miércoles, 1 de abril de 2009

Ensayo: Con Credito Excesivo

Ensayo: Con Credito Excesivo
By YEHUDA AVNER
Este mes marca el 30º aniversario de la firma del tratado de paz israeli-egipcio. Fue un prolongado y oscilante proceso, comenzando con la asombrosa visita a Jerusalem en noviembre de 1977 del Presidente egipcio Anwar Sadat quien fue marcado por la sorda diplomacia del primer ministro Menajem Begin.

Nunca habia estado el Aeropuerto Ben-Gurion mas realzado y engalanado que ese sabado a la noche de su arribo- un mar de luz de color, con cien banderas colgando, israelies y egipcias. Profundas filas de tropas desfilando, sus insignias regimentales enarboladas, enmarcando el asfalto, y al final fue situada una banda militar, sus instrumentos de bronce destellando en la noche.

La agenda de Sadat fue agitada. Duro 36 horas, con un discurso a la Knesset. Y mientras su avion desaparecia en el aire de regreso a Cairo un exhuberante primer ministro se dirigio a mi para decir, “Quiero enviar un cable al Presidente Jimmy Carter directamente para decirle como fue” y en el momento el comenzo a dictar mientras iba hacia su auto.

Como todos los que lo han intentado saben, escribir mientras caminas no es algo facil, y mi escritura resultante fue tan ilegible que tuve tremendas dificultades para descifrarla. Una vez que lo hice, salio algo como esto: “Estimado Señor Presidente- ayer a la noche el Presidente Sadat y yo nos sentamos hasta después de medianoche. Vamos a impedir otra guerra en el Medio Oriente, e hicimos arreglos practicos para lograr ese desafio. Le dare los detalles en un informe escrito. Los intercambios fueron muy confidenciales, muy enriquecedores desde su punto de vista. Estoy muy cansado. Yo trabajo 20 horas por dia. Hay diferencias de opinion. Vamos a discutirlas. Tengo un pedido. Ud planeara otro viaje a varias partes del mundo. Por favor visite Egipto e Israel durante ese viaje. Sadat estaba muy conmovido por la recepcion de nuestra gente. Ud vendra a Israel y le daremos un tiempo maravilloso. Lo mismo hara Egipto. Dele dos dias a Jerusalem y Cairo. Por favor, tome esto en consideracion.”

ESA MISMA NOCHE el primer ministro, exhausto como estaba, recibio a una delegacion de cuatro hombres del United Jewish Appeal philanthropists (ahora Comunidades Judias Unidas) que habian volado desde los EEUU especialmente para presenciar el historico evento. Entre ellos habia un viejo conocido de Columbus, Ohio- Gordon Zacks, mas conocido como Gordie.

Gordie era una suerte de vigoroso, emprendedor, de gran corazon, idealista que no solo daba generosamente sino que ademas pensaba innovadoramente. En 1975 el se habria embarcado en una mision de paz por su cuenta volando a Egipto para identificar unos 100 proyectos en los campos de la medicina, agricultura, irrigacion, industria y bienestar social, los cuales el preveia como posibles empresas compartidas entre Egipto e Israel para servir como piedras fundamentales para la paz. El llevo su propuesta a Israel y me pidio arreglar una reunion con el entonces primer ministro Yitzhak Rabin.

Mientras Rabin observaba el abultado folio del proyecto, Gordie le decia con enorme fuerza, "Yitzhak, escucheme, este es un acuerdo en que nadie pierde.”

"Que significa exactamente?" pregunto Rabin, cerrando de golpe la carpeta sin siquiera pretender que examino al menos uno de sus proyectos.

"Significa, aqui hay una forma de probar las verdaderas intenciones de Sadat hacia la paz.”

"Gordie, en que mundo vives?" dijo Rabin con impiadoso sarcasmo, empujando lejos de si la carpeta.

"Le estoy diciendo que esta es una propuesta solida," contraataco Gordie indignado., "Israel podria ofrecer convertirse en parte de cualquiera o de todos estos proyectos. Podria sentar las bases para la construccion de medidas de confianza, los comienzos de un dialogo.”

"Y si los egipcios dicen no los queremos, como estoy seguro que lo haran?"

"Entonces lo que usted hace es ofrecerles publicamente dos proyectos semanales por cincuenta semanas. Ustedes terminaran oliendo a rosas como los pacifistas, mientras que Sadat quedara como el intransigente.”

