PERASHA VAISHLAJ:
"La luz de las naciones"
El termino antisemitismo está ligado lamentablemente a la historia del pueblo judío desde siempre, sin haber desaparecido jamás. No depende de nada, ni de características particulares o sociales condiciones económicas, éxitos o tropiezos, progresos o atrasos. En todas las situaciones, con gobiernos democráticos u dictaduras asimilados o no, aparece el odio inexplicable que Rashi nos comenta en ocasión del encuentro de Esav con laacob después de tanto tiempo: "Halajá (ley): Esav odia a laacob". Desdeel vientre de Ribka Imenu prefirió Esav no salir para servir a su idolatría con tal de quedarse a molestar a su hermano laacob. No intentemos buscar la lógica del tema, porque no existe; es la lucha entre el Satán y el mal -representados por el antisemitismo- contra el bien representado por la Tora.
Por eso no existen motivos, solo que no pueden estar junto; en la misma canasta. laacob hizo Tefilá antes del reencuentro: "Hasileni na miad aji miad Esav
(Bereshit 32), que significa: "sálvame por favor de la mano de mi hermano, de la mano de Esav". No solo hizo Tefilá por el, sine también por las futuras generaciones, sabiendo que Esav se puede presentar de dos formas: una, con su propia espada, como es Esav, representado a lo largo de la historia con persecuciones, inquisición, cámaras de gas, pogroms e intentos de aniquilación del pueblo judío, pero la otra -tanto o mas peligrosa aun- con la asimilación que tanto estrago hizo entre nosotros. "De la mano de mi hermano'; ya sabia laacob lo que sucedería cuando intentan hacernos perder nuestro estilo de vida con Tora y Mizvot. Por eso adelantó su Tefilá.
Intentemos en este artículo ver la otra visión, no lo que piensa Esav de nosotros sino lo que piensa la Tora sobre los gentiles, con los cuales convivimos y conversamos acerca de temas comunes, sabiendo que somos Iehudím y ellos no, pero no llegamos a sentir la diferencia que existe. El gentil es también obra de Di-s, que insufló en él espíritu de vida, le dio inteligencia y libre albedrío. Está prohibido, de acuerdo con la Tora, dañarlo, robarle o engañarlo. Se le debe adelantar el saludo en la calle y ayudar a los pobres para tener así una convivencia pacifica que evite el odio. Estas son solo algunas de las reglas que existen para un gentil común.
Pero si se trata de un gentil que cumple los siete preceptos que la Tora establece para él: impartir justicia, no maldecir a Di-s, no servir idolatría, no matar, no cometer adulterio, no robar y no comer miembros de animales vivos, recibe el calificativo de "Jaside umot aolam", a sea, "correcto entre los pueblos del mundo" y hereda el Olam Habá, el mundo venidero. El Talmud en Baba Kama 38 nos dice que si se dedica a estudiar Tora en lo concerniente a los preceptos que debe cumplir es equiparado al Cohen Gadol (Sumo Sacerdote), una de las figuras mas destacadas de los lehudim. Vemos que el gentil no es para la Tora una persona de menor categoría y si esta visión hubiese sido recíproca, se hubiese evitado el derramamiento de sangre judía a lo largo de la historia.
La Tora prohíbe al iehudi prestar dinero con interés a su hermano, mientras que permite hacerlo con el gentil. No se trata de un hecho de discriminación. Si meditamos sobre el tema, de la misma forma que alquilando una casa o un coche se percibe una renta, se podría obtener un beneficio económico prestando dinero. Sin embargo. Di-s determina que el pueblo de Israel unido con hermandad al haber recibido la Tora, no puede prestar dinero con interés.
Si alguien que no integra ese grupo argumenta que con él no hacen lo mismo, no es correcta su posición ya que él no pertenece a ese pueblo. Así como un vecino no puede protestar porque a él no le dieron lo que un hermano regaló a otro en la casa vecina, tampoco se puede protestar sobre el trato preferencial que exista entre los integrantes de un mismo pueblo. Por otra parte, no olvidemos que cuando se trata de pagar interés, entre judíos no debemos hacerlo, mientras que al gentil esta permitido pagarle, ¿En dónde está la discriminación?.
El concepto de pueblo elegido nos hace recibir acusaciones tales como la de ser racistas. Cuando en el mundo politeísta apareció la figura de Abraham Abinu reconociendo al Creador, fue elegida su descendencia para ser la luz de las naciones. Representa lo que un ser humano debe realmente ser. Con la entrega de la Tora recibimos el Yugo de los Mizvot seiscientos trece preceptos frente a los siete de los gentiles ¿Donde esta el racismo?. Hitler -lmaj Shemo- habló de racismo, de raza superior, exterminando a judíos, débiles y enfermos, mientras que nosotros debemos cumplir nuestra difícil misión, y dejamos la puerta abierta para todos los que -con sinceridad- quieran acoplarse a esta tarea, pudiendo llegar a ser superiores a cualquier judío de nacimiento de acuerdo al nivel que alcancen. ¿Esto es ser racista?.
