lunes, 5 de septiembre de 2011

Reconocimiento de un Estado palestino a expensas de Israel

Reconocimiento de un Estado palestino a expensas de Israel



La beligerante declaración el sábado 27 de agosto del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Mahmoud Abbas, ratificando que no va a reconocer a Israel como un Estado judío, lleva a inferir que el intento unilateral palestino en septiembre de erigir su propio Estado reconocido por la ONU evidencia, desde su embrión, estar mal concebido.

El reconocimiento del Estado de Israel ha sido siempre una de las condiciones establecidas por los Estados Unidos para suscribir cualquier acuerdo con los palestinos. El Estado judío ha sido presionado constantemente para hacer concesiones -cosa que hizo- a cambio de promesas vacías e incumplidas. Barak Hussein Obama (el presidente norteamericano más pro árabe junto a su antecesor James Earl "Jimmy" que gobernó EE.UU. en el período 1977-1981) cuando fue consultado para el establecimiento de un Estado palestino contiguo pidió a los palestinos reconocer a Israel. Sin embargo, en virtud de la hipocresía y la judeofobia imperante en gran parte del orbe, es probable que un Estado palestino de fuerte raigambre terrorista, sea declarado y reconocido por el mundo, incluso mientras la República Islámica de Irán y Hamas, continúan negando el derecho de Israel a existir. Prueba de ello son las recientes declaraciones en Teherán del repulsivo émulo de Hitler, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, quien dijo en ocasión de la conmemoración del Día Internacional de Al-Quds (nombre árabe de Jerusalén) - que se lleva a cabo el último viernes del mes sagrado para los musulmanes del Ramadán- "Reconocer el Estado palestino no es el objetivo último". Es sólo un paso adelante hacia la liberación de toda Palestina. Ahmadinejad instó a los palestinos a no conformarse con una solución de dos Estados que está en la apariencia respaldada por Abbas, sino "para luchar por una devolución completa de lo que consideran sus tierras”. La creación de un Estado palestino reconocido universalmente sería sólo un primer paso para borrar a Israel, volvió a amenazar el presidente persa, uno de los pocos mandatarios que respalda al criminal régimen sirio de Bashar al-Assad que masacra a su propio pueblo.

El presidente de la ANP hizo, hasta ahora, caso omiso a la recomendación de EE.UU quien le anticipó al jefe negociador palestino, Saeb Erekat, que si la Autoridad Palestina recurre al Consejo de Seguridad para que reconozca su inexistente Estado, su país usará su poder de veto, y si lo intenta a través de la Asamblea General de la ONU,- donde necesitarán una mayoría especial de dos tercios, que conseguirían sin dificultad- “el Congreso tomará medidas punitivas en su contra, incluyendo un recorte en la ayuda financiera norteamericana, estimada en 500 millones de dólares anuales. Erekat pidió que Estados Unidos reconsidere su posición y apoye su reclamo, y lo propio hizo con Christian Burger, representante ante la Autoridad Palestina de la Unión Europea, quien aún no ha decidido qué postura adoptará.

Mahmoud Abbas o Abu Mazen (su nombre de guerra), erróneamente llamado “socio para la paz” por Israel y Occidente, también criticó las exigencias del Cuarteto de Paz para Oriente Medio -integrado por la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia- instando a la comunidad internacional a dar marcha atrás. "No nos exijan que reconozcamos al Estado judío", exclamó Abbas. "No lo aceptaremos". Abbas rechazó que la cuestión de los llamados refugiados palestinos se resuelva solamente dentro de las fronteras del futuro Estado palestino, insinuando que debería solucionarse en Israel mismo. Según fuentes árabes, existen más de 3.700.000 refugiados palestinos registrados por la ONU y alrededor de 2 millones más que no figuran en el organismo internacional. La negativa de los palestinos a reconocer a Israel como lo que es, un Estado judío, se sustenta en la absurda pretensión de exigir el derecho al retorno de esa cantidad imprecisa de refugiados, que implicaría para Israel ser fagocitado por los islamistas y constituirse en una minoría en su propio país.

