La Coyuntua Complicada del Medio oriente
EL PERIODICO (Guatemala) - 21/3/10
http://elperiodico.com.gt/es/20100321/domingo/143242/
“Si ni siquera pueden verse a la cara o darse la mano, no hay proceso de paz que avance”
Medio Oriente vive una coyuntura especialmente complicada. Las perspectivas de que israelíes y palestinos se sienten a la mesa a dialogar parecen distantes. De estos temas, conversó ‘elPeriódico’ con el analista político argentino Julián Schvindlerman.
Por: Beatriz Colmenares
¿Existen perspectivas reales de un acercamiento entre la Autoridad Nacional Palestina y el gobierno de Israel en este momento?
– La expectativa de paz está siempre presente en esta región, pero la coyuntura actual es complicada. La relación bilateral entre israelíes y palestinos está fracturada, a nivel político y físico. Gaza está en manos de fundamentalistas islámicos al servicio de Irán y Cisjordania, en manos de Fatah, una organización más moderada, la negociadora de los Acuerdos de Paz de [Oslo] 1993.
Pero de telón de fondo está un conflicto que ensombrece, desde la óptica israelí, al problema con los palestinos: la amenaza nuclear de Irán. Si bien la cuestión palestina es importante y requiere solución apremiante, en Jerusalén se entiende que las amenazas que van más allá de su seguridad nacional no vienen de Ramallah sino de Teherán. Irán es una teocracia fundamentalista liderada por una junta clerical que desde 1979 no oculta su deseo de destruir a Israel.
Lo cual se ha exacerbado con Mahmoud Ahmadineyad en el poder…
– Sí, pero hay que tener claro que Ahmadineyad es el equivalente a un director que responde a una junta directiva. Es quien gobierna y fue confirmado en elecciones cuestionadas, pero el régimen, además de afirmar que su intención es destruir Israel, niega el Holocausto y patrocina al terrorismo regional, se embarcó en un patrón de construcción ilegal nuclear que ha sido sancionada por la comunidad internacional. E Israel es el único país a que Irán menciona de forma explícita cuando hablan de destruir.
Sin tener tampoco una buena relación con Estados Unidos, por ejemplo.
– Sí, y en este contexto surge una nueva administración en Estados Unidos, que a mi modo de ver, de manera incorrecta, automáticamente hace hincapié en los asentamientos como un problema fundamental de la disputa palestina israelí.
Este tema ha sido sensible desde hace muchos años y la comunidad internacional condena desde hace tiempo la construcción de asentamientos en la parte este de Jerusalén…
– Esa es la impresion que se percibe. Pero hay una diferencia entre la administración de Barack Obama y las anteriores. Tanto republicanos como demócratas han condenado la construcción de asentamientos, pero Obama agregó una salvedad que agravó la situación.
No se estaba de acuerdo con la construcción de asentamientos, pero no se objetaba la expansión de los preexistentes, porque la población crece de manera natural. Lo que Obama hizo fue decir que esto tampoco iba a ser tolerado y la secretaria de Estado Hillary Clinton dejó clara de manera explícita esa postura.
Yo percibo este cambio como error, porque se da la señal al mundo árabe y a los palestinos que la responsabilidad del estancamiento del proceso de paz es de Israel, que no puede darle respuesta al tema. Puede no construir nuevos asentamientos, lo cual es política oficial, e incluso dictar una moratoria, como hizo el premier Benjamín Netanyahu al afirmar que se detiene la expansión 10 meses, algo que no tiene precedentes. Pero al exigir que se detenga la expansión natural, ponen al gobierno en un callejón sin salida.
Netanyahu no puede confrontar a los miembros de su frágil coalición sin que caiga el gobierno y se sospechó que la intención de Obama podía ser esa al considerar que no podía negociar con este gobierno. Sin embargo, creo que se trató simplemente de una torpeza diplomática.
De hecho, el vicepresidente Joe Biden, que visitó la región hace poco, pretendía relanzar las “negociaciones indirectas” ¿cuánto éxito podría tener una iniciativa en donde las partes involucradas no se sientan en la misma mesa?
