martes, 17 de agosto de 2010

ojos europeos sobre Israel- Parte 2 de 5‏

II.

En 1962, un profesor de Berkeley llamado Thomas Kuhn publico un libro llamado La Estructura de las Revoluciones Cientificas, que llego a convertirse en el libro academico mas influyente del ultimo medio siglo, vendiendo mas de un millon de copias en una docena de idiomas. El libro de Khun bajo a una carga de profundidad bajo las bases del pensamiento academico acerca de la forma en que nosotros buscamos la verdad, y acerca de la forma en que llegamos a creer las cosas en que creemos. Y aunque el tema del libro es la forma en que funciona la busqueda de la verdad en las ciencias fisicas, tiene implicancias mucho mas alla de las ciencias.
En La Estructura de las Revoluciones Cientificas, Kuhn argumenta que el cuadro tradicional de la ciencia- en el cual los cientificos conducen experimentos universalmente replicables para acumular hechos verificados, los que juntos arman el cuerpo de las verdades cientificas—no tiene base en la historia real de la ciencia. En cambio, los cientificos estan entrenados para ver el mundo en terminos de un cierto marco de conceptos interrelacionados, los que Khun llama un paradigma. En la desbordante mayoria de casos, el paradigma no solo determina la interpretacion que un cientifico da a los hechos, sino incluso a que hechos van a ser interpretados: Los "hechos" que los cientificos consideran admisibles para discusion son aquellos que facilmente conforman al paradigma dominante, o que pueden ser hechos para conformarlo extendiendo el paradigma o introduciendo reparaciones menores dentro de el. Aquellos hechos que no pueden ser armados para conformar al paradigma reinante son pasados por alto completamente o descartados como no importantes.
Kuhn fue famoso, por supuesto, por señalar que las cosas no van como esto por siempre. La historia de la ciencia es puntualizada por corrimientos en el paradigma dominante, como cuando la fisica aristoteliana dio lugar a la fisica newtoniana, o cuando la ciencia de Newton fue desplazada por la de Einstein. Kuhn llama a estos corrimientos en los paradigmas: revoluciones cientificas, y en el libro el discute decenas de tales corrimientos desde la historia de las ciencias fisicas. Kuhn concluye que aunque la mayoria de los cientificos son gente razonable, lo que el generalmente consideraria una discusion y argumento razonable solo tiene lugar entre cientificos que suscriben al mismo paradigma. Nada como un proceso normal de persuasion esta involucrado en batallas entre paradigmas en competencia. De hecho, cuando los cientificos representando paradigmas en competencia discuten, a menudo no hay forma que una voluntad pueda comprobar su caso a la otra:

Los proponentes de paradigmas en competencia estan siempre al menos ligeramente en propositos cruzados. Ninguna parte concedera las presunciones no empiricas que la otra necesita para hacer su caso...[Asi mientras] cada uno puede esperar convertir al otro hacia su forma de ver…, ninguno puede esperar comprobar su caso. La competencia entre paradigmas no es el tipo de batalla que puede ser resuelta por pruebas.[1]

Como Kuhn señala, incluso una montaña de hechos no cambiara el pensamiento de un cientifico que ha sido entrenado en un paradigma diferente, debido a que el marco fundamental desde el cual el ve el mundo es diferente: Los hechos mismos significan algo completamente diferente para el. De hecho, muy pocos paradigmas cientificos, incluyendo los mas famosos y mas exitosos, son capaces de dar el tipo de evidencia experimental decisiva que puede forzar a los cientificos a capitular al viejo paradigma.

Como, entonces, los cientificos llegan a cambiar sus mentes? Kuhn dice que en muchos casos, ellos nunca cambian sus mentes- y que toda una generacion tiene que pasar antes que la comunidad cientifica entre a un nuevo paradigma:

Como, entonces, los cientificos son llevados a esta transposicion? Parte de la respuesta es que a menudo no lo son. El copernicanismo logro muy pocos conversos por casi un siglo despues de la muerte de Copernico. El trabajo de Newton no fue aceptado generalmente, particularmente en el Continente, por mas de medio siglo despues que los Principios aparecieron. Priestley nunca acepto la teoria del oxigeno, ni Lord Kelvin la teoria electromagnetica, y asi... Y Max Planck, investigando su propia carrera en su Autobiografia Cientifica, tristemente remarco que “una nueva verdad cientifica no triunfa convenciendo a sus oponentes y haciendolos ver la luz, sino mas bien debido a que sus oponentes finalmente mueren, y una nueva generacion crece que esta familiarizada con ella.” [2]

Kuhn no va tan lejos como apoyar la afirmacion de Planck que los paradigmas cambian solo cuando los partidarios del viejo paradigma mueren y una generacion mas joven toma su lugar. Pero el llega cerca, citando aprobadoramente un pasaje de El Origen de las Especies in el cual Darwin sugiere que incluso los cientificos mas brillantes probablemente sean incapaces de ajustarse a su teoria de la seleccion natural. Los prejuicios van muy profundo, escribe Darwin, y hara falta una nueva generacion de cientificos que sean capaces de considerar la nueva teoria justamente. Como el escribe:

Aunque yo estoy plenamente convencido de la verdad de los puntos de vista dados en este volumen..., por ningun medio espero convencer a los naturalistas experimentados cuyas mentes estan llenas de multitud de hechos todos vistos, durante un largo curso de años, desde un punto de vista directamente opuesto al mio...Pero yo observo con confianza al futuro—a los jovenes y surgentes naturalistas, quienes podran ver ambas partes de la cuestion con imparcialidad.[3]





Notas

[1] Thomas Kuhn, La Estructura de las Revoluciones Cientificas (Chicago: University of Chicago Press, 1996 [1962]), p. 148.
[2] Thomas Kuhn, La Estructura de las Revoluciones Cientificas, pp. 150-151. La cita es de Max Planck, Autobiografia Cientifica y otros documentos, F. Gaynor, trans. (New York: Philosophical Library, 1968 [1949]), pp. 33-34.
[3] Charles Darwin, Sobre el Origen de las Especies (New York, 1889), vol. II, pp. 295-296. Citado en Kuhn, p. 151.




Fuente: Jerusalem Letters

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.