"Loco e ingenuo americano," lanzo Rabin, levantandose y extendiendo una mano de despedida. “Gordie, viejo amigo, esta es solo otra treta de relaciones publicas. Regresa a America y haga lo que mejor hace: recaude dinero para el United Jewish Appeal."

Y Gordie se fue, rechazado.

DOS AÑOS DESPUES, cuando Menachem Begin asumio el cargo de Primer Ministro, el pidio ver todos los materiales que tenian que ver con los esfuerzos previos israelies para la paz con Egipto, y entre los documentos estaba la propuesta de Gordie. Desperto suficiente curiosidad para que el premier me preguntara quien era el hombre, y cuando le conte, el dijo, “Sus ideas son una fantasia, pero muestran audacia e imaginación. Me gustaria conocerlo un dia.” Le informe esto a Gordie y a la semana el estaba teniendo un almuerzo con el primer ministro en el Hotel King David.

"Sr. Zacks, alguna vez ha estado en prision?" pregunto Begin mientras servian el primer plato.

"No, Sr. Primer Ministro," contesto Gordie, preguntandose a donde iba Begin. “Nunca he estado en prision.”

"Eso es una pena," dijo Begin enigmaticamente, mordisqueando su pollo. "Mire, Yo he estado en tres prisiones distintas."

Gordie Zacks se sento contra el respaldo de su silla asombrado: “Tres- como fue?”

"La primera vez que los comunistas me arrestaron fue en Vilna. Yo estaba en medio de un juego de ajedrez. Cuando los agentes sovieticos me arrastraron fuera, yo recuerdo decirle a mi colega, ‘Te concedo el juego. Tu ganas.’ Los sovieticos me encerraron en una de sus prisiones. Estuve alli por seis semanas y en todo lo que podia pensar era en salir y regresar a casa, libre. La segunda prision fue un campo de labores forzadas en Siberia. Para la sexta semana, yo soñaba con regresar a aquella celda de la primera prision. La tercera vez los sovieticos me pusieron en confinamiento solitario, y soñe con estar de regreso en aquel campo de labores siberiano. Entonces, usted ve, Sr. Zacks, mi trabajo como primer ministro de Israel es asegurar que los chicos judios sueñen los sueños de un pueblo libre, y nunca acerca de prisiones, o campos de labores o confinamiento solitario. Yo quiero traerles paz, pero en nuestra region la paz solo puede ser ganada a traves de la fuerza.”

"Entonces, como puedo ayudar?" pregunto Gordie, con su caracteristica buena voluntad.

"Contandome de su viaje a Egipto, y la naturaleza de los proyectos que podemos hacer juntos con los egipcios una vez que tengamos paz.”

No fue sorprendente, por lo tanto, que Gordie Zacks mostrara tal excitacion esa noche luego de la visita de Sadat cuando Begin les dijo a el y sus colegas, “amigos, ustedes estaran complacidos de escuchar que el presidente Sadat y yo hemos llegado a un entendimiento. Nosotros seguimos teniendo nuestras diferencias como ustedes escucharon en su discurso ante la Kneset y mi respuesta a el, pero hemos acordado que no habra mas guerra. Yo ya escribi al presidente Carter. Yehuda”- esto me lo dijo a mi- “enviaste mi cable?”

"Por supuesto, tan pronto como regrese a Jerusalem desde Ben-Gurion.”

“Entonces, llamemos al presidente ahora- escuchemos su reaccion.”

“Tiene usted su telefono?” pregunte.

Begin nego con la cabeza con un aire de inocente ignorancia.

"Entonces, mejor voy a la oficina. Lo tengo en un archivo telefonico clasificado”, dije.

"Por que no llaman al intercambio internacional y preguntan por el conmutador de la Casa Blanca”, sugirio Gordie. “Estoy bien seguro que ellos tienen un numero general.”

"Intentare," dije, y enseguida consegui el 001 202 456 1414. Yo estaba hablando a una mujer en el conmutador de la Casa Blanca que penso que yo era un enfermo.

"Disculpe, señor," dijo con voz acerada, "pero usted no puede hablar con el presidente de los EEUU."

"No soy yo, es el primer ministro de Israel, el Sr. Menachem Begin," dije altaneramente.

