By MARILYN HENRY
La historia importa. Como el pueblo de la memoria, nosotros reverenciamos la historia y resentimos cuando otros buscan explotarla o revisarla.
Las victimas de los nazis y sus herederos descansan pesadamente en la historia- y moralidad- para apoyar sus reclamos por obras de arte saqueadas durante la era nazi. Mas de seis decadas despues del Holocausto, es dificil hacer un reclamo legal por obras de arte. Estas probablemente cambiaron de manos muchas veces y pasaron a traves de fronteras nacionales, donde las transacciones fueron hechas bajo varios sistemas legales.
Si una pintura estaba en Alemania en 1933, fue vendida en Suiza en 1936, transportada a los EEUU y luego donada al Museo de New York, que ley se aplica? Alemana? Suiza? Americana? No son faciles ni obvias las elecciones legales.
Las victimas tienden a hacer reclamos basadas en como- y cuando- perdieron la posesion del objeto, no como fue vendido o trasladado una vez que el propietario de la preguerra ya no la tuvo. Ellos argumentan que las obras de arte fueron confiscadas por los nazis, o que fueron vendidas bajo presion para conseguir fondos para huir o para pagar impuestos discriminatorios, o que fueron desplazadas cuando los judios fueron deportados a campos de concentracion. Estos son argumentos basados en la historia.
La extendida familia de Paul von Mendelssohn-Bartholdy, de la dinastia alemana-judia, se baso en la historia para argumentar que dos Picassos fueron vendidos bajo presion durante la epoca nazi. Sus herederos dijeron que las pinturas de museos de New York: Chico a caballo fue donada en 1964 al MOMA; el Museo Solomon R. Guggenheim recibio El Molino de la Galette en 1963.
Los dos museos entonces fueron a juicio en diciembre de 2007 para establecer su propiedad. Este fue un caso dificil. Los reclamantes tenian intereses en conflicto. Julius H. Schoeps es el sobrino nieto de von Mendelssohn-Bartholdy y el director del Centro Moses Mendelssohn para Estudios Judios Europeos en Postdam. Los otros reclamantes, Edelgard von Lavergne-Peguilhen y Florence Kesselstatt, son los sobrinos y adoptaron a la hija de la segunda esposa aria de von Mendelssohn-Bartholdy, Elsa, a quien las pinturas supuestamente le fueron dadas como regalo de bodas en 1927. Schoeps discutia que si, como se alegaba, von Mendelssohn-Bartholdy dio las pinturas a Elsa, era un pretexto, concebido por Paul cuando se acercaba su muerte en 1935 para protegerlas de su confiscacion por parte de los nazis.
Fue un altamente anticipado caso en el cual los fallos de cortes interinas fueron analizados como el Talmud, porque los museos son importantes, las pinturas son famosas, el nombre Mendelssohn pesa mucho y los temas legales fueron significativoa para las victimas nazis, los museos y coleccionistas de arte.
El juez de distrito americano, Jed Rakoff fallo en enero que el permitiria un juicio por jurados porque los reclamantes habian presentado "evidencia competente" que von Mendelssohn-Bartholdy nunca quiso transferir sus pinturas, pero fue forzado a hacerlo debido a las amenazas y presiones economicas por parte del gobierno nazi.
Mientras el juicio estaba por comenzar en Manhattan el mes pasado, los museos y reclamantes anunciaron que habian alcanzado un acuerdo. No hubo detalles, excepto que los museos mantendrian las pinturas y que Schoeps, von Lavergne-Peguilhen y Kesselstatt recibirian una compensacion no especificada.
No es infrecuente que estos acuerdos permanezcan confidenciales. Pero este fue un importante caso que, en teoria, podria proveer otro camino para la gente para buscar reclamos por pinturas que no fueron confiscadas sino vendidas bajo presion y asi consideradas una venta forzada. Sus herederos dijeron que ellos habian hecho eso, aunque aun resta ver.
La confidencialidad del acuerdo irrito al juez, quien destaco que los herederos habian invocado el peso de la historia en su favor. Seria "extraordinariamente desafortunado que el publico fuera dejado sin saber cual es la verdad", dijo Rakoff el mes pasado, dandoles tiempo para reconsiderar la clausula de confidencialidad.
Los museos acordaron la revelacion, pero no Schoeps, von Lavergne-Peguilhen y Kesselstatt. "El hecho que los demandantes, quienes repetidamente dijeron ser efectivamente representantes de las victimas de uno de los mas criminales regimenes politicos en la historia, deban creer que hay algun interes publico en mantener el secreto de su acuerdo desconcierta la mente y confunde la conciencia", dijo Rakoff la semana pasada en un fallo.
Hay un desagradable sentimiento en el mundo del arte que los reclamos relacionados con el Holocausto son la herramienta de codiciosos parientes buscando cobrar sobre obras de arte que incrementaron sustancialmente su valor desde la II Guerra Mundial. En este caso, los museos originaron su demanda, en parte, "para combatir lo que ellos suponian, en efecto, era un esfuerzo por parte de los demandantes y su abogado de utilizar la fachada de las inequidades nazis para obtener dinero de instituciones publicas que eran vulnerables a la mala publicidad", escribio Rakoff la semana pasada.
El juez estaba claramente irritado por los precedentes legales de su circuito de corte federal que le prohibian dar detalles del acuerdo sin el consentimiento de todas las partes. Los demandantes continuaron oponiendose a la revelacion del mismo, escribio el juez, "por razones completamente inexplicadas y aparentemente no mas poderosas que ocultar el monto de dinero que ira a sus bolsillos."
Los herederos "han afirmado en voz alta que ellos estaban reivindicando una injusticia historica", escribio Rakoff, diciendo que el esperaba que los demandantes "reflexionarian sobre sus responsabilidades publicas." Para este fin, los herederos lanzaron una declaracion diciendo que ellos "veian los muchos fallos del Juez Rakoff como reivindicando sus reclamos y como un exito incalificable." Esta es una sobre-declaracion. Los fallos de Rakoff permitieron que el caso procediera.
"El reclamo de sus herederos nunca fue solo acerca de dinero, sino principalmente acerca de asegurar justicia para Paul von Mendelssohn-Bartholdy," escribio Schoeps.
Esto no es suficientemente bueno. Como dijo Rakoff, "La corte encuentra la provision de confidencialidad del acuerdo y la objecion de los demandantes a revelarlo como en contra del interes publico y una preocupante marcha atras de las posiciones declaradas por las partes en este tema. Desde el inicio, las partes de ambos lados presentaron sus demandas como de considerable interes publico debido a la importancia de establecer la verdad concerniente a los sensibles temas involucrados."
La justicia demanda revelacion. En la ultima decada, los museos han enfrentado enorme presion para revelar la procedencia de las obras de sus colecciones y la transparencia en su investigacion. Dos importantes museos de New York acordaron revelar los terminos del acuerdo concerniente a dos Picassos. Son sus herederos quienes ataron las manos del Juez.
Sin revelacion publica, una nube cuelga sobre la historia de los Picassos de von Mendelssohn-Bartholdy, y hace de este un desafortunado momento historico: cuando los herederos toman ventaja del entorno de restitucion creado por otros, sin observar como sus intereses privados podrian dañar los comunitarios. La impresion es que estos reclamos son efectivamente acerca de dinero, y que la transparencia es de un solo lado.
El ambito- la corte- fue elegido por los museos. Pero los reclamantes, al hacer su caso en publico y envolverse ellos mismos en la historia para ayudar a ese reclamo, incurrieron en una responsabilidad publica de revelarlo todo.
Fuente: The Jerusalem Post
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