El espíritu del comandante
Avigdor Lieberman. ¿Cuál es la misión de un ministro de RR.EE durante un conflicto bélico?
Cuando le ofrecieron distinguirlo con una condecoración al valor y al heroísmo por los combates en Gaza; el teniente Eitan se negó señalando que cualquiera de los soldados hubiera hecho lo mismo en su lugar, y subrayó que su acción se derivó del "espíritu del comandante".
Contra las órdenes superiores Eitan, se introdujo en un túnel para tratar de rescatar al teniente Hadar Goldin, que había sido secuestrado por los terroristas de Hamás, en una emboscada perpetrada dos horas después de haber entrado en vigor uno de los tantos ceses del fuego que la organización islamista violó.
Los hallazgos del teniente Eitan, en el túnel – incluyendo el equipo ensangrentado de su camarada de armas- permitieron que una comisión encabezada por el rabino jefe del Ejército de Defensa de Israel, dictaminara que Goldín había muerto en acción y que su familia podía llevar a cabo su funeral.
La sociedad israelí percibida como una de rara combinación de Esparta y Atenas se ha visto conmocionada por la entrega de esta nueva generación de combatientes.
Esa actitud de nobleza y reciprocidad generalizada contrasta con el espíritu mezquino e inmediatista de los algunos políticos, y de algunas instituciones oficiales.
Mientras que el Contralor del Estado ha decidido investigar la actuación del Ejército de Defensa de Israel durante la Operación Margen Protector; algunas otras instituciones del Estado, cuyas actividades han resultado poco agraciadas, han tenido un considerable éxito en pasar desapercibidas.
Por ejemplo, no se entiende por qué no se investiga el rol del Ministerio de Exteriores en el conflicto de Gaza. ¿Ha jugado un papel esa institución en mantener la estratégica relación con Estados Unidos, que ha caído en su punto más bajo? ¿De qué manera ha influido la cancillería en la decisión de varios países latinoamericanos que resolvieron llamar a consultas a sus embajadores en Tel Aviv? Mientras, Riad al Malki, el ministro de Exteriores palestino se pasea por las capitales de América Latina; nuestro canciller, Avigdor Lieberman dedica su tiempo en socavar la posición del primer ministro. En su lugar, ha enviado al presidente de la Knéset (Parlamento) a Costa Rica. A nadie le asombró cuando fuentes palestinas le dijeron a Aurora que para ellos Lieberman era un "valor" (asset). Tampoco resultó extraño que un prestigioso diplomático de carrera como Danny Ayalon – cuando fue viceministro- humillara al embajador turco haciéndolo sentar en una sillita más baja o el "siete a uno" de Yigal Palmor en su "desproporcionado" contrapunto con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. ¿Quién puede olvidar a la ex diputada Anastasia Michaeli, del partido Israel Beitenu, cuando le arrojó un vaso de agua en la cabeza al ex legislador laborista Raleb Majadla. ¿Será eso también el espíritu del comandante? Israel no debe abandonar a los habitantes del sur del país; pero tampoco a su Ministerio de Exteriores.
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