viernes, 6 de agosto de 2010

Mensaje XVII - Rab Isaac Ruben Yacar‏

26 de Ab de 5770

6 de Agosto de 2010

Encendido de las Nerot de Shabat: 18:05hs.
Shabat Finaliza: 18:55hs.

Perasha Reé

Existen Mitzvot en la Tora escrita que fueron redactadas muy resumidamente, como el caso de la colocación de los Tefilín: “Enséñalas detalladamente a tus hijos y habla sobre ellas cuando estés sentado en tu hogar, cuando viajes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”. La Tora oral se ocupa de aclarar en su totalidad todos los detalles que conciernen a esta Mitzva y a las demás Mitzvot.

Nos sorprende la Tora escrita ciertas Mitzvot que la Tora las menciona varias veces.
Por ejemplo, el cuidado del Shabat que figura en la Torá unas 12 veces. También la salida de Egipto es mencionada 50 veces.
Lo sorprendente es que la prohibición de ingerir sangre está mencionada 7 veces. Ellas son:
*Vaikrá 3:17
*Vaikrá 7:26
* Vaikrá 17, del 12 al 14
* Vaikrá 19:26
*Debarim 12, del 16 al 25

DEBARIM 12:23 “Tan sólo se fuerte para evitar ingerir la sangre, pues la sangre es el alma”.
DEBARIM 12:25 “No la comas (a la sangre) y entonces te irá bien a ti y a tus descendientes por hacer lo correcto a los ojos de Hashem”.

‘Tan sólo se fuerte para evitar ingerir la sangre’. ¿Cuál es la causa que a una Mitzvá como esta, la Torá precise enfatizarla con el término Jazak – (Se fuerte)?.
Ya que consumir sangre ha sido una verdadera pasión en épocas pasadas. El Ramba’’n comenta que la consumían para sus relaciones con demonios, hechicerías y adivinanzas. También hemos vivido épocas en las cuales los judíos eran acusados de utilizar la sangre de los niños para la fabricación de Matzot. Por eso el Pasuk indica que debemos ser fuertes y extremadamente cuidadosos en esto.
Ramba’’n nos enseña que la Torá prohíbe comer la sangre ya que la fuerza vital del animal, reside allí. Al consumirla, el hombre se asemeja al animal. Si comiésemos su sangre, consumiríamos su bestialidad y reforzaríamos con este acto, nuestro propio lado animal.
La esencia de la vida animal está en su sangre. Por este motivo, debemos sacrificarlo ritualmente y salar su carne para no consumir su esencia.

“Te irá bien a ti y a tus descendientes”. La Torá no menciona recompensa más que en dos Mitzvot: 1) Respetar al Padre y a la Madre - 2) Echar a la Paloma madre.
En ambas, la recompensa es ‘Larga vida’. El mismo lenguaje que utiliza la Torá en la Mitzvá del respeto a los padres “para que te vaya bien”, lo utiliza nuevamente para esta Mitzvá.

Servir a Hashem con amor
Hay dos formas de servir a Hashem: por amor y por temor. Aquel que se conduce con temor, no puede lograr transmitir ningún tipo de enseñanza a sus hijos. Sin embargo aquel que lo hace por amor, demuestra el cariño que tiene por Hashem y sus Mitzvot. De esta manera produce en sus hijos un sentimiento de admiración y deseo de imitar ese modelo.
Rashi dice que debemos aprender cuán grande es la recompensa que Hashem nos otorga por el cumplimiento de las Mitzvot. La Torá dice que el que se abstiene de ingerir la sangre (siendo esto considerado por el ser humano como un hecho repugnante) será recompensado “él y sus descendientes”. Con mayor razón será recompensado, el que se abstiene de realizar actos prohibidos, que suelen ser deseados por el alma del hombre. Por ejemplo: robo o inmoralidad sexual.

El hombre es lo que come. El carácter de la persona es afectado y finalmente moldeado por su dieta. Al ingerir alimentos picantes, uno se convierte en irritable y temperamental, mientras que las comidas suaves son relajantes. Comer sangre transforma a la persona en insensible y hasta cruel.
Los hijos heredan los rasgos del carácter de sus padres. Cuando ellos evitan determinadas comidas, no sólo se benefician los padres sino también evita que los hijos hereden rasgos de carácter indeseables.
Lo bueno a los ojos del Cielo y lo correcto en los ojos del ser humano
La vida es una prueba. Hashem nos prueba constantemente. Existen dos caminos ante esta prueba. Uno es evitarla y tomar la transversal y el otro es enfrentarla y no transgredirla.
¿Cuál es el que más conviene?
Es preferible el primero: apartarse de la prueba. Ya que si opta por el segundo camino, que es enfrentarla, puede uno caer en la tentación y el deseo, careciendo de la capacidad y la fuerza para contrarrestarla. Sin embargo, si elige tomar el primer camino, se está asegurando llegar a la meta.
El Pirke Abot dice: ¿Cuál es el camino correcto que una persona debe elegir? Todo aquel que brinda honor a sí mismo, y también el reconocimiento y estima de la gente.

La explicación de esta Mishná es que la persona tiene que saber que lo que elija, no será solamente para sí, sino que influirá también en los demás.

Las huellas marcan un camino….
Había dos hermanos que una vez por año iban a una ciudad alejada donde había una gran feria donde poder comprar provisiones para vender y así sustentarse todo el año.
Al llegar el día en que comenzaba la feria, los dos hermanos partieron bien temprano en su carreta como todos los años.

En el transcurso del viaje se distrajeron y tomaron un camino equivocado que los llevó a perderse. Al darse cuenta que ya no tenían posibilidad de encontrar el camino correcto, decidieron volver a casa.

Entraron a su casa tristes y desesperanzados. Allí, se encontraba su madre, quien sorprendida nota que uno de sus hijos corre desesperadamente a su habitación. La madre se acercó y vió que su hijo estaba llorando desconsoladamente, por lo cual atinó a preguntarle el motivo de su comportamiento. El hijo le relató lo acontecido, demostrándose angustiado al saber que no tendrían la posibilidad de solventar sus gastos durante el año siguiente.

La madre lo trató de consolar, diciéndole que Hashem les mandaría de alguna manera, la Parnasá correspondiente.

Luego, al acercarse a la habitación de su segundo hijo, la madre notó que este lloraba aún más amargamente que el primero. Antes que su hijo emitiera palabra alguna, la madre le dijo que se había enterado de lo sucedido y que tuviera Emuná en Hashem, ya que de alguna manera iban a conseguir la Parnasá.

El hijo interrumpió a su madre y le explicó que su angustia no se debía a no haber podido llegar a la feria. Su malestar tenía que ver con que al equivocarse de camino, su carreta había marcado un sendero equivocado. Al ver las huellas de la carreta en el barro, muchos se equivocarían y seguirían por ese camino, pensando que era realmente el correcto.
Sin darse cuenta, uno va marcando un camino en la vida que otro automáticamente va siguiendo.

Debemos intentar marcar un camino correcto, para que así nuestros hijos puedan tomar por él y llegar finalmente al destino correcto.



SHABAT SHALOM!!

Rab Isaac Ruben Yacar

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