La Tora nos habla de piedad a cualquier gentil. Basta con recordar el libro de Ioná en el que este es recriminado por Di-s por haber tenido lástima del árbol que se marchito de un día para el otro y no de la ciudad de Nínive con ciento veinte mil personas. O bien recordemos a Abraham y toda tefilá para que no fueran destruidas las ciudades de Sedom y Amora. O el ejemplo que el Talmud trae sobre aquel gentil llamado Dama ben Netina, que nos enseño como se debe respetar a los padres, ya que prefirió perder la oportunidad de vender una joya, a muy valiosa antes que despertar a su padre que dormía. Estos ejemplos son más que suficientes para que quede aclarado el respeto y la valoración de la Tora a todo ser humano.
Tengamos claro que la diferencia del gentil al judío no se limita a la cantidad de preceptos de uno y otro. La elección negativa de no aceptar la Tora que Di-s les había ofrecido los perjudicó. Analicemos que casi todos sus preceptos son prohibiciones que recibieron para que el mundo pueda seguir: reconocer a Di-s con todo lo que ello implica, no matar ni robar, etc. Lo mínimo indispensable para una vida compartida. El lehudi tiene, además de prohibiciones, preceptos positivos y por sobre todo el estudio de Tora del cual depende el mundo. Está en nuestras manos la llave para elevarlo o hundirlo. El primer versículo de la Tora aclara este concepto: Bereshit, o sea, por Israel que es Reshit (comienzo) y por la Torá, también llamada Reshit, creó Di-s los cielos y la tierra.
Israel se convirtió en el objetivo de la creación al recibir la Torá. Los pueblos del mundo, al apartarse de esto, quedaron en un segundo plano dentro de la creación, pero no por menosprecio al gentil, sino por la función que cada uno tiene asignada. El judío al recibir la Torá cambió su identidad y fue santificado por los preceptos que ella le dio. Posee un alma que es parte propia de Di-s y tiene una fuerza espiritual especial que lo hace responsable del desarrollo del mundo. Mientras nuestra alma se levanta todos los días para servir a Di-s con actos positivos tales como bendiciones Tefilín, oraciones y recibiendo el yugo celestial; para el gentil es suficiente que no transgreda sus siete preceptos. No se trata de una visión de orgullo hacia él, sino de una montaña de responsabilidad sobre nuestros hombros.
Somos de otro planeta, pero no debemos buscarlo con el telescopio a ver donde se encuentra, porque no es algo físico, sine que es espiritual y sagrado. Lo encontraremos debajo del trono de Di-s, de donde proviene nuestra alma y nuestra raíz.Por un tiempo vinimos a este mundo a cumplir nuestra función para poder volver a nuestro hogar verdadero, recordando que somos el eje de la historia, el corazón del mundo, la luz de las naciones y el ejemplo de lo que un ser humano debe ser.
Extraído de: “LA TORÁ Y LA ACTUALIDAD”
www.KALOV.ORG.AR
Una historia de autor desconocido:
Un rey en África Salió a cazar. Su compañero y cargador de armas era una persona con el siguiente lema de vida: “No podría estar mejor. ¡Esto fue para bien!”. El cargador de armas erró al cargar el rifle, causando una explosión que arranco el dedo pulgar del rey. Cuando el hombre exclamó: “Esto fue para bien”, el rey respondió: “¡no, no fue para bien!” y mandó al cargador de armas a la cárcel.
Cerca de un año después, el rey salió nuevamente para cazar. Esta vez sin embargo, fue capturado por caníbales. Ellos ya estaban preparando al rey para comerlo cuando percibieron el dedo que faltaba. Como eran supersticiosos, los caníbales no quisieron comerse a alguien con un defecto ¡y dejaron al rey partir!
Al regresar al palacio, inmediatamente el rey fue a la prisión, a liberar a su cargador de armas. “Usted tenía razón”, dijo el rey. “¡esto fue para bien! Estoy muy arrepentido de haberlo mandado a la cárcel”. “No”, respondió el hombre, ¡estar en prisión también fue para bien!”.
“¿Qué es lo que quiere decir con eso? ¡Mire como sufrió usted!”, dijo el rey.
“Si”, respondió el cargador de armas, “pero si no hubiese estado en la cárcel… ¡yo habría estado con usted!”.
Es muy importante que cada uno de nosotros se ejercite para enfrentar positivamente cada situación vivenciada. Muchas, muchísimas veces aquello que nos parece `ruin` o `negativo`, termina siendo una bendición. Mientras tanto, invertimos tanto tiempo y energías preocupándonos y arrepintiéndonos, todo por nada o para nuestro perjuicio.
Es una actitud sabia recordar que la preocupación es definida como “intereses pagados anticipadamente, por una deuda que no siempre será contraída”.
EXISTE ALGUNA PLEGARIA QUE YO PUEDA HACER QUE “LO DIGA TODO”?
