jueves, 28 de agosto de 2014

OPINION

ISIS YA ESTÁ AQUÍ

Profesor Eyal Zisser
La ola de ejecuciones de palestinos, sospechados por Hamas de ser colaboradores de Israel, da cuenta, ante todo, del temor ( por parte de Hamas) no hacia Israel sino hacia su propio pueblo y está  destinado a constituir una señal de advertencia para todos aquellos palestinos en Gaza - hay muchos de ellos- que esperan el final de los combates para demandar un juicio y balance al movimiento Hamas, que los gobierna en los últimos ocho años y les produjeron en los recientes meses, una desgracia que no conocio  Gaza antes.
Hamas es una organización que santifica la muerte. Así lo declaró, abiertamente y con orgullo, su fundador y primer líder, el Sheik Ahmed Yassin, que explicó - hace más de 20 años-  en una entrevista otorgada a los medios israelíes, que la diferencia entre los hombres de Hamas y los israelíes es que éstos últimos quieren vivir, mientras los hombres de Hamas pretenden convertirse en Jihadíes. De todos modos, Hamas supo, en el pasado, manifestar pragmatismo, manteniendo los límites y los frenos.
El gobierno de Israel se ocupó, no para nada, de aclarar  - desde el primer día de la operación Margen Protector-  que no perseguía el objetivo de destituir el gobierno de Hamas en Gaza; que  Israel requiere de una dirección responsable y efectiva en la Franja y no quiere encontrarse, a sí mismo, ante una situación semejante a Somalia donde  grupos rivales combaten entre sí, sin dueño de casa aparente a cargo y, así, es que disparan contra Israel o, peor aún, Israel no quiere crear en la Franja un vacío por el que penetre la organización ISIS; que gobierna, en el presente, amplios espacios de lo que fueron alguna vez, Irak y Siria.
La ola de ejecuciones perpetrada por Hamas, contra su pueblo,  en los últimos días, en las principales plazas de Gaza, recuerda a muchos israelíes las terribles escenas reveladas al mundo en las semanas anteriores, desde distritos controlados por ISIS, al norte de Irak y el este de Siria. La prensa occidental se horrorizó de la ejecución, en vivo y ante la cámara de un periodista norteamericano que cayó rehén de ISIS. Pero cabe reconocer que atemorizan, no menos, las escenas que no fueron  vistas desde la Segunda Guerra Mundial, sobre rehenes de guerra o miembros de minorías en donde se ve a hombres de ISIS herejes o solo residentes locales, por miles,  que se negaron a someterse a los designios de ISIS, marchando hacia pozos de la muerte, con frecuencia  amarrados y con la cabeza cubierta, donde son sepultados por los disparos.
ISIS (organización del estado islámico) estalló a mediados del mes de junio a la conciencia del mundo y de la conciencia israelí. Esa organización extremista y habrá quien diga, loca y cruel, funciona desde hace algunos años en Irak y Siria, lejos de la vista, como sede local de la organización al-Qaeda mundial, con la conducción de Ossama Bin Laden y, luego de su sucesor, Iman al-Zawahiri. Pero la organización aprovechó los frutos de la guerra civil en Siria y el caos en Irak para creer y fortalecerse. Declaró su independencia desconectándose de la conducción de al-Qaeda y así, sin ser visto, surgió en los últimos tres años ser una organización marginal y pequeña a una fuerza de verdad, que destituyó - en pocos días-  con ayuda de una llama ideológica y un compromiso interminable de sus combatientes al estado iraquí. Conformó “califatos islámicos” desde Fadi -  Bagdad y hasta Fadi - Haleb, borrando los límites del Acuerdo Sykes -  Picot del siglo pasado, sobre cuya base fueron creados y existieron los estados de la región.
ISIS controla, hoy,  un gran territorio, diez veces la superficie del Estado de Israel  y, en el mismo, 5-6 millones de habitantes. La transformación de la organización en una especie de estado no moderó la organización ni a su líder, Abu Bakr al-Baghdadi. Ese último declaró la conformación de califatos islámicos, en el espacio controlado por él y aclaró que su rostro va hacia la Jihad contra el mundo en su totalidad, comenzando por los chiitas en Irak y el régimen sirio, pasando por Irán, siguiendo por Jordania, Israel y Estados Unidos.
Prometió invadir Roma y liberarlo del poder cristiano.
