viernes, 14 de enero de 2011

Mensaje XL - Rab Isaac Ruben Yacar‏

8 de Shebat de 5771

13 de Enero de 2010

Encendido de las Nerot de Shabat: 20:00hs.
Shabat Finaliza: 20:50hs.

Perashá Beshalaj.



“Moshé contestó al pueblo: No tengan miedo. Manténganse firmes y verán hoy cómo Hashem los salvará a ustedes, porque los egipcios que ustedes ven hoy, nunca más los volverán a ver.” (Shemot 14:13)

La humillación:

La esclavitud de los Iehudím en Egipto era inhumana, duró decenas de años, siglos. Carcomía las emociones, los lazos sociales, los pensamientos y además lastimaba la luz de sus espíritus.
Más de doscientos años de humillación, desprecio a la vida, pérdida de identidad, falta de sentido vital, muertes, golpes, trabajos forzados, ataques de todo tipo marcaban intensamente las vidas de todas estas personas.
Una de la características que la denominaba a esa nación era "horno de fundición", alude a que con sus ardientes sufrimientos purificó y refinó a los Iehudím, quitándoles sus impurezas para dejarlos modelados y cristalizados como un pueblo listo para recibir la Torá.

El dilema…

En la salida de los Iehudím de Egipto, se le presento a Hashem un dilema: Por qué camino trasladarlos. Una era pasando la tierra de los pelishtim, y el otro era por el desierto.

Los dos caminos presentaban un lado positivo y otro negativo. Si viajaban por la tierra de los pelishtim, hubiera sido un viaje normal, donde iban a tener alimento y agua. A la vez se le presentaba el lado negativo que era la convivencia, entrelazarse con este pueblo e impregnarse de la negatividad.

La debilidad que poseían los Iehudím era muy grande. Cualquier influencia podía hacer mucho daño. Los Iehudím ya venían de cuarenta y nueve grados de impureza, y pudieron remediarlo, pero todavía no se confiaba que pudieran mantenerse.

La segunda opción era trasladarlos por el desierto que también cuenta con dos sentidos. El lado positivo es la soledad ya que todo lo explicado anteriormente sobre la parte negativa de los pelishtim, en el desierto no existe. El punto negativo presenta varias preguntas:

1) ¿Cómo es posible habitar en el desierto que es una tierra estéril y seca?

2) ¿Dónde iban a encontrar alimento?

3) ¿Cómo puede habitar un pueblo de tres millones de personas, hombres mujeres y niños en un lugar con esas características?

Ante estos dilemas, Hashem decidió que lo mejor era trasladarlos por el desierto. Las faltas lógicas de un desierto que son los alimentos y el agua, Hashem se los concedió mediante el mana y el Beer Miriam (La fuente de Miriam). Ante la problemática de las altas temperaturas, el frió y la lluvia, Hashem creó nubes especiales para esto, y los protegió con ellas de la contaminación de las demás naciones para hacerlos llegar a Eretz Israel.

La debilidad habitual de los Iehudim:

Al final Hashem decidió que lo mejor era que vallan por el camino del desierto, que era todo pureza, que por el camino de los pelishtim, que era todo lo contrario. El temor de Hashem era que se contagien de la impureza, luego de habérselas sacado de los mitzrím.

Acá vemos que los Iehudím no solo se encontraban debilitados físicamente, como explicamos anteriormente, sino que también espiritualmente, tanto que Hashem no quería que siquiera cruzaran dialogo con los pelishtim.

Los Iehudím de esa generación estaban habituados a la esclavitud; ellos no tenían la valentía ni la fuerza de ánimo de librar batalla a sus antiguos amos. El miedo los paralizaba a pesar del hecho de que su número era mucha más elevado que el de los mitzrím. (Rabí Iben Ezrá).

Pregunta el Iben Ezra con la siguiente afirmación: “Ustedes no van a hacer la guerra, solo van a ver la salvación de Hashem que les va a hacer el día de hoy”, y la pregunta es, ¿Cómo un campamento tan grande de seiscientas mil personas va a tener miedo de quienes los persiguen?, ¿Por qué no luchaban por ellos mismos y por sus hijos? La respuesta es que su autoestima estaba dañada ya que seguían viendo a los egipcios como amos luego de haber pasado todo ese agravio. Solo lograron escaparse de ellos, pero no pudieron hacerles la guerra.

Solo la Tefilá de Moshé fortalecía al pueblo de Israel y desde luego la mano de Hashem, que hizo milagros. Hashem tuvo que cambiar toda la generación que salió de Mitzraím, ya que no tenían fuerza para pelear, sino hasta que surgió una generación nueva, la generación del desierto que no vieron la diáspora y la esclavitud tenían una fuerza mucho mayor que la generación anterior.

Por eso el Iben Ezra explica que Hashem hizo que Moshé crezca en la casa de Paró, en el palacio, para que su espíritu este más elevado de lo normal, que aprenda estrategias dirigenicales.

También hay un comentario que dice que Iehoshuá Bin Nun, que fue dirigente posterior a Moshé, creció en el palacio.

En el momento del holocausto también vemos que los Iehudím estaban debilitados físicamente hasta el punto que temieron y no quisieron pelear, incluso cuando eran miles en contra de un solo soldado.

Autoestima:

La persona tiene que tener más seguridad en sí misma en todo momento, lugar, incluso con lo que dice. De este modo va a poder confiar en ella misma y poder triunfar en todo lo que haga. Pero una persona que desprecia a otra, tiene que saber que le está quitando la autoestima personal y que esta anteponiendo su sabiduría por la de la segunda persona. Es hasta tal punto de lograr causarle un daño muy grande, que sería que se rebaje a sí misma delante de otras personas. Lamentablemente le va a costar acceder al triunfo en su vida, y al medio social.

La manera de hablar puede transformar nuestra vida, así como los gestos y la expresión corporal que desarrollamos al relacionarnos con quienes nos rodean. En general, no estamos acostumbrados a considerarnos valiosos. Por lo tanto, es indispensable adquirir conciencia tanto de nuestras características positivas como de nuestros defectos.

El nivel de bienestar que somos capaces de experimentar, el éxito que podemos manifestar, cuan funcionales son nuestras relaciones, la creatividad que nos permitimos expresar, los logros que somos capaces de actualizar, y tantos otros aspectos de nuestra vida personal, están ligados a nuestra autoestima.

En lo más profundo de nuestro ser existe una imagen que nosotros hemos creado, que refleja la idea que nosotros nos hemos hecho de quienes somos como persona, y que tan valiosos somos con respecto a otros.
Esta imagen es nuestro punto de referencia con respecto al mundo que nos rodea, es nuestra base para tomar decisiones, y es nuestra guía para todo lo relacionado con nuestra vida cotidiana para gestionar en la vida.
La autoestima es esencial para nuestra habilidad de interactuar de una manera práctica y armónica en nuestras vidas cotidianas.

PENSAMIENTO ALUSIVO:

Las personas con alta autoestima no se sienten superiores a los demás; no buscan probar su valor comparándose con los demás. Disfrutan siendo quienes son, no siendo mejor que los demás.

Este Dibré Torá es para Refue Shelemá Le:

- MEIR BEN LETICIA

-JOAQUIN BEN RAJEL

-RENA BAT ADEL

-BEILE FEIGUE BAT ESTHER

-HARAB DAVID ITZJAK BEN MIRIAM

-IAFA JULIA BAT ESTHER

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