Enjuicien a Hezbollah

By WALID PHARES
En las próximas semanas, Naciones Unidas acusara a los asesinos del primer ministro libanés Rafik Hariri en su primer tribunal en la historia en juzgar a terroristas. Como los fiscales internacionales del Tribunal Especial del Consejo de Seguridad para el Líbano se preparan para presentar su caso en febrero de 2005 con el asesinato, en el que Hezbolá ocupa un lugar destacado, el "Partido de Dios" y sus patrocinadores en Teherán y Damasco, una vez más estan quitandose sus guantes.
El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, visitó recientemente el Líbano para mostrar el apoyo a Hezbolá, lo que indica que Irán, y no sólo a sus secuaces, actuaría en el caso de un fallo adverso. En junio, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, así como Irán y Siria amenazaron al gobierno libanés y al primer ministro Saad Hariri - hijo del asesinado jefe de Estado - con graves consecuencias si ellos apoyan las acusaciones de la organización. Hezbolá amenaza con avivar los disturbios civiles y quebrar el gobierno, lo que podría desatar una otra guerra con Israel y desestabilizar toda la región.
En los últimos cinco años, Hezbolá ha demostrado que por lo general cumple con sus amenazas. Entre julio y diciembre de 2005, una serie de legisladores y periodistas anti-Hezbolá murieron o sufrieron lesiones graves en ataques en Líbano, y los atentados afectaron a varios barrios anti-sirios en Beirut.
En los seis primeros meses de 2006, Nasrallah afirmó que estaba negociando entregar sus armas con los líderes del Líbano, sólo para provocar una guerra devastadora con Israel. Después de la guerra, Hezbolá desató más violencia en el hogar, matando a legisladores libaneses, incluido el sunnita Walid Eido, el cristiano Antoine Ghanem y el ministro de Industria Pierre Gemayel, hijo del ex presidente Amine Gemayel. En mayo de 2008, Hezbolá monto una invasión militar completa de Beirut Occidental y partes de las montañas drusas, que derrumbó al gobierno pro-occidental de Fuad Siniora e impulso a Hezbolá al foro de la política de seguridad nacional del Líbano. Desde entonces, ninguna fuerza interna ha sido capaz de enfrentarse a Hezbolá o presionar para que se desarme.
Hezbolá tiene razones para temer al Tribunal Especial, cuyo mandato abarca más que el asesinato de Hariri. Incluye juzgar los asesinatos de los lideres de la Revolucion de los Cedros Cassir Samir, George Hawi y del parlamentario libanes Jebran Tueni, tanto como los sangrientos intentos contra el ex Ministro de Telecomunicaciones Marwan Hamade y el periodista May Chidiac. Si la ONU acusa a Hezbola por Hariri, los veredictos no terminaran alli. Penalizaria a las llamadas alas "politica" y "militar" de Hezbola por igual, resultando en mas investigaciones por los asesinatos de politicos y disidentes politicos libaneses. La organización seria penalizada conforme al derecho internacional, y países como el Reino Unido y Francia, que han comenzado a comprometerse politicamente con el, se verían obligados a desistir. Hezbolá incluso podría enfrentar una orden internacional de detención de sus dirigentes. Las consecuencias serían catastróficas para el grupo, la destrucción de la imagen de movimiento de resistencia legitimo que cultiva.
El régimen iraní no puede permitirse el lujo de perder tan valioso aliado en el Líbano, y el régimen baathista de Siria sabe muy bien que si Hezbolá se hunde, va a arrastrar a muchos en Damasco junto con él. Por lo tanto el eje sirio-iraní-Hezbolá ha bloqueado al tribunal en su punto de mira.
La ONU estableció originalmente el tribunal como un tribunal penal internacional, integrado por jueces del Líbano y de todo el mundo, para enjuiciar los actos relacionados con el asesinato de Hariri en virtud de la legislación libanesa. Conforme al Capítulo 7 de su Estatuto, la ONU tiene la obligación de proporcionar la fuerza para ejecutar sus decisiones si es necesario, pero no puede hacerlo sin el apoyo del gobierno libanés.
En ese momento, eso hubiera sido posible, ya que muchos políticos libaneses acusaron públicamente al régimen de Assad de Siria del asesinato, y los observadores predijeron que el tribunal podría incluso dar lugar a la acusación a los funcionarios sirios. El gobierno libanés era dirigido entonces por una mayoria pro-occidental y anti-siria, y estaba dispuesto modestamente a repeler a Hezbola.
Cuando Hezbolá invadió Beirut y derroco al gabinete del entonces primer ministro Fuad Siniora, en mayo de 2008, trajo un nuevo gobierno encabezado nominalmente por Saad Hariri, pero con un presidente pro-sirio, el general Michel Suleiman. Tambien para entonces habia penetrado el aparato de seguridad de Libano, dando a Iran un veto implicito.
Ese es el motivo por el cual cuando el tribunal emita su veredicto, el gobierno libanes es improbable que haga algun arresto. En preparacion para el inminente enfrentamiento, Hezbolá ha estado hiperactivo en la identificación y detención de cualquier persona que crea que apoya las acusaciones, calificándola como espía israelí y agente de una "vasta conspiración sionista".
En gran parte gracias a la ayuda generosa de Irán, Hezbolá está ganando su guerra contra la justicia internacional. El gobierno turco llego a sugerir que el Tribunal Especial posponga sus decisiones. Y los funcionarios libaneses, incluyendo políticos tradicionalmente anti-sirios, han sido intimidadas a decir que considerarían cualquier acusación contra Hezbollah como un acto de agresión contra la República Libanesa.
El mensaje para aquellos en EE.UU. y Europa buscando "socios de diálogo" debe ser claro: No hay moderados en Hezbolá. Cuando el Tribunal Especial emita su veredicto final, esperemos que por el bien de Libano y la region que la ONU y Occidente tengan el valor para aplicar las conclusiones de los fiscales.

El Sr. Phares es el director del Proyecto Terrorismo Futuro de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un colaborador de Noticias Fox, y autor de "La confrontación: Ganar la guerra contra la jihad del futuro" (Palgrave MacMillan, 2008).

Fuente: The Wall Street Journal