LA 'DIMENSION DESAPARECIDA' EN LA POLITICA PARA MEDIO ORIENTE DE INGLATERRA

Jan. 19, 2011
Por MEIR ZAMIR

Documentos descubiertos revelan que la inteligencia británica se aseguró la colaboración de los líderes árabes.
Charles de Gaulle y David Ben Gurion acusaron a Gran Bretaña de tener una política conspirativa en el Medio Oriente. De Gaulle, quien encabezó el gobierno provisional de Francia después de la Segunda Guerra Mundial, acusó a Winston Churchill de idear deliberadamente la crisis de Siria en el verano de 1945 para desalojar a Francia del Levante y colocar a Siria bajo la tácita hegemonía británica. Ben-Gurión afirmó, tanto antes como después de declarar la independencia en mayo de 1948, que Gran Bretaña estuvo trabajando a propósito para evitar el establecimiento de un estado judío, o al menos reducir su territorio, y que en secreto alentó a los estados árabes a invadirlo.
En ambos casos, por falta de pruebas de archivos, los historiadores recurren a la psicología para explicar las acusaciones de ambos líderes "que según fue argumentado, derivaban de su "anglofobia","paranoia" y"obsesión"
con Gran Bretaña. También se alegó que las acusaciones de Ben-Gurión estaban destinadas a engrandecer los logros heroicos de los sionistas en 1948.
En la decada de 1980, dos historiadores británicos, David y Andrew Dilks Christopher, advirtieron a sus colegas que ignorar el papel de la inteligencia en las relaciones internacionales - lo que se define como la "dimensión desaparecida" - podría distorsionar la historiografía. Sus afirmaciones fueron ilustradas en un artículo recientemente publicado por este autor (La "Dimension Desaparecida": La Guerra Secreta de Gran Bretaña contra Francia en Siria y el Líbano, 1942-1945, Estudios del Medio Oriente, 46:6, 791 a 899), que examinaba el papel de la inteligencia británica, sobre todo el MI6, en la política árabe durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
El artículo proporciona más de 100 documentos previamente secretos sirios e ingleses obtenidos por la inteligencia francesa en Beirut. Los documentos, descubiertos en archivos franceses, sustancian las denuncias de De Gaulle, y arrojan nueva luz sobre las actividades encubiertas de los británicos en el Medio Oriente. Revelan que las agencias de inteligencia británicas desempeñaron un papel clave en formar la política de Gran Bretaña asegurando la colaboración tácita de destacados líderes nacionalistas árabes en Siria y Líbano después de ayudarlos a alcanzar el poder.
También revelan que los agentes británicos estuvieron detrás de la iniciativa destinada a integrar a Siria en una confederación hachemita dirigida por los iraquíes, o con Transjordania en una federación de la Gran Siria que iba a incluir a Palestina. Los documentos incluyen un acuerdo secreto del 29 de mayo de 1945 revelando que el presidente sirio Shukri al-Quwatli fue obligado a conceder tácitamente a Inglaterra una posición estratégica y económica dominante en Siria a cambio de su ayuda contra el ataque del ejército francés en Damasco (provocada por los mismos agentes británicos).
La afirmación de los sirios que su país fue el primer estado árabe en asegurar la completa independencia del dominio colonial por lo tanto es discutible. En este sentido, vale la pena citar un telegrama de 5 de noviembre de 1945 del ministro sirio en Washington a su ministro de Relaciones Exteriores en Damasco, refiriéndose a las declaraciones hechas por diplomáticos estadounidenses: "En cuanto a la influencia británica se refiere, el gobierno estadounidense pregunta: 'Reconocimos su independencia solo para que ustedes se pongan en las manos de Gran Bretaña?' Habiendoles recordado que Gran Bretaña nos ha librado de la opresión francesa, ellos me dijeron: 'Es eso liberación? Ellos los liberaron para usarlos ellos mismos. Gran Bretaña, bajo el pretexto de liberarlos de los franceses, quiere anexarlos.
No permitiremos que los sirios feudales vendan su país a la Gran Bretaña." Documentos aun a ser publicados de 1945-1947 indican que después de su éxito contra Francia en Siria, los agentes de inteligencia británicos, que gozabam aún de mayor libertad de acción en Medio Oriente, bajo el gobierno laborista, emplearon tácticas similares en contra del movimiento sionista.
De hecho, la "carta sionista" se convirtió en un instrumento fundamental utilizado por los agentes británicos en la obtención de influencia de su país en el mundo árabe jugando con los miedos árabes a las aspiraciones sionistas de un estado judío.
Fue explotada también para desviar la hostilidad de los nacionalistas árabes por Gran Bretaña y justificar la continua influencia de Gran Bretaña en el mundo árabe.
Constantine Zurieq, un diplomático de la legación siria en Washington, que más tarde se convirtió en un destacado intelectual nacionalista árabe y el primero en aplicar el término "nakba" a la derrota árabe de 1948, citó en un telegrama a Damasco, el 7 de noviembre de 1945, las advertencias de un funcionario estadounidense del Departamento de Estado: "Gran Bretaña desea explotar el conflicto árabe-judío, porque es la única forma de permanecer en Palestina para dominar a todos los países árabes. El gobierno estadounidense desea fuertemente encontrar una solución amistosa entre árabes y judios. Pero está convencido que las autoridades coloniales británicas harán todo lo posible para evitarlo, ya que Gran Bretaña desea que los incidentes empeoren en Palestina y haya desorden, donde el derramamiento de sangre tenga lugar."
Los documentos descubiertos en los archivos franceses obligarán a los historiadores, sobre todo aquí, a volver a examinar las afirmaciones de Ben-Gurion sobre el papel de Gran Bretaña en la guerra de 1948. Los historiadores deberían tomar nota de las advertencias recurrentes que "la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia".

El autor enseña historia de Oriente Medio en la Universidad Ben-Gurion del Negev.
Fuente: The Jerusalem Post- Este artículo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba