martes, 9 de noviembre de 2010

La Lista de Schindler en el museo



Una zona industrial en Cracovia no parece ser un punto de atracción turística. Sin embargo, el lugar está colmado de visitantes y autobuses recorren las calles, llenas de baches. Y es que aquí se encuentra la antigua fábrica de Oskar Schindler.

En 1993, el director estadounidense Steven Spielberg filmó en los escenarios originales de Cracovia "La lista de Schindler". La película contaba el esfuerzo heroico del empresario por salvar a sus trabajadores judíos de la exterminación nazi. Hasta hace poco quienes visitaban el lugar del rodaje se encontraban frente a una puerta cerrada y sólo podían imaginar cómo sería el interior de la usina. Desde el verano pasado, la antigua fábrica está abierta a todo el público.

En tren rumbo al exterminio masivo.
El municipio de Cracovia convirtió el terreno industrial en un museo e inauguró el verano pasado la primera exposición permanente, titulada "Cracovia - la época de la ocupación, 1939-1945". La misma retrata la vida en Cracovia bajo el régimen de nazi. La exposición cuenta también la historia de Oskar Schindler y de sus trabajadores. "Ellos son los protagonistas principales de la exposición. Pero no son los únicos", dice Monika Bednarek, curadora de la exposición permanente. La muestra se dirije a todos aquellos que tuvieron que vivir bajo la ocupación nacionalsocialista y ubica el destino de los trabajadores y empleados judíos de la fábrica de Schindler dentro de un contexto general.

De una fábrica de esmalte a una fábrica de la memoria

Oskar Schindler, hijo de fabricantes, vivió de 1908 hasta 1974. En octubre 1939, después de que Polonia fuera ocupada por la Alemania nacionalsocialista, compró una fábrica de esmalte. Esta fábrica había pertenecido a un empresario judío, hasta que entraron en vigencia las leyes antijudíos y se empezó a practicar la así llamada "arificación". Schindler fabricó vajilla de hojalata y más adelante cápsulas y espoletas para la industria de armamento. El empresario de hecho se benefició de la expropiación a los judíos y en los años consiguientes hizo su fortuna en el mercado negro. A pesar de su afiliación al partido nacionalsocialista, NSDAP, Schindler tomaba poco a poco conciencia de la dramática situación en que se encontraban los judíos. En su fábrica contrató a unos 1.200 trabajadores forzados, que colocó luego en su célebre lista y declaró como "indispensables" para la producción militar de los nazis.

A primera vista, una fábrica de esmaltes como cualquier otra.
"En 1947, después de la guerra, la fábrica de Schindler fue nacionalizada y transformada en una empresa de telecomunicaciones llamada "TELPOD". En 2002 finalmente la fábrica fue abandonada. Tres años después, el municipio de Cracovia compró el predio. El Consejo de la ciudad decidió convertir la fábrica en un museo", resume Monika Bednarek la historia de la famosa usina. Gracias a inversiones de la UE el edificio pudo ser reformado. La exposición, sin embargo, fue financiada únicamente con fondos municipales.


Objetos modernos dirigidos a los jóvenes

La exposición comienza en los años 30, en un taller de fotografía de Cracovia. Las fotos muestran mujeres bien vestidas dando un paseo y judíos de buen humor, camino a la sinagoga. Reina aún un ambiente alegre, previo a la guerra. "Primero mostramos la historia antes de la guerra. De este modo se comprende mejor lo que pasó aquí durante la guerra", explica Monika Bendarek el concepto de la exposición. Después se ve el estallido de la guerra: el 6 de septiembre de 1939 soldados alemanes entran a la ciudad polaca. Se cuenta la historia de Cracovia cronológicamente, durante la Segunda Guerra Mundial. El visitante se entera así que en noviembre de 1939 fueron arrestados 200 científicos de la Universidad de Cracovia por los nacionalsocialistas. Luego, en el curso de la exhibición, se ingresa en un búnker, en un gueto judío o incluso en la estación central de trenes, desde la cual fue deportada la población judía.

Viajando en el tiempo hasta la Cracovia de los años 30 y 40...
Escenógrafos y directores de teatro idearon la exposición, valiéndose de imágenes de tamaño real, monitores digitales y pantallas táctiles multimedia. Todos estos medios ayudan a que el visitante se sienta visual y acústicamente más cercano a ese capítulo de la historia. La técnica moderna intenta también atraer a visitantes más jóvenes.

La historia del propio Oskar Schindler es relatada en la antigua secretaría de la fábrica, a través de fotos, documentos y muebles originales. En el centro de la oficina se encuentra un enorme cubo transparente, lleno de vajilla, producida en la fábrica de Schindler. Esa instalación simboliza la historia de la empresa y de sus trabajadores. En su interior figuran los nombres de unos 1.200 trabajadores forzados a quienes Schindler salvó la vida.

Autora: Justyna Bronska / Valeria Risi

Editor: Pablo Kuimmetz

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