domingo, 2 de enero de 2011

EUROPA DETIENE A LA JIHAD

El miércoles, las autoridades danesas y suecas arrestaron a cinco hombres sospechosos de planear ataques al periodico Jyllands-Posten de Dinamarca (famoso por las caricaturas de Mahoma). En Rotterdam el fin de semana de Navidad, los funcionarios holandeses arrestaron 12 hombres presuntamente vinculados a la red islamista somalí Al-Shabaab. La policía británica la semana pasada detuvo a 12 hombres en Londres, Cardiff y Stoke-on-Trent, evitando lo que las autoridades dicen que hubiesen sido ataques contra la embajada de EE.UU. y la Bolsa de Valores de Londres, entre otros objetivos de alto perfil. Y a principios de este mes, un atacante suicida en Estocolmo logró matarse sólo a sí mismo cuando detonó sus explosivos antes de tiempo en una calle muy concurrida.
Esta serie de tentativas de ataques, y las posteriores fallas, son un recordatorio que la amenaza del terrorismo islamista sigue estando viva y siendo generalizada. Pero también es un recordatorio del valor del trabajo contraterrorista coordinado y agresivo. En los tres casos más recientes, las autoridades europeas se adelantaron a las tramas sospechosas. Varios de los detenidos han sido liberados desde su arresto, pero cualquiera sea el resultado, la serie de casos refleja la creciente experiencia de los servicios de seguridad interior en rastrear células terroristas, y el creciente grado de coordinación de inteligencia a través del Continente. En cuanto al aspirante a jihadista de Estocolmo, los suecos harían bien en preguntar por qué ellos fueron salvados por la incompetencia de Taimur Abdulwahab al-Abdaly, y no por sus redes de seguridad propias.
Lo que nos lleva a la segunda ventaja de la puntuación terrorista de este mes: Mientras el contraterrorismo occidental se hace más sofisticado, la capacidad de los terroristas parece estar deteriorándose. Consideren a al-Abdaly, cuya declaración de partida sugiere que fue educado por Al Qaeda en Irak; o incluso al fallido atacante de Times Square Faisal Shahzad antes que él, quien se entrenó en zonas de influencia tribal de Pakistán.
Que ningun hombre detonara una bomba con éxito nos dice algo acerca de las capacidades de Al Qaeda en regiones en las que alguna vez dominó. La presencia militar de Estados Unidos en Irak y sus ataques aéreos en Pakistán nunca han sido populares en Europa. Pero ambas campañas han degradado considerablemente la capacidad de liderazgo, conocimientos técnicos y formación de Al Qaeda.
Luego están las lecciones a no sacar. Ver a las policías británica, danesa, sueca y holandesa liderar los operativos de este mes podría tentar a algunos a argumentar que los sospechosos de terrorismo pueden ser manejados como delincuentes comunes. Eso es cierto sólo si dejamos de lado que estas "operaciones policiales" habrían sido imposibles sin los servicios de inteligencia de estos países.
El MI5 de Gran Bretaña, el IAVD de Holanda, la Sapo de Suecia y el PET de Dinamarca habían estado vigilando a las presuntas células terroristas por meses antes de avisar a la policía. La mayoría de los gobiernos europeos reserva alcance mucho más amplio para la detención preventiva de los EE.UU., independientemente de quién esté haciendo la detención.
Estos son puntos dignos de recordar para los libertarios civiles continentales que se preocupan por el intercambio de información con los EEUU. La semana pasada la Comisionada de Justicia europea Viviane Reding se quejó de "una aparente falta de interés por parte de EEUU a hablar seriamente de la protección de datos", mientras Bruselas y Washington negocian un acuerdo para compartir los datos personales de los civiles con fines antiterroristas.
Quejarse de supuesta omisión de Estados Unidos para proteger la privacidad civil se ha puesto de moda para una cierta clase polítoca basada en Bruselas, pero la experiencia reciente de Europa sólo subraya la importancia de una estrecha coordinación entre los servicios de inteligencia nacionales. Eso es igualmente cierto en lo que a EEUU se refiere.
Europa se anotó muchos puntos contra el terrorismo este mes, pero cuando se trata de seguridad, ningún gobierno es mejor que su última victoria. La Jihad sigue siendo un camino atractivo para miles de jóvenes musulmanes. Cuanto más demuestren los gobiernos occidentales que ese camino es un callejón sin salida, antes lo abandonarán los jovenes.
Fuente: The Wall Street Journal- Este articulo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba.

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