domingo, 22 de agosto de 2010

Presionan a Israel y a la OLP para boicotear el diálogo


. Ayer, Egipto y Jordania anunciaron que participarán de las negociaciones.

Tanto los líderes israelíes como los palestinos llegarán a la reunión el 2 de setiembre en Washington recelosos de la otra parte, y tendrán que dominar la presión interna que sufrirán para no hacer concesiones o, incluso, para abandonar la negociación.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) aceptó ayer por la madrugada la invitación que hizo el viernes la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, para la reanudación de negociaciones directas, tres meses después de que ambas partes iniciaran las llamadas “conversaciones de proximidad”, un diálogo indirecto con la mediación del enviado especial norteamericano, George Mitchell.

Sin embargo, la OLP, que encabeza el presidente palestino, Mahmoud Abbas, advirtió de que si Israel no cesa todas las actividades de construcción en las colonias en “todo el territorio palestino ocupado” (es decir, incluido Jerusalén Oriental) esto supondrá “una amenaza para la continuación de las conversaciones directas”.

Por el momento, está en vigor una moratoria parcial de la construcción en colonias judías en Cisjordania, que declaró el primer ministro, Benjamin Netanyahu, por un plazo de ocho meses. Pero el gobierno israelí reiteró que no la renovará cuando acabe, el 26 de setiembre.
Fuentes palestinas aseguraron que la OLP contempla abandonar el proceso de paz en esa fecha si la moratoria no se prorroga. También lo hará si se aprueban nuevas construcciones en territorio palestino mientras se negocia la paz.

El diálogo permanece estancado desde diciembre de 2008, tras la operación militar israelí Plomo Fundido contra Gaza, en la que mató a 1.400 palestinos, en su mayoría civiles.

Bajo presión. La decisión palestina de reanudar el diálogo con Israel ya recibió serias críticas internas.

Mustafa Barghuthi, secretario general del partido Iniciativa Nacional Palestina, aseguró que la reanudación de negociaciones “sin precondiciones”, tal como anunció Hillary Clinton, es vergonzosa, porque supone aceptar totalmente la posición israelí.

El político considera que estas negociaciones “serán un fracaso aún mayor que el de Camp David”.

Por su parte, el movimiento islamista Hamas, que gobierna en Gaza, rechazó el regreso al diálogo, y tampoco aprobó las negociaciones indirectas iniciadas en mayo.

“Rechazamos la propuesta norteamericana para reanudar las negociaciones. Sus consecuencias no serán cumplidas por nuestro pueblo”, dijo en un comunicado Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces de Hamas en Gaza, quien consideró que se trata de “un nuevo intento de engañar al pueblo palestino”.

La Yihad islámica también rechazó la decisión de la OLP, a la que calificó de “una rendición ante un edicto estadounidense para servir a los intereses de Israel”.

Del otro lado. En Israel, el gobierno de Netanyahu aceptó de inmediato la invitación de la Casa Blanca.

El inicio de negociaciones será un respiro tras año y medio de deterioro de la imagen internacional del Estado judío, dañada por la operación militar contra Gaza, el bloqueo a la Franja, la ampliación de colonias y el asalto, a fines de mayo, a la Flotilla de la Libertad, en la que un comando israelí mató a nueve activistas turcos.

Pero Netanyahu también se tendrá que enfrentar a fuertes presiones internas, entre ellas las demandas de los colonos y la extrema derecha para que, tal y como prometió, permita reanudar, a fines de setiembre, la edificación en los asentamientos judíos en Cisjordania.

Las concesiones a los palestinos podrían resquebrajar la coalición de gobierno que preside Netanyahu, que también tendrá que enfrentarse a las presiones de Washington para que el proceso de paz triunfe.Fuente La voz.com
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.