Ze'ev Jabotinsky sobre el Antisemitismo

Quisiera señalar una tarea permanente que nos es confiada a cada uno de nosotros, viejos y jovenes, hombres y mujeres, educados e ignorantes, como un grupo y como individuos; esta tarea es la defensa del honor de nuestro pueblo.
Demasiado facilmente permitimos que este honor sea afectado. Hasta ahora nos hemos acostumbrado a la humillacion, que en una simple maldicion ya no encontramos insulto, y solo nos decimos: 'gracias por solo ser groseros con nosotros- despues de todo ustedes tambien podrian habernos golpeado!' En todas partes, incluso en sitios publicos, nuestros oidos recogen exabruptos vulgares contra nuestra gente, y nosotros fingimos que no los escuchamos, y nos consolamos que 'ellos no quieren dirigirse a nosotros.'
Esto es una mentira: Esta siempre dirigido a nosotros, y nosotros debemos responder. Nosotros debemos terminar este abuso de nosotros mismos, a toda costa. Y es muy facil. Ellos escupen en nuestras caras sin miedo, 'al pasar', por ninguna razon- no debido a que nuestros insultadores esten bendecidos con coraje y quieran iniciar una pelea con nosotros, sino debido a que este placer es muy barato para ellos: ellos nos escupiran y seguiran su camino, y nada sucedera.
Nosotros debemos acostumbrarlos al pensamiento que desde ahora en mas este placer llegara a un pesado costo. Un nuevo mandamiento debe entrar en nuestros corazones: que incluso donde haya solo un judio, la palabra 'zhid¡ no debe ser escuchada sin respuesta. La gente sabia llegara e intentara disuadirnos: 'Ustedes son debiles- que pueden hacer?' Pero no es nuestro proposito ganar en todo incidente. Nuestro objetivo- crear acerca de nosotros la creencia que un insulto a nuestros sentimientos nacionales ya no es lo que una vez fue, una pequeña diversion gratuita- sino que mas bien, con una certeza absoluta y precision matematica, resultara en una aguda y poco placentera confrontacion.
Es hora de probar lo que realmente somos: Un pueblo orgulloso, o sucia escoria cuyo solo llamado es a ser pisoteado."

-Ze'ev Jabotinsky, Que debemos hacer?, publicado 1905
Fuente: JIDF