A lo que ella respondio dubitativa, "Menakem cuanto?"

"Begin."

"Espere en linea."

"Hola, como puedo ayudarlo?" – esto de una mujer con una voz mas amable.
Le explique el asunto y ella dijo razonablemente, “Por favor deme el numero del primer ministro y le devolveremos el llamado.”

Mire el telefono para ver el numero. No habia ninguno. Como podia ser? Esta era la residencia del primer ministro, y su numero no estaba expuesto para que cualquier ojo lo viera. Entonces llame al primer ministro que estaba sentado en el living, “Sr. Begin, cual es su numero?”

"No tengo idea. Nunca me llamo”, dijo.

Y entonces, moviendose hacia el pasillo donde yo estaba, el grito , “Alla (asi llamaba a su esposa, Aliza), cual es nuestro numero de telefono?” “664763," contesto ella.

Se lo repeti a Washington.

"Gracias," dijo la voz, “le responderemos a la brevedad."

Y, a los minutos, el telefono sono, y la voz dijo, “Por favor, ponga al primer ministro en la linea. Yo estoy poniendo al presidente desde ahora."

Le di el telefono a Begin y me quede a un lado para tomar notas. Solo pude grabar lo que Begin estaba diciendo.

"Espero que haya recibido mi mensaje, Sr. Presidente," dijo sonriente.

Larga pausa: "Por supuesto, mañana le enviare un relato completo a traves de nuestro embajador.”

Otra larga pausa: "Oh si, efectivamente," dijo Begin con un entusiasta asentimiento de cabeza. “Hay resultados concretos inmediatos de la visita. El Presidente Sadat y yo acordamos continuar nuestro dialogo en dos niveles, el politico y el militar. Esos encuentros tendran lugar entre nuestros representantes pronto. Nosotros hicimos una promesa solemne de nuestra conferencia de prensa compartida en Jerusalem que no habra mas guerras entre nosotros. Esta es una gran victoria moral. Y nosotros acordamos que no habra futuras movilizaciones o movimientos de tropas sobre el otro lado, asi ese mutuo compromiso de ‘no mas guerra’ tendra una expresión practica en el terreno.”

Y entonces, hombros atras, cabeza en alto: “No, no, Sr. Presidente, le aseguro- si, si- nosotros continuamos queriendo ir a la conferencia de paz de Ginebra si usted considera que es util. Es todo cuestion del tiempo apropiado. El presidente Sadat y yo discutimos esto, pero nosotros no hablamos acerca de una fecha real. Intercambiamos ideas sobre los temas mas sustanciales, y conociendo que tenemos diferencias de opinion prometimos discutirlas mas adelante en el futuro. Lo que es importante es que la atmosfera de todas nuestras conversaciones fue amistosa, franca y cordial.”

Entonces finalmente: “Sr. Presidente, sin usted esto nunca hubiese sucedido. Entonces permitame expresarle mi profunda gratitud por su magnifica contribucion. Los amantes de la paz alrededor del mundo- y el pueblo judio en las generaciones venideras- estaran siempre en deuda por el papel que usted jugo en ayudar a traer esta historica visita. Nosotros necesitaremos su comprensión y ayuda en el futuro. Di-s lo bendiga, Sr. Presidente, Adios”, y colgo.

Sus invitados en el living lo felicitaron energicamente por lo que fue una afable conversacion. Solo Gordie pregunto, “Por que Señor Primer Ministro? Por que? Por que dar a Jimmy Carter tanto credito? Sadat vino aqui por lo que usted hizo, y a pesar de lo que Carter hizo con su idea de una conferencia internacional de paz en Ginebra.”

"Que cuesta?" respondio Begin con una expresion de loco. “Yo voy a seguir necesitando a EEUU, no? Entonces darle un poco de credito ahora puede ayudarnos un poco en el futuro. Lo importante es que Sadat y yo acordamos hacer la paz con o sin Ginebra.”

Y, efectivamente, la hicieron. Ninguna conferencia de Ginebra fue convocada jamas. Si se hubiera hecho solo hubiera agregado nudos gratuitos a lo que era un emprendimiento anudado.

Presidente Obama, tome nota.

El autor estuvo en el equipo personal de cinco primeros ministros. Su libro ‘Los Premiers’ aparecera a fin de este año.

Fuente: Extractado del Jerusalem Post

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.