lunes, 17 de enero de 2011

UNA TRAGEDIA POCO DOCUMENTADA

Por SETH J. FRANTZMAN

El mismo odio que alimentó el asesinato de judíos en el Holocausto fue evidente en los asesinatos horrendos de la segunda intifada, argumenta Giulio Meotti.
Cuando hice aliá en el extremo final de la segunda intifada, fui sorprendido por la falta de monumentos a las víctimas del terror. Los palestinos y sus amigos en Israel llaman a esto la "presencia de la ausencia" cuando describen la falta de conmemoración de sus antiguas aldeas. Sin embargo, una mirada más cercana revela que hay una gran cantidad de pequeñas señales y recordatorios para las muy numerosas víctimas. Giulio Meotti, un periodista italiano, se ha propuesto hacer justicia a estas víctimas.
Este es un trabajo duro y necesario. Han habido pocos libros en Inglés que relaten la segunda intifada desde este punto de vista. Han habido aún menos que se atrevieron a examinar el sufrimiento infligido a través de los ataques asesinos.
Esto es principalmente debido al contenido. Es más fácil escribir una obra inflada acerca de niños palestinos llorando y su madre refugiandose en una tienda de campaña fuera de su casa en ruinas que supuestamente fue recién derribada por un tanque para hacer un camino más ancho. Es más fácil escribir acerca de soldados que lo que lo es acerca de autobuses explotados. Y, en general, los partidarios de Israel tienden a espantarse de lo sangriento, de la obsesión semi-pornográfica con la muerte y la carnicería, prefiriendo un diferente terreno moral alto.
El punto de partida de Meotti es que hay una línea que conecta a las víctimas del terror y a las víctimas del Holocausto. De ahí el título, al que muchos consideran desmesurado, un nuevo Holocausto.
Para él hay dos razones para trazar este paralelo.
La primera es que los que llevan a cabo el terrorismo estan a menudo motivados por el mismo tipo de odio anti-semita; "Hamas y Hezbollah, dos de las organizaciones terroristas que buscan la destrucción de Israel, llaman a los judios "cerdos", "cáncer" y otros términos que evocan una época oscura.
Pero el autor también dirige su argumento hacia Occidente, el cual él cree que ha traicionado a las víctimas del terror, "Por qué la historia de Ofir nunca es presentada como un ejemplo de lo que el odio étnico-religioso puede hacer ...? cada vez que muere un palestino, incluso un terrorista suicida, los periódicos hacen todo lo posible para publicar su historia y fotografías ... hoy en día en Occidente existe una conciencia culpable - indiferente ante el desfile de jóvenes palestinos poniendose en cinturones explosivos ... [Esto] ha borrado el destino de miles de israelíes asesinados debido a que eran judios."
Meotti intenta crear un monumento conmemorativo para aquellos que perdieron la vida a través de un gran número de viñetas. Muchas de las historias parecen extrañamente similares en su tragedia. Tomemos al cabo
Ronald Beer quien había "llegado de Rusia 14 años antes de ser asesinado." El deseaba ingresar al ejército porque "alguien tiene que protegerlos. Si yo no lo hago, quién lo hará?" Esta Gadi Rajwan, un inmigrante de Irak, quien empleaba a 70 árabes. Y está Nava Applebaum, hija de un inmigrante americano.
El autor pretende hacer hincapié en la humanidad de las víctimas. El les proporciona una historia, una historia y un futuro que fue truncado. Al igual que muchos otros el hace hincapié en cuán humanos eran ellos y cuán humana es la sociedad israelí en general: "Durante la segunda intifada, los hospitales israelíes siguieron prestando atención médica a pacientes palestinos. "Muchas de las víctimas son hijos e hijas o nietos de sobrevivientes del Holocausto. Muchas, al parecer, son inmigrantes. Muchas están en camino a casarse.
El libro de Meotti es perturbador, ya que es un poco desorganizado. No parece haber una gran organización de una viñeta a la otra. Pero el tema dominante nunca cambia: los judios de Israel merecen que sus historias sean contadas y aquellos que los han ignorado bajo la bandera del antisionismo son simplemente antisemitas en un traje nuevo. El autor no es siempre exacto en sus hechos. El destaca que hubo "86 israelíes [que] perdieron la vida durante la Primera Guerra del Golfo, muertos por misiles iraquíes, por pánico, por asfixia." - Esta es una exageración masiva - sólo dos israelíes fueron asesinados y 230 heridos. Cómo llego el a 86? Pero este ligero error puede ser pasado por alto, el ha proporcionado un testimonio importante para las víctimas del terror. Es una pena que no haya más como él.

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