jueves, 19 de julio de 2012

NO HAY MOMENTO DE SILENCIO PARA LOS ATLETAS OLIMPICOS ISRAELIES ASESINADOS

por Giulio Meotti- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba 12/7/12 El Comite Olimpico Internacional no observara un minuto oficial de silencio en los Juegos de Londres por los 11 atletas israelies masacrados por los terroristas palestinos en las Olimpiadas de Munich de 1972. Fue el peor ataque terrorista en la historia del deporte, pero la cupula olimpica capitulo ante el rescate terrorista de los arabes y ha abandonado una vez mas a Israel. Las valientes viudas de dos de las victimas israelies han hecho campaña para observar una conmemoracion, sea a traves de un minuto de silencio o una corta mencion en los comentarios de inauguracion del presidente del Comite. Junto con otras 89000 personas, yo firme su peticion, pero no fue efectivo. Las viudas y el pueblo de Israel merecian un minuto de silencio, aunque solo fuera para aliviar el dolor emocional. Pero el comite eligio la infamia, desgracia y capitulacion ante el jihadismo. “Nosotros queremos que el Comite Olimpico, con todos los 10000 jovenes atletas frente a ellos, diga, 'No olvidemos lo que sucedio en Munich'" dijo Ankie Spitzer, cuyo esposo, Andre, fue uno de los atletas israelies que habia llegado en paz, para participar en la 20ª Olimpiada, no solo a cualquier pais, sino a Munich, la ciudad que engendro a Adolf Hitler, a meras 20 millas al sur de Dachau. Cuando ellos dejaron Alemania, 11 estaban muertos, 17 quedaron de los 28 – justo aproximadamente el mismo 40%. No hay nada como los Juegos Olimpicos para traer sentimientos colectivos de paz y competencia justa, y el recuerdo de los israelies tuvo una posibilidad de volverse una realidad en Londres. La masacre del equipo israeli no es solo una tragedia para el estado judio o incluso para las Olimpiadas, sino para el mundo entero. El edificio que albergo a los atletas israelies estaba localizado a menos de 10 millas del campo de concentracion de Dachau. Ellos fueron los primeros judios asesinados en Alemania por ser judios desde 1945. Los Juegos perdieron su significado ese dia, y al rehusarse a observar un recordatorio para los israelies, el comite mato los juegos (y el recuerdo de los once israelies) por segunda vez. Desde entonces, sus asesinatos se han desvanecido del recuerdo internacional. Si uno va a identificar un inicio de la masacre de civiles israelies, uno debe regresar al Nº31 de la Connollystrasse en la Villa Olimpica de Munich. El edificio de departamentos hoy tiene poco parecido con un lugar vinculado para siempre con las horas mas oscuras en la historia europea posterior al Holocausto. Los objetivos politicos de los Juegos de 1972 eran enterrar el recuerdo de las infames Olimpiadas Nazis de 1936, y celebrar “la Nueva Alemania” como miembro de la familia de las naciones. El objetivo fue evidente en el color de los Juegos. Rojo y negro, los colores del totalitarismo comunista y nazi, no estuvieron en ninguna parte para ser vistos en Munich. En su lugar, los colores utilizados fueron de "una mañana de mayo en Bavaria." Colores amistosos: verde pasto, azul cielo, plata estilo nube y toques de "naranja floral." “Harbiya! Terroristim! Javerim, leju maher!” El grito resono en Hebreo a las 4:30 a.m., del 5 de septiembre de 1972, mientras Yossef Gutfreund, el entrenador israeli de lucha libre golpeaba contra la puerta del departamento 1 del 31 de Connollystrasse. ‘”Arabes! Terroristas! Compañeros, salgan rapido!” Durante veinte segundos Gutfreund lucho, intentando ganar tiempo, un hombre contra ocho arabes. Mas tarde la policia encontraria las huellas distorsionadas sobre la puerta. Algunos israelies se escabulleron por una puerta trasera, pero nueve fueron capturados y atados a los muebles. Los terroristas exigieron