El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, cuestionado además de la progresía europea por la oposición y la izquierda de su país, manifestó atinadamente que las declaraciones del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, afirmando que los palestinos no van a reconocer al Estado judío, revela la real naturaleza de la iniciativa palestina en la ONU, en septiembre. "La verdadera intención de los palestinos no es establecer un Estado que viva en paz junto a Israel; sino que más bien ellos quieren establecer un Estado libre de judíos en la Cisjordania (Judea y Samaria) y conquistar a Israel desde adentro".

"Por esta razón, Abbas y sus colegas no están interesados en negociaciones con Israel sino más bien en tomar pasos unilaterales para cumplir con esa estrategia". Lieberman subrayó que "el mundo debe dejarle en claro a Abbas que el único camino para que los palestinos reciban un Estado es dejar de intentar eliminar al único Estado judío del mundo".

Curiosamente, contra todas las presunciones, algunos países árabes, se oponen al intento de los palestinos de declarar unilateralmente un Estado árabe independiente en Judea, Samaria y Jerusalén con reconocimiento de las Naciones Unidas en septiembre. El caso más paradigmático es el de Jordania, que advirtió que podría votar en contra de esa pretensión cuando la Asamblea General de la ONU vote al respecto. Según un diario saudita, Jordania reiteró su oposición al plan y el rey Abdullah II comunicó su posición al presidente de la ANP Mahmoud Abbas en varias oportunidades, en vano. Jordania argumenta que si la ONU aprueba la creación de un Estado palestino antes de que finalicen las negociaciones con Israel, los descendientes de árabes que huyeron del Estado judío cuando fue establecido en 1948 se pierden cualquier oportunidad que tienen de regresar a sus anteriores hogares y sus familias recibir una indemnización. "Los refugiados son los únicos que sufrirán", destacó Abdullah a Abbas en un reciente mensaje, transmitido a través de diplomáticos de otro país árabe.

El conmovedor apoyo a los refugiados palestinos por parte del reino Hachemita, es otra prueba insoslayable de la hipocresía del mundo árabe, que los usa como carne de cañón para su lucha contra Israel. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), creada por la Liga Árabe en 1964 cuyo objetivo declarado era la destrucción y aniquilación de Israel, organizó grupos de milicias en campamentos que se establecieron en Jordania, en la línea fronteriza con Israel. En septiembre de 1970, el rey Hussein de Jordania, padre de Abdullah II, temeroso que sus huéspedes derrocaran su gobierno, envió su ejército contra estos campamentos y mató a miles de palestinos (episodio conocido como "Septiembre negro"). Los guerrilleros palestinos migraron a Líbano y a partir de entonces comenzaron los atentados terroristas contra Israel, como el deleznable asesinato de once atletas israelíes en las olimpiadas de Munich en 1972.

Contemporáneamente, a mediados de agosto de 2011, las agencias de noticias internacionales, informaron que un portavoz de la ONU denunció que miles de personas huyeron de un campo de refugiados palestinos cercano a la ciudad siria de Latakia, atacados no por Israel sino por las fuerzas de seguridad del gobierno del sanguinario presidente Bashar al- Assad.

En una reciente entrevista con Radio Israel, el Viceprimer Ministro Moshe Ya'alon dijo que Jordania no era el único país árabe que se opuso al plan de la ANP. "En las próximas semanas, estoy seguro de que oiremos sobre otros líderes criticando a la Autoridad Palestina." La única manera de avanzar es que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones".

Lo cierto es que el intento que harán los palestinos en la ONU a fines de septiembre para lograr su reconocimiento, será a expensas de Israel, que a pesar de estar de acuerdo en que ellos tengan a través de negociaciones un Estado al lado del suyo para convivir pacíficamente, no puede permitir que el grupo terrorista Hamas quien reitera permanentemente que nunca lo reconocerá y pregona su destrucción, ni la ANP que por razones de estrategia declama lo contrario pero piensa igual, amenacen su propia existencia.



Rubén Kaplan
http://www.rkpress.com.ar/

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