martes, 9 de marzo de 2010

DIPLOMACIA DE CHARLA CURATIVA‏

CARLO STRENGER
Published: February 25, 2010

EL MES pasado, la Secretaria de Estado Hillary Clinton causo una conmocion con comentarios que a primera vista parecian una redeclaracion de lo obvio- a saber, que las fronteras de 1967 entre Israel y la Autoridad Palestina, junto con algunos intercambios de tierra, deben ser el foco de las conversaciones de paz. De hecho, desde 1993, cuando fueron firmados los acuerdos de Oslo, la solucion del conflicto israeli-palestino ha sido clara: un retorno a las fronteras de 1967, con Jerusalem oriental como la capital palestina y, muy probablemente, alguna forma de involucramiento internacional en la Ciudad Vieja de Jerusalem.
Por que la conmocion? Debido a que para la Sra. Clinton y la administracion Obama, todo esto parece como un tema de unos pocos simples pasos. El enviado americano para el Medio Oriente, George Mitchell, ha dicho tambien, afirmando que un acuerdo final debe- y puede- ser alcanzado dentro de dos años. Bill Clinton hizo la misma presuncion con las reuniones cumbre de Camp David y Taba de los años 2000 y 2001, las que el parecio pensar podrian terminar el conflicto rapidamente. No es necesario decir, el fracaso.
El problema basico es que, como Bill Clinton, la administracion Obama cree que las dos partes son esencialmente racionales, actuando en sus propios mejores intereses, y que para lograr que el proceso despegue el mediador debe simplemente zanjar las diferencias. Ademas, esta claro para mi como psicologo que las dos partes estan estancadas en un trauma colectivo, para el cual la unica prescripcion es la terapia diplomatica.
El trauma es mutuo y de multiples capas. Los palestinos nunca han sido capaces de hacer duelo por lo que ellos llaman la Nakba, la expulsion de 750000 palestinos de sus hogares en 1948. Su ethos de liberacion nacional estuvo basado en la idea que todos los refugiados pudiesen retornar a sus hogares en Jaffa, Ramle y Lod. Dejar ir este sueño, una condicion para la solucion de dos estados, requiere un proceso de duelo que ha sido casi imposible por la humillacion de la ocupacion y la fuerza de la represalia israeli, culminando en la guerra de Gaza el año pasado.
El trauma no es solo de los palestinos: los judios israelies viven bajo un miedo a la aniquilacion que ensombrece cualquier consideracion de compromiso. Muchos criticos de Israel creen que tal declaracion es una tactica barata para justificar las ambiciones coloniales, pero correcto o incorrecto esta es la realidad de la psique colectiva del pais. Los israelies aun observan hacia atras los ataques de los ejercitos arabes en 1948, 1967 y 1973 como momentos en que ellos podian haber sido eliminados, y este miedo es revivido hoy por la posibilidad que Iran adquiera armas nucleares.
Esperanza por paz recibio golpes adicionales por los atentados suicidas de los años 1990s, durante el apogeo del proceso de Oslo; la segunda intifada; y los ataques con cohetes de Gaza luego de la retirada israeli del territorio en 2005. Detras de todo esto yace la memoria del Holocausto.
Peor, la inconciencia cultural del Medio Oriente esta estructurada por la historia de religiones monoteistas, con Jerusalem en el centro. La ciudad ha sido conquistada incontables veces, siempre en el nombre de la correccion eterna de una religion u otra. Estas mismas fuerzas estan presentes hoy en la derecha ideologica de Israel y en grupos extremistas islamicos como Hamas.
Los traumas colectivos de la region pueden llevarlo facilmente a uno a concluir que la situacion es desesperanzadora. Pero el proceso de paz continua siendo una posibilidad si no es visto como una intervencion racional sino como un curso de terapia que permitira a ambas partes trabajar a traves de aspectos emocionales de sus traumas, sueños y esperanzas rotas.
Primero, en vez de un calendario, los negociadores necesitan dejar el proceso abierto-terminado. Como en Irlanda del Norte, las partes auspiciantes, presuntamente los miembros del llamado Cuarteto- la Union Europea, Rusia, las Naciones Unidas y los EEUU- deben mantener una conferencia de paz permanente que se reunira hasta que un acuerdo sea alcanzado. Y el cuarteto necesita encontrar formas de comprometer a todas las partes en la region, sobre todo la Liga Arabe, pero tambien a Hamas y posiblemente, en algun punto, a Iran.
Segundo, el proceso debe dar espacio a las emociones, las cuales probablemente se manejen alto. Muy a menudo estas son reprimidas por el protocolo diplomatico, asumidas como irrelevantes o incluso contraproducentes. Al contrario, tal represion menosprecia la posibilidad de movimiento hacia adelante.
No sera facil. Las acusaciones iran desde la ultima ruptura del cese de fuego a las masacres de palestinos en Deir Yassin en 1948 y a la Masacre del Camino Costero de israelies en 1978. A veces, los reclamos teologicos sobre la Ciudad Vieja de Jerusalem retornaran sobre ambas partes.
Pero, es esencial que a las emociones se les de rienda suelta finalmente. Un proceso abierto-terminado permitiria a los palestinos expresar su furia y dolor acerca de lo que ellos han pasado y expresar su necesidad para que Israel reconozca su parte en la Nakba. En la misma forma que los pacientes progresan hablando acerca de sus traumas, un proceso terapeutico puede llevar a los palestinos a darse cuenta que ellos no han sido simplemente victimas pasivas, que ellos han tomado decisiones, que van desde el rechazo al plan de particion americano en 1947 a la utilizacion de atacantes suicidas desde los años 1990s, que han hecho retroceder la posibilidad de paz.
De igual manera, los judios de Israel necesitan ser capaces de expresar su miedo a que los arabes nunca acepten la existencia de Israel, y que la solucion de dos estados sea solo un paso hacia su destruccion. La diplomacia terapeuticalos ayudara gradualmente a aceptar su parte de la responsabilidad por la expulsion de los palestinos en 1948. En esta forma ambas partes pueden llegar a darse cuenta que aceptar la narrativa del otro y su punto de vista no significa aniquilacion.
El Sr. Mitchell conoce bien este tipo de proceso desde su tiempo en Irlanda del Norte. La pregunta es si la administracion esta dispuesta a asumir este desafio por el largo plazo. Si no lo esta, nosotros estamos para otra serie de fallidas negociaciones y el inevitable derramamiento de sangre que sigue.

Carlo Strenger, presidente del programa de psicologia clinica de graduados en la Universidad de Tel Aviv, es el autor de "El Yo Diseñado".
Fuente: The New York TImes

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