– Hay quienes dicen que eso es mejor que nada. Pero si se pretende tener una expectativa real de paz, si ni siquera pueden verse a la cara, o darse la mano, no hay proceso que avance.
Yo creo que la torpeza diplomática de Israel fue gigante, al anunciar durante la visita de Biden la construcción de asentamientos sabiendo que Washington lo ve con preocupación. El propio Netanyahu fue tomado por sorpresa y se disculpó múltiples veces. Biden dio a entender que estaba superado el asunto, pero al día siguiente se le pidió explicaciones al embajador israelí en Washington y la secretaria Clinton habló durante 45 minutos con el premier israelí sobre este tema, lo cual es una muestra de la gravedad con la que Estados Unidos se tomó el asunto. Y en este contexto, [el presidente palestino], Mahmud Abbas, anunció que Irán está obstaculizando las posibilidades y de un acercamiento entre Hamas y Fatah.
¿Es factible que Hamas y Fatah logren acercarse, si Irán no se mete?
– No, es igualmente poco probable. Sin embargo, es de hacer notar que la percepción de los palestinos con respecto a Fatah parece mejorar, luego de años de pasar acusándoles de corrupción y lo cual permitió de algún modo, la emergencia de Hamas. Según varias encuestas hay más admiración en el pueblo palestino por el proyecto de Cisjordania que por el de Gaza en este momento.
Y en ese contexto, ¿no es contraproducente, por ejemplo, que Israel aísle a Gaza?
– No cabe duda que Hamas va a capitalizar con estas medidas, necesarias y justificables. Pero es de aclarar que nunca fueron diseñadas para maltratar a palestinos, sino para proteger a los israelíes.
Hay países que no tienen las amenazas de Israel y hay puestos fronterizos, vallas de seguridad y llegan a disparar contra quienes atraviesan las fronteras. Ejemplos sobran.
Pero en este caso, existe una situación real de terrorismo suicida y se adoptó una medida que fue traumática para los israelíes.
Israel tiene una minoría árabe de 20 por ciento. Y contra este gran sector de la población no existe discriminación. Y aunque las condiciones no son igualitarias a la perfección, hay funcionarios árabes de todo nivel.
La valla que ha sido tan cuestionada para separar a Israel de la Autoridad Nacional Palestina tiene un propósito defensivo, nada más. Antes de los Acuerdos de Oslo, los palestinos llegaban a Israel sin controles. No fue sino hasta que Hamas llegó a ser una fuerza política que se tuvo que tomar estas medidas, que sin duda causaron mucho daño en ambas partes. Pero no era ese su fin…
Regresemos al principio… ¿existen perspectivas reales de alcanzar la paz?
– En este momento son bajas. Las condiciones las estipuló Netanyahu el año pasado, cuando dijo estar de acuerdo, por primera vez, con la creación de un Estado palestino. Eso sí, Jerusalén, dijo, queda en manos a Israel. El derecho de retorno se realiza en territorio palestino y las fronteras no son las de antes a 1967. Ni una de las tres es aceptada por los palestinos.
Así las cosas, luce muy remota la posibilidad de alcanzar la paz. Pero también debe hablarse de qué cambios pueden adoptar los palestinos, y uno crucial es la educación a favor de la paz.
La sociedad de Israel es pacifista. Hay constantes manifestaciones para exigir al gobierno que se flexibilice la postura ante los palestinos. Hay asociaciones como Rabinos por los Derechos Humanos que velan por los derechos humanos de los palestinos. Pero no hay un solo movimiento palestino equivalente. Hace poco, se inauguró en Cisjordania una plaza en honor a una terrorista que mató a israelíes en 1978. Ella es una heroína palestina. Y no había ninguna necesidad de hacerlo en este momento. Baruch Goldstein, (quien mató 29 palestinos en 1994) no es héroe israelí. Y en las mezquitas de Cisjordania y Gaza o en sus textos escolares no se habla de paz. A Israel se le pide poner en riesgo su supervivencia. Pero los palestinos no dejan de educar para la guerra. A mi modo de ver este es el punto de partida fundamental.
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