Su actitud hacia sus ciudadanos se caracteriza por la brutalidad sin límite incluyó  ejecuciones masivas, persecución de minorías, eliminación de enemigos y, al final, el sometimiento o las leyes religiosas islámicas en las zonas bajo su control.
ISIS demuestra que, el extremismo, tiene una lógica propia y que es imposible,  hasta un error,  juzgar a una organización radical y extremista en términos de un actor racional y, por supuesto no, en términos de un actor con lógica estatal.
Entre Hamas e ISIS aparecen diferencias vinculadas a sus orígenes y raíces ideológicas y a los motivos de los acontecimientos históricos de esos dos movimientos. Hamas es sede local palestina del movimiento de “Los Hermanos Musulmanes”. Supo marchar sobre dos pies –un pie todo musulmán –pertenece al movimiento de Los Hermanos Musulmanes y se compromete con su rumbo a través del Islam. El segundo pie, el palestino, actúa en el ámbito palestino, en el seno de la población palestina y reconoce las limitaciones que dictamina ese ámbito.
ISIS, por el contrario, no se ve a sí mismo comprometido con ningún territorio o cualquier  nacionalismo. Desde el punto de vista de ISIS no hay pueblo palestino, tal como no lo hay sirio o iraquí. Hay solo una nación musulmana a la que pertenecen los musulmanes sunitas, que van por su rumbo. De aquí que su sueño, no oculto, es demoler los límites del Medio Oriente y conformar, sobre sus ruinas, los califatos plenamente musulmanes que se extiendan más allá de los límites del Medio Oriente y el mundo árabe.
Las diferencias de ideas ideológicas y  políticas fueron la base de la lucha que mantuvo Hamas en el pasado contra los simpatizantes de la organización, en sus diferentes formas en la Franja de Gaza. Todo aquel sospechado de pertenencia a al-Qaeda o a la organización de la Jihad Mundial, fue  eliminado. El gobierno de Hamas no dudó en irrumpir en una mezquita en la que se celebraba una oración y acabar  con sus adversarios  en medio del rezo.
Hamas, por su propia naturaleza (dado que surgió en el seno de la población palestina de la Franja de Gaza), puede revelar pragmatismo y se compromete a tomar en cuenta la realidad en el terreno, más que la organización ISIS. Pero, en la esencia de las cosas, se trata de dos organizaciones religiosas radicales, que se diferencian entre sí en la pregunta sobre el estilo y el ritmo.
Hamas se halla comprometido con la conformación de un estado religioso islámico y santifica la lucha violenta contra sus enemigos. La razón  que mueve a Hamas fue, y sigue siendo, la lógica del movimiento islámico radical  (y no la de un estado regulado). En ello se determina el fracaso de los especialistas y expertos que predijeron que, Hamas, se moderaría tras apoderarse del poder en Gaza.
La brutalidad de ISIS no es tema ideológico sino una táctica por medio de la cual, la organización pretende alertar a sus enemigos e imprimir miedo entre los habitantes sometidos a su poder. Como ateo que ve a los habitantes de una aldea vecina sacrificados, hasta el último de ellos por negarse a aceptar el sometimiento a ISIS,   pensaría  dos veces antes de demostrar rebeldía y los soldados sirios o iraquíes, que ven cómo son sacrificados los rehenes que caen a manos de los hombres de la organización, pensarán dos veces antes de salir a combatirla.
Esa, además, es la lógica (pero, en menor medida) que domina a Hamas. Eliminaciones horrorosas, inclusive el arrojo desde los techos de hombres de Fatah, en el momento en que Hamas se apoderaba de la Franja, hace siete años y ahora, las eliminaciones masivas de quien es sospechado de colaboración con Israel son una táctica para imponer el terror entre los enemigos y los simpatizantes, por igual.
ISIS ya está aquí. No  hace falta destituir a Hamas para recibir los fenómenos vinculados al Islam radical en la Franja. Y, de todos modos, muchos aún consideran en Israel y Occidente  que Hamas, debido a sus raíces palestinas y las circunstancias de su crecimiento y desarrollo, es parte de la solución  y no parte del problema. El futuro determinará si tienen la razón.
El Profesor Zisser es Rector de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Tel Aviv y experto en Siria y Líbano.CIDIPAL

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