miércoles, 10 de noviembre de 2010

PIENSA NUEVAMENTE: UNA DOBLE NORMA PARA EL ISLAM

Islamistas en todas partes exigen respeto por el Islam, el profeta y el Corán, y amenazan con caos criminal si esa demanda no es honrada. Al mismo tiempo, no dudan en expresar su desprecio por otras religiones y sus adeptos, así como por el sistema de los derechos democráticos protegiendo la libertad de religión.
Tampoco aquellas amenazas deben tomarse como probables. Más de 50 personas murieron en violencia desencadenada por el edicto del ayatolá Ruhollah Jomeini de 1989 contra Salman Rushdie, autor de Los versos satánicos, y todos aquellos conectados con su publicación o distribución. Docenas de europeos están ahora en la clandestinidad o bajo protección policial por amenazas de muerte por parte de musulmanes.
Lamentablemente, el Occidente tiene un asombroso grado de aquiescencia en este doble rasero. El Washington Post quito de su sitio web una caricatura que incluia las palabras "Dónde está Muhammad," a pesar que no contiene la descripción de él; los productores de South Park editan los episodios que mencionan el Islam pero no las que ridiculizan el cristianismo, la Prensa de la Universidad de Yale elimino todas las caricaturas reales de un libro sobre la controversia de las caricaturas danesas. Predicadores de Australia fueron multados por citar el Corán, y el líder político holandés Geert Wilders fue llevado a juicio por sus fuertes críticas al Islam.
Las leyes de discurso de odio son aplicadas en Europa contra los críticos del Islam, pero nunca contra los imanes musulmanes que se burlan de los infieles judíos o cristianos. Incluso aquí, Tatiana Susskind fue condenada a dos años de cárcel por publicar una caricatura de la cara de Mahoma sobre el cuerpo de un cerdo, pero los predicadores del Movimiento Islámico pueden transmitir lo que quieran sobre los judios y el judaísmo.
La doble norma transmite a los islamistas dos mensajes peligrosos. En primer lugar, que la violencia funciona, el Occidente está aterrorizado. En segundo lugar, que el Islam es la religión verdadera: He aquí, incluso los occidentales lo tratan con un respeto que no es mostrado al Cristianismo o al Judaísmo.
LOS INTELECTUALES Y las élites culturales han jugado un papel importante en el fomento de la aceptación de Occidente de la dhimmitud voluntaria mediante la manipulación del nivel en el cual el debate es llevado a cabo cada vez que toca temas del Islam. En parte, las actitudes intelectuales están motivadas por el miedo, en parte por la negativa a reconocer una lucha de civilizaciones entre Occidente y el Islam expansionista. Para algunos, el escalofrío de ver a su propia sociedad burguesa bajo ataque contribuye a la diversión.
El reciente escándalo por la amenaza de un oscuro pastor de la Florida de quemar el Corán es un ejemplo clásico de las diferentes formas en que el debate se enmarca en función de si el Islam es percibido como el "agresor" o la "víctima".
La quema del Corán, sin duda, hubiese sido "discurso simbólico" protegido en virtud de la doctrina establecida en la Primera Enmienda. La quema de la bandera de Estados Unidos, otro acto altamente acusado, ha sido protegida por la Corte Suprema. Al mismo tiempo, es preciso reconocer que la quema del Corán es muy ofensiva para los musulmanes y no tiene otro propósito mas que el de ofender.
Comparemos la respuesta a la amenaza de quemar el Corán con otro tema caliente reciente: la mezquita del Ground Zero. Al discutir la propuesta mezquita,el presidente Barack Obama se centró, o al menos afirmo centrar la atención, sobre la inadmisibilidad por parte de la Primera Enmienda de la prohibición de la mezquitas de un área en particular. El no expresó, o afirmo expresar, ninguna opinion sobre la conveniencia del proyecto.
La cuestión de la conveniencia del proyecto o el mensaje implícito que transmitiria al más amplio mundo islámico estaba más allá de los límites de la discusión legítima, afirmo el alcalde de Nueva York, Mike Bloomberg. El profeso estar totalmente desinteresado en el hecho que el iniciador del proyecto, el imán Feisal Abdul Rauf, es un defensor de la propagación de la ley islámica (Sharia) o que él haya dado a América parte de la culpa por el 11/S o que en un principio el describio al lugar de la mezquita tan cercano al Ground Zero que los restos de uno de los aviones secuestrados cayeron sobre el. Que la construcción del de la mezquita sera vista por los islamistas en todo el mundo como un ejemplo de las estructuras religiosas islámicas que sustituyen a las de los infieles conquistados es irrelevante.
El pastor Terry Jones, por el contrario, fue condenado inmediatamente por Obama ("no-americano"), la secretaria de Estado Hillary Clinton ("vergonzoso") y el Comandante Supremo de la OTAN en Afganistán, general David Petraeus. Este último argumentó que la quema del Corán podría poner en peligro a las tropas aliadas y hacer el reclutamiento de los talibanes más fácil.
