viernes, 7 de enero de 2011

LOS OTROS ALEMANES

Noah Klieger
Published: 12.27.10, 00:06
Yo regrese de una gira de conferencias en Alemania; 20 conferencias en 11 dias en nueve ciudades diferentes. En los ultimos años la frecuencia de las invitaciones que recibo crece, y durante mis conferencias dedico mucho tiempo al despreciable y sadico comportamiento de la mayoria de los alemanes durante el Holocausto – los cientos de miles de asesinos de la juderia europea y las decenas de millones que estuvieron excitados por el exterminio en masa de los odiados judios.
Yo generalmente hablo ante publicos cuyos abuelos fueron aquellos alemanes. En el caso de chicos de escuela puede incluso ser un bisabuelo. A traves de mi historia personal yo detallo los crimenes e inhumanidad basica, y los publicos llegan en grandes cantidades y siempre me aplauden largamente.
Mi ultima reunion en Berlin, en visperas de mi regreso a Israel, fue organizada por la Fundacion Konrad Adenauer en la biblioteca publica de la capital alemana. Era una noche fria, -16º, con nieve apilandose en las calles y los pocos coches fuera teniendo problemas en hacer su camino a traves de ellas. Los organizadores esperaban un pequeño publico, como mucho, y yo tampoco esperaba mucho.
Pero la realidad fue diferente. El lugar de 90 asientos se lleno en minutos, y docenas de sillas tuvieron que ser traidas. Aqui tambien, el publico se sento y escucho atentamente mis palabras, y nuevamente aplaudio largamente. Como siempre, yo procedi a tomar preguntas. Yo respondi a dos mujeres, y luego un hombre se paro, de entre 40 y 50 años.
“Usted afirma,” dijo, y yo inmediatamente lo frene: “Yo no estoy afirmando. Yo estoy contando hechos.” El hombre continuo preguntando si yo vi camaras de gas con mis propios ojos, pero antes que yo tuviera tiempo de contarle acerca de la realidad que vi en Auschwitz y Birkenau, con las camaras de gas y hornos crematorios, muchos de aquellos en el publico se pararon y comenzaron a aullar “raus, raus. “Fuera” en aleman. El hombre no cumplio por supuesto, y entonces varios hombres se le aproximaron y lo arrastraron fuera a la fuerza mientras lo golpeaban.
A los lectores en la biblioteca que se preguntaban que era toda esa conmocion se les dijo que el hombre era un negador del Holocausto, y todos estuvieron felices de verlo arrojado fuera.
Esta es la primera vez que he visto algo como esto suceder en las docenas o cientos de veces que apareci en Alemania hasta ahora. La respuesta del publico a la provocacion me enseño que hay de hecho "otros alemanes."
Es cierto que incluso hoy algunos alemanes son antisemitas latentes. Muchos no estan dispuestos a creer que sus padres o abuelos de hecho asesinaron judios, y ellos no pueden expresarse solo debido a la ley que prohibe la negacion del Holocausto y la incitacion religiosa. Al mismo tiempo, mas y mas gente en Alemania esta comenzando a entender en los ultimos años lo que los alemanes de ayer hicieron al pueblo judio, y al mundo entero.

Fuente: Yedioth Ahronot

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