domingo, 29 de agosto de 2010

Anochecer en Irak


Caroline Glick

Un hito preocupante llegó el jueves, cuando los EE.UU. retiró su brigada de combate final de Irak. Los 50.000 restantes fuerzas de EE.UU. estan encargadas de asesorar y formar a los militares iraquíes. El presidente Barack Obama se ha comprometido a retirarlas como mucho a finales del próximo año.
Cuando las fuerzas aliadas lideradas por EEUU invadieron Irak hace siete años, su acción levantó las esperanzas e incitó a los sueños de millones en toda la región y en todo el mundo.
La Operación Libertad Iraquí prometió llevar la luz de la libertad a un rincón del mundo que no había conocido ninguna. De este modo, inspiraria y permitiria a hombres y mujeres en la región creer que ellos también podían ser libres.
Pero cuando la última brigada de combate de EE.UU. partió el jueves, el Irak que dejo atrás no era una brillante ciudad árabe en una colina iraquí. El Iraq del que se retiraron no tiene un gobierno.
Las conversaciones de coalicion posterior a las elecciones del 7 de marzo están irremediablemente estancadas. El primer ministro Nouri al-Maliki, ha aceptado ser la cabeza de un gobierno provisional por ahora y no tomar decisiones importantes sobre el futuro de Irak. En una palabra, Irak sufre de parálisis gubernamental.
Luego está el ejército iraquí entrenado y armado. Recientemente, el general de más alto rango en Irak, teniente general Babakir Zebari, reconoció que las fuerzas iraquíes no podrán defender al país de la agresión interna y externa hasta 2020. Zebari afirmó que la razón por la cual la retirada de las fuerzas de combate de EE.UU. se estaba desarrollando bien era "porque ellos [las fuerzas de EE.UU.] todavía están aquí."
El atentado suicida de esta semana en la oficina de reclutamiento militar en Bagdad en el que unas 61 personas fueron asesinadas forma parte de una tendencia creciente en Irak. Mientras EE.UU. se retira, la lucha de las fuerzas de los EE.UU. durante los últimos siete años va en aumento. Al-Qaeda está segun se informa detrás de gran parte de la violencia reciente en su intento de convencer a los sunitas de Irak a re-unirse a sus filas en una guerra permanente contra los chiítas. Y en cuanto a los chiítas, sus líderes siguen siendo alternativa y, a menudo simultáneamente dependientes de y amenazados por Irán.
Como el comandante saliente de EE.UU. en Irak el general Ray Odierno reconoció el mes pasado, Irán sigue siendo el principal patrocinador de la violencia sectaria en el país.
Y así, a pesar de la inversión americana de más de un billón de dólares en Irak, y a pesar de los más de 4.400 militares americanos que perdieron sus vidas en el país, el futuro de Irak sigue siendo incierto en el mejor de los casos. Ciertamente, un coherente, moderado, aliado y democrático Irak sigue siendo un objetivo difícil de alcanzar.
EE.UU. acusa a Irán por el estancamiento político en Irak.
Es correcto hacerlo. Los resultados electorales dieron una estrecha ventaja de dos bancas al ex primer ministro Ayad Alawi respaldado por los sunitas del partido Iraqiya por sobre la coalicion chiita Estado de Derecho de Maliki.
Y, sin embargo, en vez de aceptar los resultados, los politicos chiitas aliados de Irán liderados por Ahmed Chalabi exigieron que a seis miembros del partido de Alawi se les niegue el derecho de asumir su cargo debido a sus vínculos pasados con el partido baasista de Saddam.
Aunque la demanda fue rechazada en mayo, las partes siguen siendo incapaces de llegar a un acuerdo que permita al parlamento iraquí entrar en vigencia o que un gobierno sea formado.
La mano de Irán está en todas partes en este caos. Como escribió George Friedman en un reciente Boletín Straffor de Inteligencia, es cierto que hoy, con 50.000 soldados de EE.UU. todavía desplegados en Irak, "los iraníes no tienen la capacidad de imponer un gobierno en Irak. Sin embargo, sí tienen la capacidad para evitar la formación de un gobierno o para desestabilizar a uno que se forme.
