lunes, 17 de mayo de 2010

Charly, en el Muro de los Lamentos‏


A punto de subir otra vez a escena, esta vez en un pub de Tel Aviv, el Barbie, donde también tocan las estrellas locales, Charly García hace con Clarín su balance de esta visita que, confiesa, lo conmovió más de lo que esperaba. "Fue el lugar más alejado al que llegué en toda mi carrera para tocar, y la verdad es que me partió la cabeza, la onda de la gente, la emoción de los argentinos que viven acá, los lugares". ¿Te lo esperabas? "Me lo venían diciendo, y lo empecé a presentir cuando llegamos, pero una cosa es cómo te lo imaginás, y otra es cómo lo vivís. No te das cuenta hasta que no ves a tanta gente junta llorando en Israel cuando tocás el Himno, o Canción para mi muerte. Eso me conmovió muchísimo".
Asegura que el miedo por venir a un lugar de conflicto no jugó papel alguno en su decisión. "No, no tuve miedo en absoluto. Por televisión , en la Argentina se ve sólo lo malo, que es lo mismo que pasa con la Argentina, con cosas que se ven desde afuera y después cuando mirás más de cerca te das cuenta que no son tan así".
En general, los judíos suelen mamar desde chiquitos lo que simboliza el Muro de los Lamentos, y al verlo por primera vez se emocionan hasta las lágrimas. A Charly, sin ser judío, le pasó algo parecido, al punto de sorprender a la gente de su propio equipo. "Fue algo muy raro", intenta explicar ahora el cantante. "Sentí una emoción muy grande, es como que te das cuenta de un montón de cosas, la historia, la sabiduría, me movilizó la energía que tiene ese Muro, es algo que la gente que no lo vive no lo puede entender porque a cada persona le pega de modo único, y a mí me pasó algo que no me había ocurrido jamás en mi vida".
Desde afuera no pareció que lo hubiera conmovido tanto el premio honorífico que recibió, cuando el Centro Shimón Peres por la Paz lo nombró Embajador de la Paz por la Juventud. "Al contrario", responde. "Fue una de las razones que me hicieron sentir unas ganas tremendas de venir. Recibir un premio siempre es importante, porque es un reconocimiento que tiene que ver con las letras, con la historia musical de uno, y eso es siempre un orgullo. Más todavía si tiene que ver con los derechos humanos".
A nivel operativo, el cargo que acaba de asumir Charly lo va a llevar al intercambio de información sobre las actividades y proyectos del Centro Peres por la Paz, centrados en promover el entendimiento entre palestinos e israelíes con vistas a la paz. "Más allá de eso, quedamos en que cuando yo vaya a tocar a Miami, o a otros lugares donde el Centro tiene participación, me van a proponer hacer cosas juntos", detalla.
Viniste a Israel transformado y eso se notó en el escenario. ¿Te vas más transformado todavía?
No, bueno, la transformación es un proceso, uno va tratando todos los días un poquito más, de ir mejorando, aportando creatividad y conocimiento, creciendo. Me voy habiendo vivido una experiencia increíble y con muchas ganas de volver a Israel en el futuro.


Kipá en el Muro de los Lamentos
La expectativa con la visita a Israel invadió a toda la banda de Charly. Al punto tal que decidieron llegar al país de la Biblia con algo que los distinguiera a ellos y que los uniera al lugar. De ahí a pensar en una kipá (solideo, el "gorrito" que se colocan los judíos en la cabeza) bordado con el logo de Say No More había un solo paso.
"Primero consultamos a rabinos en Israel para saber si no era ofensivo poner un logo en una kipá, y nos dijeron que no había problema. La hicimos, y fue muy loco ver a quince tipos, no precisamente judíos, en el Muro de los Lamentos con las kipót (kipá en plural) todas iguales, honrando el lugar", cuenta Fernando, el manager de García.
'Say no more' (No digas más) es una frase tomada de una película de los Beatles con la que Charly García se identificó, y pasó muy pronto de ser un chiste interno a un sello distintivo. La reminiscencia que el logo o su uso en un brazalete puede tener con el nazismo, hizo arquear más de un par de cejas en el Muro.
Por eso, podría resultar chocante la combinación del logo de Charly con uno de los símbolos más visibles del judaísmo. El propio García explicó más de una vez que su logo es justamente ese grito, que dice todo lo contrario: no al fascismo, no al nazismo.

Fuente: Clarin

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