Pregunta del millón: los propietarios del mayor burdel de Europa, que se abrirá en La Jonquera, ¿han escogido nuestro territorio porque hace sol, les encanta el pan con tomate o son lectores voraces de Mercè Rodoreda? Es decir, pudiendo escoger países con un nivel de vida más alto, cuya capacidad de dispendio con lo más depravado de lo erótico-festivo podría ser más considerable, ¿por qué han venido al sur de Europa, en una zona trinchada por las hipotecas y el paro, a montar su negocio más importante? Respuesta del millón: porque aquí encuentran una atmósfera más favorable que en ningún otro lugar. Es decir, para una inversión que no quiere que su perverso negocio sufra sobresaltos, es evidente que nuestro país se acerca al paraíso. Primero, porque existe más complacencia con la prostitución –es decir, menos mirada crítica sobre la maldad del fenómeno– que en el resto del continente, quizás por aquello de que tantos años de dictadura han creado una sociedad que confunde la libertad con el Far West. Segundo, porque fruto de ese estado de ánimo buenista, tenemos leyes tan tolerantes que se han convertido en un coladero para lasmafias y el tráfico de personas. Y tercero, porque la obsesión de parecer más progres que nadie nos ha llevado a no debatir en serio uno de los tráficos de carne humana más denigrantes que existen. Y si algo intuyen los mercaderes de dicha carne, es dónde existen los vientos favorables. ¿Qué pasa pues?: que faltos de leyes claras, estamos gravemente faltos de autoridad.
Pregunta del millón: ¿los antisistema de toda Europa vienen a Barcelona a montarse sus performances porque es una ciudad bonita, les gusta la clara dicción del alcalde Hereu o son apasionados del bicing? Es decir, pudiendo ir a quemar coches, romper cristales y machacar el mobiliario urbano en cualquier ciudad más contaminada por el malvado capitalismo, ¿por qué han convertido nuestra capital en la capitalidad de su peculiar gincana violenta? Pues será por lo mismo del negocio de la prostitución. Porque en temas de orden y ley, este país tiene un lío mental de narices. Y así, faltos de leyes claras, estamos gravemente faltos de autoridad.
Pregunta del millón: ¿el salafismo más radical de toda Europa ha recalado en nuestro país porque adora la chanfaina catalana, idolatra a la Moreneta o está enamorado de la sardana? Es decir, pudiendo invertir sus esfuerzos en cualquier otro territorio con más tradición musulmana, ¿por qué han convertido a Catalunya en la capital europea del extremismo islámico? Pues nuevamente será porque somos tan acogedores que parecemos un osito de peluche. Y si algo intuyen los fundamentalistas, es la debilidad. Y así, faltos de leyes claras, estamos gravemente faltos de autoridad. "La ley sólo rige a los bárbaros", dijo alguien. Y si no hay, la ley no los rige, entonces, ¿quién lo hace?
Fuente: La Vanguardia- España
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