Ene. 5, 2011
por Robbie Sabel
Qué hay en un nombre? El término general ONG es engañoso, es hora de distinguir entre las causas virtuosas y grupos que tienen agendas políticas censurables.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) tienden a ser percibidas por el público en general como grupos de ciudadanos con conciencia cívica que trabajan juntos en proyectos orientados a combatir la pobreza, salvar la ecología, ayudando a grupos minoritarios oprimidos o protegiendo la fauna silvestre. Pero que hay de los grupos de intereses egoístas políticos que también se enmascaran detrás de la categoría de ONG? El gobierno aprobó una propuesta para formar un comité para investigar las actividades y la financiación de las ONG de extrema izquierda. 15 organizaciones no gubernamentales emitieron una declaración conjunta condenando la iniciativa con la afirmación irónica: "No tenemos nada que ocultar."
Publicidad y expertos en relaciones públicas atraen a potenciales clientes, dándoles ejemplos de cambios de nombres de productos de gran éxito que dieron lugar a cambios en la percepción pública. Un ejemplo es el chocolate caliente, cuya antigua imagen era la de la bebida forzada para niños no dispuestos a la hora de dormir por una dura niñera. La comercialización de la bebida como "chocolate caliente" la transformó en una bebida sofisticada para adultos con connotaciones de lujo exótico.
Cambiar el nombre de lo que es esencialmente seguros de muerte a "seguro de vida" permitió a los vendedores de seguros comercializar el producto sin tener que mencionar la temida palabra que empieza con M.
Tal vez sería pertinente hoy en día agregar "grupos de interés" al léxico de los términos que han sido modificados para influir en la opinión pública. Los grupos de interés o grupos de presión juegan un papel importante en todas las sociedades. Florecen sobre todo en las sociedades democráticas y abiertas, permitiendo a grupos de personas con intereses similares propagar sus puntos de vista. Muchos de estos grupos representan actividades benignas o altruistas que van desde los derechos humanos a preocupaciones ecológicas, paseos por la naturaleza y ajedrez.
Sin embargo, como la mayoría de la gente está al tanto, estos grupos también pueden representar los intereses más nefastos, como los de las empresas de tabaco o de dudosa afiliación política. En las relaciones internacionales el término "grupo de interés" ha sido sustituido por las anodinas siglas ONG. La ONU tiene una lista de unas tres mil organizaciones no gubernamentales acreditadas algunas de las cuales son, en efecto benignas, pero muchas tienen claras agendas políticas.
Las ONGs acreditadas en la ONU incluyen al IHH (Insani Yardim Vakfi), la ONG turca que instigó la flotilla de Gaza, y el "Campáña Popular Palestina contra el Muro del Apartheid", cuya agenda política por lo menos es auto evidente. Sin embargo, la mayoría de las ONGs acreditadas en Naciones Unidas tienen nombres que sugieren la protección de los niños, los derechos humanos o preocupaciones por la salud. Enmascarados por nombres aparentemente inocuos son órganos políticos con agendas que son a menudo anti democráticas y anti-israelíes. Una gran parte de la campaña de deslegitimización de Israel es llevada a cabo por ONGs con agendas políticas. También son la fuerza impulsora detrás de conferencias sobre derechos humanos (como Durban de la ONU) que se convierten en festivales de odio a Israel.
Por naturaleza, los grupos de interés u ONGs carecen de transparencia y rendición de cuentas, y si la tienen es en todo caso sólo para sus miembros y patrocinadores financieros. La financiación de las ONGs proviene de donaciones privadas pero también de subvenciones del gobierno. La Unión Europea sola asigna unos 800 millones de euros anuales a diversas organizaciones no gubernamentales. La organización con sede en Israel "NGO Monitor" ha tratado de revelar públicamente la financiación de algunas organizaciones no gubernamentales anti-Israel, con diversos grados de éxito.
Las ONGs están aquí para quedarse en la escena internacional, pero tal vez sería útil que de vez en cuando fueran etiquetadas adecuadamente como "grupos de interés." Es hora de diferenciar entre los auténticos bienhechores y los grupos que mancillan al estado judío.
El autor enseña derecho internacional en la Universidad Hebrea de Jerusalem y es ex asesor jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Fuente: The Jerusalem Post- Esta nota fue traducida especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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