domingo, 16 de enero de 2011

Campos de Gas en mares disputados

Los campos de gas Tamar y Leviatán pertenecen indiscutiblemente a Israel. Pero qué sucede cuando más son descubiertos en lugares donde las fronteras marítimas con los estados vecinos no han sido acordadas, como es el caso de Israel y Líbano?
Al oriente del mar Mediterráneo, se encuentra lo que puede ser uno de los mayores campos de gas natural del mundo. Dos de ellos, Tamar y Leviatán, ya han sido licenciados por Israel a inversionistas israelíes y extranjeros. La potencial bonanza económica plantea la cuestión de que países tienen derecho a participar en la bonanza y la forma en que será repartida entre ellos.
El derecho internacional establece que cada estado tiene derecho a explotar los recursos naturales del lecho marino, incluidos los yacimientos de petróleo y gas, hasta las 200 millas náuticas desde su costa. Cuando la distancia entre dos estados opuestos es inferior a 400 millas náuticas, los dos estados deben estar de acuerdo en una línea media entre ellos.
La distancia entre Chipre e Israel es de aproximadamente 260 millas náuticas. Un acuerdo aún no publicado fue firmado por los dos países en la delimitación de una línea media entre ellos. Esta línea permite que cada estado explote los recursos naturales del fondo marino hasta una distancia de aproximadamente 130 millas de su costa. Los campos de gas de Tamar y Leviatán se encuentran dentro de esta zona 130 millas.
Turquía ha planteado fuertes objeciones al acuerdo entre Israel y Chipre basado en el interés del país en garantizar que la república turca de Chipre del Norte también se beneficie de algunas de las rentas generadas por los campos de gas, aún cuando la región es adyacente a la costa de la República de Chipre (sureña greco-parlante).
La otra cuestión legal es delimitar la línea divisoria entre estados adyacentes; en este caso Israel y Líbano. La norma es que la línea marítima comienza donde la frontera terrestre llega al mar - es decir, Rosh Hanikra - y se extiende dentro del mar en una línea para conectar puntos que son equidistantes de las dos costas. A fin de garantizar una línea marítima trazada equitativamente, los rasgos geográficos particulares de las costas, tales como cabos y bahías deben ser tomados en cuenta. Como no hay dos líneas costeras idénticas, la delimitación de una frontera marítima requiere un acuerdo entre los dos estados.
Si bien los dos campos de gas Tamar y Leviatán están bien en el lado israelí de cualquier frontera marítima posible entre Israel y Líbano, es posible que los futuros campos puedan montarse a horcajadas de tal línea.
Por esta razón, es imperativo que Líbano e Israel definan un límite, pero hasta ahora Líbano no ha mostrado ninguna disposición a entablar negociaciones. Líbano tiene un interés vital en la explotación de yacimientos de petróleo y gas frente a su costa, por lo que es seguro asumir que va a querer llegar a un acuerdo sobre una frontera marítima ya sea explícitamente o por aquiescencia. Por otra parte, la inversión y explotación de los yacimientos de gas y petróleo está, obviamente, condicionada a poder ofrecer a los inversores un entorno seguro y estable.
En la costa sur de Israel, Egipto también ha llegado a un acuerdo con Chipre delimitando una frontera marítima común y Egipto marcó unilateralmente su frontera marítima con la Franja de Gaza. Israel también ha definido de manera unilateral una frontera marítima con la Franja, así en el futuro la Franja de Gaza también tendrá una sección en forma de cuña del lecho marino al que tiene derecho.
En el Golfo de Eilat, Israel ha firmado un acuerdo delimitando su frontera marítima con Jordania y tiene un entendimiento no escrito con Egipto sobre fronteras. Sin embargo, es poco probable que existan recursos explotables de gas o petróleo en el Golfo.
A pesar de recientes declaraciones belicosas por parte de Líbano, existe la posibilidad que el estado orientado a los negocios no quiera perjudicar su desarrollo económico futuro, lo que significa que una delimitación de mutuo acuerdo de la frontera marítima podría estar en el gasoducto.

El autor enseña derecho internacional en la Universidad Hebrea de Jerusalem y es ex asesor jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Este articulo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba.

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