domingo, 21 de noviembre de 2010
El Führer en preparativos
Por Norman Stone
Cuando la Alemania nazi tomo Austria en marzo de 1938, hubo un estallido de no solo antisemitismo sino directo sadismo contra los judios. A ellos se los hacia, entre muchas otras cosas, fregar los slogans del regimen previo de las paredes y pavimento. Luego comenzaron las expropiaciones. Una anciana pareja judia que perdio su negocio apelo a Hitler en Berlin. Recordaba Su Excelencia quizas, ellos escribieron, cuando era un joven pintor antes de la guerra vendiendo sus pinturas en la esquina de la Siebensterngasse, que cuando llovia el se metia en un cierto negocio y le era dada una taza de te? Podria el ahora ver como ayudar a la gente que lo habia tratado con tal amabilidad? Hitler marco que la carta debia ser ignorada, y la vieja pareja seguramente fue a un campo de muerte.
Nosotros debemos nuestro conocimiento de este hecho a un libro destacable de 1999: "La Viena de Hitler" por Brigitte Hamann. Su extensa investigacion revelo que Hitler no fue realmente un antisemita hasta despues de la Iª Guerra Mundial. Lo que habia sucedido en aquellos años de guerra cruciales es la pregunta que Thomas Weber ahora responde en "La Primera Guerra de Hitler". Como la Srta. Haman, el ha investigado documentos originales y encontro nuevo material. Como ella, el altera fundamentalmente nuestra comprension de una de las figuras mas estudiadas del siglo XX.
Hitler escribio acerca de sus experiencias de guerra en "Mein Kampf" (1925), y los biografos han confiado generalmente en su relato. El mismo se puso como un soldado heroe: un "correo" llevando mensajes a uno y otro lado a traves del fuego de ametralladoras y artilleria, dos veces condecorado con la Cruz de Hierro por valor, herido y entonces, hacia el fin de la guerra, enceguecido por gas venenoso. El se entero del fin de la guerra en un hospital militar de Pasewalk, no lejos de Berlin, y lloro.
En la version de Hitler, el llanto pronto se volvio vengativo contra los academicos de cerebro blando, judios y miembros de la izquierda quienes, el acusaba, habian causado que Alemania perdiera la guerra. Continuando en el ejercito, el fue enviado a Bavaria para luchar contra revolucionarios de izquierda. (Y aun el Sr. Weber ha descubierto que, brevemente en el giro de 1918-19, y no mencionado en "Mein Kampf", Hitler llevaba un brazalete rojo y apoyaba a la Republica Sovietica Bavara de corta vida.) Desmovilizado, el se convirtio en informante para la unidad de propaganda del ejercito- aunque si fue voluntario o forzado debido a su corto involucramiento con la Republica Sovietica Bavara, el Sr. Weber admite que no podemos saberlo- y fue enviado a vigilar una reunion del oscuro Partido de los Trabajadores aleman, pronto a ser renombrado Partido Nacional Socialista Aleman de los Trabajadores. Hitler quedo profundamente impresionado por el hipernacionalismo y antisemitismo del partido y se unio a la semana de asistir a su primer reunion. El tambien se dio cuenta que era un orador publico tremendamente efectivo. Los discursos no se traducen: Lo que suena superiori en un idioma puede sonar directamente comico en otro. Pero los desesperados alemanes pronto empezaron a escuchar lo que Hitler decia, y, como el jefe de recursos de ingresos del partido, el pronto asumio el liderazgo.
Como el joven Hitler—huraño, cohibido, sin convicciones politicas solidas- se convirtio en el demagogo fascista de 1922? No hay respuesta simple a esta pregunta, pero "La Primera Guerra de Hitler" desacredita algunas de las respuestas normales. Los biografos han asumido durante mucho tiempo que la guerra marco un punto de inflexion: la camaraderia de las trincheras, el odio comun de los soldados a los especuladores en la retaguardia y la sensacion de traicion con la paz hecha en 1918. Pero estaba la persistente pregunta de por que el valiente, condecorado soldado de "Mein Kampf" no fue promovido. Hitler sirvio mas o menos por toda la guerra y nunca ascendio por encima del rango de soldado raso, lo cual, dado que el indudablemente tenia cualidades de liderazgo, es una considerable sorpresa.
Con algo de suerte y mucho de diligencia, el Sr. Weber ha descubierto los documentos perdidos del servicio de guerra de Hitler, y es justo decir que muy poco del relato propio de Hitler sobrevive al descubrimiento. Hubo de hecho dos Cruces de Hierro, pero su trabajo de correo del regimiento no era necesariamente peligroso, y el vivio en relativa comodidad en los cuarteles del regimiento lejos de las lineas del frente. Los soldados comunes se referian a tales hombres como Etappenschweine ("cerdos de retaguardia") —todos los ejercitos tienen tal palabra: "cushy number" y "base wallah" son ejemplos britanicos. Los oficiales tenian que entregar una cantidad de medallas, y su tu no los ofendias ellos simplemente colocaban tu nombre en la lista. Hitler no era, parece, particularmente valiente. El estaba simplemente alli. Y, como sucede, un oficial superior judio, Hugo Gutmann, recomendo a Hitler para su primera Cruz de Hierro. A el no se le agradecio por este hecho mas tarde en su vida—aunque su destino, la emigracion a los EEUU, fue enormemente preferible a aquel de la anciana pareja de Viena.
No habia tampoco mucha camaraderia. Cuando Hitler surgio en politica, el pidio a sus viejos camaradas en el regimiento apoyo y descubrio que en la realidad ellos no lo habian querido ni un poco. Los hombres que habian combatido en el frente en la Iª Guerra Mundial no estaban, ademas, para nada inclinados a escenificar una segunda guerra, y extraordinariamente pocos de los viejos camaradas de Hitler siguieron el Nazismo. La mayoria apoyaban la Republica de Weimar. La investigacion del Sr. Weber muestra que no es realmente posible conectar la brutalizacion de los hombres en las trincheras con el nacimiento del Nacional Socialismo.
Es mucho del credito del Sr. Weber que el se las ha arreglado para desenterrar los detalles, y nosotros podemos colocar su libro junto con el de la Srta Hamman como un triunfo de la investigacion original en un campo muy pedregoso. La conclusion que podria ser sacada es que Hitler fue mucho mas oportunista de lo que generalmente se supone. El armo las cosas sobre la marcha, inclusive su propio pasado. Si nosotros continuamos sin responder la pregunta de que convirtio a Hitler en un ideologo antisemita, al menos la atencion se ha corrido a los años bavaros de 1919-22. La Srta. Hamann y el Sr. Weber señalan el camino por delante para las proximas investigaciones de estudiosos diligentes.
—El Sr. Stone es profesor de historia moderna en la Universidad Bilkent en Ankara, Turquia.
Fuente: The Wall Street Journal
Foto: Adolf Hitler en un retrato grupal de 1915 de correos de envios del ejercito.
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