que fueran liberados 200 palestinos encarcelados en Israel. La respuesta de los organizadores olimpicos ante la contaminacion de sus juegos con violencia fue una serie de vergonzosas capitulaciones ante el terrorismo. En el dia del ataque, los juegos en principio continuaron, a pesar del conocimiento que dos israelies fueron asesinados y nueve continuaban como rehenes. Cuando se hizo conocida la tragedia completa, los juegos fueron detenidos por solo parte de un dia. El gobierno aleman, junto con el Comite, se concentraron bajo la consigna "Los Juegos Deben Continuar." La vergonzosa decision de no poner un alto a todo fue bancarrota moral, y dio luz verde a futuras masacres de judios inocentes. Que podria haber sido mas repugnante que la masacre de atletas inocentes llevada a cabo en los Juegos Olimpicos? Pero el ataque se volvio un gran acontecimiento mediatico que explico la "ocupacion" de Palestina, y no un ataque terrorista contra el pueblo judio en suelo aleman despues del Holocausto. Los sombreros de cowboy y los pañuelos kefiyyehs de los secuestradores arabes, junto con su largo pelo similar a los estudiantes universitarios libertarios, desvio la atencion de una simple realidad: una banda de terroristas islamicos masacro, uno por uno, a once judios. Lo mismo sucedio durante la primer intifada, cuando palestinos violentos atacaron a civiles y fuerzas de seguridad israelies con piedras, barras de hierro, proyectiles de hierro, cuchillos, hachas y bombas de petroleo, pero los terroristas fueron descriptos en los medios de comunicacion internacionales como "manifestantes" - incluso "manifestantes pacificos." Cada una de las historias de los atletas israelies llama al llanto y la oracion. Cada uno de ellos era miembro del gran cuerpo de Israel. Como Yosef Romano, quien el dia antes de ser asesinado habia dicho, “Esta es mi ultima competencia; yo no tengo suficiente tiempo para mis hijos.” Como David Berger, un judio idealista y pacifico de Cleveland, quien se suponia que se casaria despues de regresar de las Olimpiadas. Como Mark Slavin, quien beso el suelo judio a su llegada a Israel desde Minsk, donde el habia luchado contra los comunistas que encarcelaron a miles de judios como el que querian llegar a Jerusalem. Como Ze’ev Friedman, quien hablaba una maravillosa mezcla de idish y ruso y era el ultimo varon de su familia, incinerada en las camaras de gas. Como Kehat Schorr, quien habia luchado contra las tropas nazis en las Montañas Carpatos. Como Yakov Springer, quien fue uno de los pocos sobrevivientes de la revuelta armada del gueto de Varsovia. Como Eliezer Halfin, quien habia perdido a todos sus parientes en el Holocausto. Como Yosef Gutfreund, quien paso meses en prision en la Rumania comunista bajo la acusacion de "propaganda sionista." La negativa olimpica a conmemorar a los israelies muestra nuevamente que vivimos en una epoca en que la muerte de judios es celebrada e idealizada y el terrorismo es mas fuerte que el apaciguamiento. Mis colegas periodistas radicados en Israel prefieren no ver los dormitorios, las escuelas, las calles, los campos deportivos y los actos nombrados por la Autoridad Palestina como los asesinos de Munich, como Abou Daoud. Y cuando legiones de “martires” comenzaron a volarse en las calles de Jerusalem, Tel Aviv, Afula, y luego en Londres, Madrid, Bali y New York, cuantos intelectuales y periodistas occidentales expresaron una debil empatia por la furia terrorista? La proxima distribucion de medallas olimpicas estara manchada en desgracia. Cuando los Juegos Olimpicos queden inaugurados en Londres, alguien debe ir al Nº31 de Connollystrasse en Munich. Y dejar una flor por todos nosotros. Nosotros no podemos olvidar a Jim McKay, con la voz quebrada, llorando, mientras el contaba a America, "todos ellos se han ido."