En resumen, los críticos de Jones - casi toda persona en los Estados Unidos - enmarcaron la discusión de su propuesta acción en cuanto a la procedencia o el impacto, e ignoran su condición protegida por la Primera Enmienda, mientras que los defensores de la mezquita del Ground Zero hablaron sólo de la Primera Enmienda, y descartaron problemas de temas tribunalicios de propiedad o el impulso que la mezquita daria a la narrativa triunfal del islam por parte de los islamistas.
Aún más sorprendente es el contraste de la calumnia acumulada sobre Jones, con la discusión pública de los delitos más flagrantes para el Cristianismo. Los contribuyentes de impuestos cristianos que protestaron por la exhibicion por parte del Museo de Brooklyn de un cuadro de la madre de Jesús sobre un fondo de nalgas y genitales femeninos o la utilización de una subvencion del Fondo Nacional de las Artes para producir un frasco con un crucifijo de plástico en orina (Piss Christ ) se vieron puestos en la picota por sus superiores culturales como filisteos y se les dio catedra sobre el privilegio de vivir en una sociedad en la que incluso el arte más transgresor puede encontrar un foro público.
Sólo el arte transgresor que podría irritar a los notoriamente irritables musulmanes obtiene un pase. El Juez de la Corte Suprema de EE.UU. Stephen Breyer considero seriamente la posibilidad, en respuesta a una pregunta de George Stephanopoulos, que la quema del Corán pueda ser comparada con gritar fuego en un teatro lleno de gente si los musulmanes en Afganistán continuarian con alborotos asesinos en respuesta. El por lo tanto trato a los musulmanes como poseídos del instinto de respuesta de rabia que evita por completo todas las funciones cerebrales superiores.
LA DESPROPORCIONADA atención de los medios centrada sobre Jones sirvio a la causa islamista, dando credibilidad a la acusación de islamofobia que es constantemente utilizada para excluir la discusión del Islam desde el mercado libre de ideas. El columnista del New York Times Nicholas Kristof, por ejemplo, se sintió obligado a "pedir disculpas a los musulmanes por la ola de fanatismo y simple locura dirigidas a ustedes."
Sin embargo, la islamofobia es en gran parte una ficción. Jones, una persona en una nación de más de 300 millones de personas, no constituía una ola de nada. Los crímenes de odio contra los musulmanes son extremadamente raros en América - incluso después del 11/S, la masacre de Fort Hood, el intento de bombardeo de Times Square y una docena de otros frustrados atentados terroristas. Los crímenes de odio contra judios e instituciones judías son ocho veces más comunes que aquellos contra los musulmanes.
Los medios de comunicación occidentales minimizan constantemente el alcance de la amenaza islámica, quizás en un esfuerzo por calmar sus temores. La gran mayoría de los musulmanes en todo el mundo son projimos amantes de la paz, se nos asegura, y sólo un puñado de manzanas podridas estropean la imagen del resto. Son ignoradas la red mundial de mezquitas wahabíes patrocinadas por los sauditas y el gran número de retoños inspirados en la Hermandad Musulmana - no sólo de al-Qaida y Hamas, sino grupos en países occidentales promoviendo la Sharia como el único sistema legal legítimo.
Los problemas endémicos en casi todo el mundo árabe y musulmán se ignoran. En una escala de libertad de Freedom House (en el que siete es el menos libre) la media de los países árabes es de 5,5. Para el resto del mundo es 2.5. Ya se trate de niñas novias en Gaza, la selección institucionalizada de niños pre-puberes danzarines como amantes por parte de varones de mayor edad en Afganistán o la clitoridectomía generalizada en gran parte del mundo musulmán, los medios de comunicación asumen una aprobacion. Todos estos fenómenos merecen más atención que las payasadas de Jones.
Cuando Jomeini pronunció el deber de todo musulmán de matar a Salman Rushdie y a todos los que promovieron su libro, los intelectuales británicos se unieron en su defensa. Recientemente, cuando Mollie Norris, una caricaturista de un semanario alternativo de Seattle tuvo la idea mal concebida de promover el "Dia del Dibujo de Mahoma", el FBI le aconsejo un cambio de su identidad y pasar a la clandestinidad. Su propio diario se contentó con un anuncio lacónico, "Mollie Norris ya no existe."*
La historia de una periodista estadounidense temiendo por su vida en Estados Unidos recibió escasa cobertura.
No es de extrañar que Paul Berman titulara su reciente libro sobre las respuestas de Occidente al Islam LA HUIDA DE LOS INTELECTUALES.

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