La inteligencia iraní tiene suficientes aliados y recursos en Irak para garantizar el fracaso de cualquier intento de estabilización que no agrade a Teherán ".
Como señala Friedman, para Irán, mantener a Irak en un estado permanente de inestabilidad, con períodos esporádicos de caos total, es de bajo costo, la inversión de alto retorno. Niega a Irak la capacidad de reconstituirse para desempeñar su papel tradicional como un contrapeso regional equilibrando el poder iraní en el Golfo Pérsico. También niega la victoria de EE.UU., erosiona su voluntad de lucha y le quita su determinación de defender al Golfo Pérsico de la ascendencia iraní.
Como Friedman lo ve, "La estrategia de Irán parece ser la de hacer de poner a los Estados Unidos lo suficientemente incómodo como para ver la retirada más atractiva, pero sin ser tan amenazante como para impedir la retirada.
"Tan inteligente como es la estrategia, sin embargo, no oculta el hecho que Irán dominara la región del Golfo Pérsico después de la retirada.
Por lo tanto, los Estados Unidos no tiene más que opciones desagradables en Irak. Puede permanecer a perpetuidad y seguir siendo vulnerable a la violencia.
Puede retirarse y entregar la región a Irán. Puede ir a la guerra con otro país islámico. O puede negociar con un gobierno que desprecia - y que tambien lo desprecia."
Hay dos aspectos frustrantes para el análisis de Friedman y lo que nos dice acerca de las perspectivas para la región en el futuro.
El primer aspecto frustrante del diagnóstico de Friedman de la situación en el Irak de hoy es precisamente cuan similar es con la situación en el Líbano.
Como en Irak, las fuerzas políticas anti-iraníes ganaron las elecciones del Líbano el año pasado. Y como es el caso hoy en Irak, los representantes de Irán en el Líbano hicieron colapsar las negociaciones de coalición, y así coaccionaron a los candidatos anti-iraníes del Partido 14 de marzo encabezado por el Primer Ministro Saad Hariri a llegar a un acuerdo para forjar un gobierno de unidad con Hezbolá. Además, obligaron a Hariri a aceptar que en efecto Hezbolá - es decir, Irán - controle su gobierno. Esto lo hicieron mediante la exigencia que Hizbullah recibió votos suficientes en el gabinete para darle poder de veto sobre todas las decisiones gubernamentales.
La posición dominante de Hezbolá en el Líbano fue deprimente y trágicamente demostrada la semana pasada, cuando Hariri pidió a la ONU investigar las denuncias del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah de que Israel estuvo detrás del asesinato de su padre en 2005. El asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri en febrero de 2005 fue llevado a cabo por Hizbullah y Siria, y su hijo lo sabe.
Que él se inclinara ante el asesino de su padre es un ejemplo espeluznante de cómo funciona el implacable juego de poder iraní. El desventurado primer ministro del Líbano teme correctamente a Hezbolá, Siria e Irán más de lo que confía en los EE.UU. Y así seguirá siendo primer ministro sólo de nombre y sirve a su gusto - el esclavo efectivo de los asesinos de su padre.
A nivel militar, la campaña inconclusa de Estados Unidos en Iraq tiene sorprendente similitud con la salida de Israel del sur del Líbano hace 10 años. En Líbano, como en Iraq para los EE.UU., Irán y sus satélites hicieron imposible que Israel y sus aliados en el Ejército del Sur del Líbano llevaran estabilidad al sur. Los constantes ataques, pero de bajo perfil de Hezbolá sobre Israel y las fuerzas de Tzahal, marcados por la escalada esporádica, erosionaron la voluntad de luchar de la clase dirigente israelí. Así, también, el carácter elusivo de los enemigos asimétricos hizo fácil para las elites mismas ignorar el carácter contradictorio de las fuerzas que están contra Israel y así allano el camino para la retirada de Israel. Esto a su vez fomentó la toma exitosa del sur por parte de Hezbolá, y en su momento, su toma de posesión de la totalidad del Líbano.
