jueves, 4 de noviembre de 2010

Los terroristas nacionales, cada vez más descarados

Por Steven Emerson

Agentes federales detenían el miércoles de la semana pasada a un caballero que tenía planes de volar por los aires el metro de Washington, D.C., según anunciaba el Departamento de Justicia. Se trata de la segunda detención que se produce en pocos días en la que se ven involucrados nacionales estadounidenses con intención de cometer actos de violencia en defensa de al-Qaida o de los talibanes, y las fuerzas federales del orden están seguras de que hay en marcha una tentativa generalizada de perpetrar atentados terroristas.

A Faruque Ahmed, de 34 años de edad y oriundo de Ashburn, Virginia, se le imputaban el miércoles los delitos de proporcionar apoyo material a organización terrorista, recabar información para apoyar la planificación de un atentado terrorista contra instalaciones del transporte público, y proporcionar apoyo material para ayudar a perpetrar múltiples atentados contra la red del metro urbano de la ciudad.

La detención de Ahmed se produce poco después de la de Abdel Hamid Shehadeh, detenido el martes en Hawai tras mentir en una tentativa frustrada de huir a Pakistán y unirse a los talibanes. Shehadeh declaró estar planeando visitar Pakistán para emprender la yihad, pero después de que sus planes se vinieran abajo trató de alistarse en el ejército estadounidense. Según el auto judicial, Shehadeh sostuvo que desde dentro del ejército "podría proporcionar formación, transporte y armamento", de ayuda a la ahora de atentar contra estadounidenses.

Ahmed y Shehadeh son considerados parte de un plan generalizado a ser puesto en práctica por ciudadanos o residentes estadounidenses que sirven de agentes de los talibanes o de al-Qaida para perpetrar atentados por todo el país, según funcionarios federales del orden. Estos planes son la nueva tendencia de Al Qaida, y dentro de ellos se enmarca la tentativa más reciente de enviar explosivos por correo.

Hay de momento múltiples investigaciones abiertas a musulmanes radicales de los que hay pruebas que han recibido formación o instrucciones de grupos terroristas afincados en Pakistán para perpetrar atentados aquí, según los funcionarios. Durante los ocho últimos meses, las autoridades estadounidenses vienen detectando un drástico incremento en la cifra de atentados terroristas islámicos frustrados dentro de Estados Unidos o contra objetivos occidentales en el extranjero.

Las pruebas de esto se clasifican en cuatro categorías.

* Seguimiento real de reclutas terroristas extranjeros, incluyendo titulares del pasaporte estadounidense, que se han trasladado aquí para elegir a candidatos terroristas que perpetrarán atentados importantes en Estados Unidos.
* Hay pruebas que indican un incremento importante en los desplazamientos internacionales de agentes terroristas que están viajando a Estados Unidos y a Europa. Habrían sido enviados por grupos vinculados a al-Qaida y constituyen agentes de tipo "célula independiente" con conexiones con grupos radicados tanto en Pakistán como en Yemen en busca de voluntarios para perpetrar atentados.
* Con anterioridad a los atentados importantes se detecta un incremento súbito de las "comunicaciones terroristas".
* La captura y los interrogatorios de destacados terroristas islámicos por parte de aliados estadounidenses han dado a conocer detalles de planes y nombres de agentes enviados o formados para perpetrar atentados.

Todo esto constituye algo que no habíamos visto hasta ahora, y apunta a que las organizaciones buscan nuevos tipos de objetivo o vías de atentar con menor vigilancia. Como el correo ordinario.

La secretario de Interior Janet Napolitano anunció el pasado lunes en rueda de prensa que los funcionarios del orden tienen pruebas de que grupos terroristas están preparando atentados. Esos funcionarios, según ella, "trabajan en la hipótesis de que los individuos preparados para perpetrar atentados terroristas ya se encuentran dentro del país, y que podrían perpetrar estos actos de violencia con algún o ningún indicador de advertencia".

Los líderes de Al-Qaida fuera de Estados Unidos han incrementado de forma drástica sus llamamientos a perpetrar atentados dentro de este país. En mayo, Anwar al-Awlaki, un clérigo estadounidense al que se sitúa en Yemen, difundía una grabación de 45 minutos en la que alienta a atentar contra civiles estadounidenses como represalia por las muertes de musulmanes en Irak y Afganistán entre otros sitios. Awlaki invocaba al profeta Mahoma, del que decía libró batallas que registraron muertes civiles.

El domingo, Adam Gadahn, ciudadano estadounidense y líder de al-Qaida, difundía un llamamiento en la red a sus seguidores para perpetrar atentados en Estados Unidos. "Es el deber de todo el mundo sincero en su deseo de defender al islam y los musulmanes hoy, tomar la iniciativa de llevar a cabo la obligación individual de la yihad", dice Gadahn durante el vídeo en árabe.

Ahmed y Shehadeh ingresan en una lista cada vez más larga de conspiradores nacionales acusados o declarados culpables de atentados terroristas. En mayo, Faisal Shahzad, ciudadano estadounidense oriundo de Pakistán, fue detenido por tratar de detonar un coche bomba en la neoyorquina Times Square. El pasado 5 de octubre fue condenado a cadena perpetua. En febrero, Najibulah Zazi, ciudadano estadounidense oriundo de Afganistán, fue condenado a cadena perpetua por su papel en un complot para atacar la red de metro de Nueva York.

Ciudadano estadounidense originario de Pakistán, Ahmed se reunió con detectives de paisano de los que pensó eran agentes de al-Qaida, según el auto. Durante estos encuentros acaecidos entre los meses de abril y octubre de 2010, Ahmed detalló sus planes de atentar contra el metro de Washington. Al parecer tenía señaladas múltiples paradas, incluyendo las del Cementerio de Arlington, la zona comercial de Crystal City, el intercambiador de los juzgados y el del Pentágono en el norte de Virginia. Ahmed, según el auto, eligió estas paradas porque transita por ellas con regularidad personal militar.

Al detallar los planes que tenía, Ahmed informó a los agentes de paisano de que había tomado notas y había grabado documentos secretos de seguridad y las horas punta de las líneas. Ahmed, según el auto, decidió que la mejor hora para un atentado era entre las 4 y las 5 de la tarde, cuando los atentados causarían el mayor número de muertos. Los planes implicarían el uso de maletas con ruedas que se abandonarían en ubicaciones predeterminadas dentro de un buen número de paradas del metro con vistas a perpetrar atentados simultáneos.

Además de la planificación de los atentados, Ahmed había ofrecido apoyo financiero a al-Qaida. Quiso donar 10.000 dólares y "dijo que se disponía a recaudar donaciones de gente incluso teniendo que verse obligado a hacerlo en nombre de otras causas, y enviar la recaudación a la organización en distintas transferencias de 1.000 dólares cada una para no despertar sospechas".

"Es sorprendente que un hombre oriundo de Ashburn esté acusado de recorrer estaciones del metro con el objetivo de matar a tantos usuarios como sea posible a través de atentados simultáneos", decía tras anunciar las detenciones el fiscal Neil H. MacBride. "La detención de hoy pone de relieve la amenaza del terrorismo que existe en el norte de Virginia y nuestra capacidad de buscar a aquellos que pretenden poner en peligro las vidas de ciudadanos estadounidenses y neutralizarlos antes de que actúen".

Ahmed comparecerá ante un tribunal federal la tarde del miércoles en Alexandria, Virginia Si es declarado culpable, Ahmed puede ser condenado a 50 años de cárcel.

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