viernes, 5 de diciembre de 2008

PENSAR MAS ALLA DE MOMBAI‏

Nosotros sabemos bien que los extremistas musulmanes estan en guerra con otras civilizaciones. Nosotros sabemos tambien que hay una lucha entre los islamistas y los moderados por el alma del Islam. En lo que a menudo fallamos en recordar, de todas formas, es que aun hay otra disputa superpuesta dentro del Islam- entre los mundos sunnita y chiita. Pakistan, por ejemplo, tiene una historia de violencia sectaria entre sunnitas y chiitas de la epoca de los años 60. La semana pasada ataques terroristas coordinados en Mombai parecieron tener sus raices en Pakistan, donde los jihadistas sunnitas que siempre atacan a los chiitas ahora probaron que no hesitaran en masacrar a cristianos, judios, hindus o cualquier otro que ellos vean como una secta desviada. Todo esto resalta el hecho que debe convertirse en crecientemente relevante para la planificacion de la politica exterior de la inminente administracion Obama, tanto como para el proximo gobierno israeli: la linea entre el jihad dentro del Islam y la jihad contra los no musulmanes se esta volviendo mas y mas borrosa. Los observadores occidentales tienden a ver al mundo islamico en terminos monoliticos, asi perdiendo la linea basica de falla que caracteriza al mundo de 1.5 mil millones de musulmanes: la division entre la mayoria sunnita y la minoria chiita. Esa division, enraizada en el siglo VII por la sucesion de Mahoma, se esta volviendo cada vez mas saliente. Ninguna vision de la realidad estrategica en el Medio Oriente- y particularmente el rol de Iran- puede ser adecuada sin tomar esto en cuenta. El cisma sunnita-chiita fue avivado por la devastadora guerra del dictador sunnita arabe Saddam Hussein con el chiita no arabe Iran- y con sus propios ciudadanos chiitas arabes. El mismo cisma es, en gran medida, lo que yace en el corazon de la violencia sectaria en Irak hoy dia. Eso tambien explica la inseguridad de Bashar Assad de Siria, un pais que es mayormente sunnita pero desde 1970 ha sido gobernado por una pequeña secta estilo chiita conocida como los Alawitas.En el modo opuesto, el cisma dicta la dinamica politica en Bahrein, donde una minoria sunnita gobierna a una inquieta mayoria chiita. En Libano motiva el descarado intento de Hezbola por la supremacia chiita, y encuentra a Egipto y Arabia Saudita intentando proteger los intereses sunnitas enfrente de la continua intervencion siria.Desde 1989, la violencia fraticida sunnita-chiita ha tomado mas de 4000 vidas en Pakistan, un pais predominantemente sunnita que tiene la segunda mas grande poblacion chiita despues de Iran.La division sunnita-chiita tambien pesa en la cuestion del petroleo crudo arabe, desde que un 45% de las reservas de petroleo mundiales estan en territorio chiita.
Cierto, la rivalidad sunnita-chiita no es mas que un estrato en la excepcionalmente compleja y a veces indescifrable matriz de la politica islamica. Es tambien cierto que puede ocasionalmente ser superada, como cuando el Persa chiita Iran apoya a los arabes sunnitas de Hamas debido a que ambos comparten una agenda radical. Pero aun desde la revolucion irani del Ayatola Khomeini de 1979 en Iran, los establishments sunnitas de Cairo a Baghdad a Amman, temen un ascenso de la marea chiita.
Algunos califas sunnitas- especialmente en Arabia Saudita, hogar de la forma estrema wahabi del Islam sunnita- comenzaron a llamar a los chiitas una gran amenaza del Islam, mas que el Judaismo o la Cristiandad. El Rey de Jordania, Abdullah hablo ansiosamente de un "Chiismo creciente" alcanzando desde Beirut hasta Teheran. En Egipto, el pais del mundo arabe sunnita mas grande, Hosni Mubarak declaro un par de años atras que la mayoria de los "chiitas con leales a Iran y no a los paises donde estan viviendo".La alianza Saudi-Pakistani, que garantizaron los Taliban y jihadis en Kachemira, fue un matrimonio de conveniencia formado para contrarrestar la influencia chiita de Iran.Mas recientemente- y mas siniestramente- algunos estados sunnitas declararon su intencion de adquirir capacidades nucleares en respuesta a las ambiciones de Iran en tal direccion. Para tapar estas diferencias, Iran ha ofrecido compartir tecnologia civil nuclear con los sunnitas. Estamos viendo un nuevo alineamiento de los estados relativamente moderados sunnitas, como Arabia Saudita, Jordania y Egipto, desarrollandose contra los regimenes extremistas chiitas de Iran, Siria y Hezbolalandia (Libano).Al tener en cuenta la division sunnita-chiita incluso cuando pensamos en Pakistán y Mombai, nosotros registramos un fenomeno que amenaza con la desestabilización desde la India a Egipto.
Fuente: Jerusalem Post

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