EL SEGUNDA aspecto frustrante de la situación de Irak hoy en día es lo que dice sobre la capacidad de los Estados Unidos de reconocer la realidad de la región y de armar estrategias exitosas para lidiar con sus retos.
Durante los últimos siete años, los defensores de la guerra de Irak y los opositores de la guerra, los republicanos y demócratas por igual, se han negado a comprender la naturaleza del campo de batalla y lo que eso significaba acerca de sus perspectivas en Irak y la región.
Tanto los gobiernos de Bush como de Obama calificaron erróneamente a Irak como una guerra independiente. Pero el hecho es que Irak ha sido siempre un campo de batalla de una guerra regional. Y el principal enemigo en Irak, el principal obstáculo para la estabilidad y la victoria, es Irán. Así como Israel fue incapaz de vencer a Irán en Líbano, y asi perdio ante su apoderado Hezbolá, asi EE.UU. ha sido y seguirá siendo incapaz de derrotar a Irán en Irak. Y si mantiene su actual estrategia, será derrotado por los apoderados de Irán.
La única forma de salvaguardar a Iraq es derrocar al régimen en Irán. La única manera de quitar a los de Hariri de debajo de la botas de Hezbolá y el régimen apoderado irani en Damasco, es derrocar al régimen en Irán.
Si fuera sólo una cuestión de bienestar de Irak como pais, argumentablemente tendría sentido que los EE.UU. eviten una escalada de la guerra y se nieguen a desafiar al régimen en Teherán.
Pero Irán no esta sólo luchando por Irak y no esta solo luchando en Irak. A través de sus apoderados, Irán también está luchando en el Líbano y está utilizando a sus títeres para aumentar su influencia en todo el Golfo Pérsico, el Levante y más allá.
Y con el régimen a sólo un corto paso o dos de distancia de la capacidad nuclear, está claro que la estrategia de EE.UU. en Irak estuvo mal desde el principio. Fue un error y peligroso.
La estrategia de EE.UU. fue llevar democracia a Irak y al hacerlo, inspirar revoluciones democráticas en todo el mundo árabe.
Aunque inspirador, fue un error, ante todo, porque se basaba en ignorar uno de los dictados de la estrategia básica. No pudo reconocer que había otras fuerzas en la región.
Fue incapaz de prever que cada movimiento americano sería contrarrestado por un movimiento iraní. Y no reconociendo esta verdad básica estratégica - a pesar que ha estado mirandolos a la cara - los americanos persiguieron agresivamente una estrategia que se hizo más y más irrelevante con el paso del tiempo.
Como las acciones de los Hariri de Líbano y sus homólogos en Iraq muestran claramente, los contraataques iraníes siempre han sido más directos y convincentes que lo que han sido los movimientos de Estados Unidos.
En la edición de septiembre de Commentary, Arthur Herman deprimentemente establece los planes declarados de la administración Obama y las primeras medidas para destripar al ejercito americano. Es evidente que, independientemente de la posición política de Obama después de las elecciones de mitad de período en noviembre, el no revisara la actual estrategia para Medio Oriente de Estados Unidos, la cual se basa en ignorar al elefante nuclear iraní en el centro de la habitación. El no trabajara para derrocar al régimen o apoyar cualquier fuerza que derroque al régimen
Es cierto que en el corto plazo, las perspectivas para la región dependen de si o no el primer ministro Binyamin Netanyahu tiene el valor de ordenar a Tzahal atacar las instalaciones nucleares de Irán. Y también es cierto que si un ataque israelí es lo suficientemente exitoso, facultaria a muchas fuerzas positivas en toda la región - de Teherán y el Kurdistán a Ankara, Damasco y Beirut.
Pero a mediano y largo plazo, nada puede sustituir a los Estados Unidos. Y mientras EE.UU. continúa en su trayectoria de ceguera estratégica, los iraquíes estaran lejos de estar solos en su sufrimiento.
Fuente: The Jerusalem Post

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