En Shabat que precede a cada nuevo mes judío, nosotros recitamos una oración especial, Bircat Hajodesh, la Bendición de Nuevo Mes. La belleza y el alcance de esta oración es lo que la hace especial. Tal vez sea ese rezo que expresa tus necesidades y que tú quieras recitar de tiempo en tiempo:
“Que sea Tu voluntad, D” nuestro y D” de nuestros Patriarcas, hacer de este nuevo mes un mes de benevolencia y bendiciones. Danos larga vida, una vida pacifica, una vida buena, una vida de bendiciones, con sustento, con salud, de Temor a los Cielos y Temor al pecado. Una vida en la que no haya vergüenzas ni humillaciones, con honra y prosperidad. Una vida en la que haya amor por la Tora y Temor a los Cielos”, en que los pedidos de nuestros corazones sean atendidos para bien”.
A propósito, en caso de que quieras saber por qué “Temor a los Cielos” aparece dos veces, he aquí una respuesta: cuando una persona tiene una vida con honra y prosperidad, es más difícil mantener su “Temor a los Cielos”. Por lo tanto, la oración incluye un segundo pedido por “Temor a los Cielos”, después de que la persona ya recibió honra y riquezas.
Todo hogar judío se beneficia de tener un sidur, el libro judío de oraciones. Existen también con traducción al español. Infórmate en los negocios de artículos judaicos.
Extraído de: Meor HaShabat Rab. Kalman Packouz shelit”a
CONTINUAMOS CON LOS PRESEPTOS DE JANUCA
9) Algunas personas que encienden con aceite, acostumbran encender en la Menorá otra luz de aceite que está colocada más alta o un poco alejada de las otras luces de Januká. (Estos no dejan arder el "Shamosh" después del encendido.)
10) No se debe utilizar la luz de las velas de Janucá para uso personal. No se puede contar dinero ni leer frente a las velas de Janucá, pero frente al shamosh o a la otra luz que arde en la Menorá exceptuando las velas de Janucá si se puede.
11) Si se necesita luz en la casa donde arden las velas de Janucá, es correcto que se encienda la luz eléctrica o una vela, aunque arda una vela adicional (shamosh) junto a las luminarias.
12) Las mujeres también deben cumplir con el Precepto de las Velas de Janucá, pero lo dan por cumplido con el padre o con el esposo y no necesitan encender solas. Mujeres que son responsables por sí, o el padre o el esposo salieron de la ciudad deben encender ellas mismas las velas de Janucá.
Bendiciones de las velas de Janucá:
a) La primer noche se dicen tres bendiciones: "Lehadlik Ner Janucá", "Sheasa Nïsim Laabotenu" y "Shehejeianu" (como está en el sidur). Las otras noches se dice solo 2 bendiciones: "Lehadlik" y "Sheasa".
b) Todas las bendiciones se dicen antes de empezar a encender. Cuando se terminó de decir las bendiciones se comienza a encender. Después del encendido se dice "Hanerot Halalu" (como está en el sidur).
El lugar de la Janukiá
a) En los tiempos de los sabios del Talmud se encendían las velas de Janucá junto a la puerta de calle, del lado izquierdo, para que la Mezuzá esté del lado derecho y la Janukiá del izquierdo.
b) Pero en nuestra época en que encendemos en la casa, puede encenderse las velas junto a la ventana, o a la puerta del lado izquierdo (o en otro lugar de la casa, pero que se reconozca que éstas son las velas de Janucá).
c) Las velas de Janucá deben dejarse como mínimo media hora en el lugar donde se las ha encendido.
Tiempo de encender las velas
a) El momento de encender las velas de Janucá es al caer la noche, cuando todos los habitantes de la casa están reunidos.
b) Media hora antes del tiempo de encender no se debe comer ni realizar otros trabajos hasta que se enciendan las velas de Janucá.
c) Si se atrasó (de encender enseguida que comenzó la noche), puede encenderse después también.
Shabat Januca
a) En la víspera de Shabat debe encenderse primero las velas de Janucá y después las de Shabat. Debe encenderse velas grandes o poner bastante aceite en la Menorá para que ardan alrededor de dos horas, porque se enciende cuando todavía es de día (antes de Shabat) y las velas de Janucá deben arder media hora en la noche cuando ya es Shabat.
b) No hay que encender las velas de Janucá muy temprano, sino justo antes de la hora de encender las velas de Shabat se encenderán las de Janucá e inmediatamente después las velas en honor de Shabat.
c) Una mujer que enciende sola las velas de Janucá y se olvidó y encendió primero las de Shabat, no puede encender las velas de Janucá (porque para ella ya es Shabat), sino que debe pedir a otro que encienda las velas de Janucá y ella estará cumplida.
d) Al finalizar Shabat debe primero hacerse (o escuchar) Havdalá y después encender las velas de Janucá.
"Halel" y "Al Hanisim"
a) Cada día de los ocho de Janucá se dice todo "Halel" después de los "Shmone Esre" de las oraciones de la mañana (Shajarit).
b) Todo Janucá se dice "Al Hanisim" en los rezos y en la Bendición de Gracias por la comida (como está en el sidur).
Extraído de “Oasis”
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