gales, admitió que se han cometido "pecados muy graves" dentro de la comunidad católica. El cardenal Keith O'Brien, presidente de la Conferencia Episcopal de Escocia, reiteró que se habían cometido "horribles delitos", como él mismo afirmó en 2002, y pidió perdón a todos los que hayan sufrido por estos hechos en la Iglesia Católica.

La crisis mayúscula provocada por los casos de abusos de clérigos en varios países está complicando el más importante de los viajes de este año de Benedicto XVI. Está prevista la visita apostólica del Papa a Inglaterra y Escocia entre el 16 y 19 de setiembre.

Pero crecen las manifestaciones contra el viaje y además algunos abogados locales cuestionan la inmunidad del pontífice como jefe del Estado por los delitos cometidos por sacerdotes, muchos de ellos reconocidos públicamente. Reclaman por tanto que sea procesado si pisa suelo inglés o escocés.

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