domingo, 20 de septiembre de 2009

NO ES OBAMA, SINO ABBAS‏

David Horovitz

No es del presidente americano de quien nosotros mas necesitamos escuchar. Es del lider palestino, aunque despues de la conferencia de Fatah es mas dificil que nunca creer que el tiene algo muy constructivo para decir.
La afirmacion ha estado ganando terreno en dias recientes que los israelies necesitan cierto tiempo de Obama.
El 44º presidente esta ahora casi siete meses en el cargo, el ha hecho su justa parte de trotamundos, incluyendo en esta region, y aun el no ha encontrado el dia o dos dias para visitar a la unica democracia aliada en el Medio Oriente.
No solo estamos nosotros ansiosos por recibir al presidente, dice el argumento que corre en una cantidad de editoriales de periodicos, sino que si solo Obama fuese a hablarnos directamente- como el hablo al mundo musulman en Cairo en Junio- nosotros lo entenderiamos mejor, y actuariamos en consecuencia. Como las cosas estan, dice esta linea de pensamiento, nosotros nos estamos sintiendo no amados, marginalizados, hasta irritados- y por lo tanto estamos clavandonos en nuestros pequeños tacones sionistas.
Bien, por supuesto que nosotros recibiriamos bien una visita presidencial. Solo hace algo mas de un año, cuando el candidato Obama hizo un breve viaje aqui, el recibio el trato de estrella de rock. La visita anterior, por parte de un lider nacional en servicio de buena fe, el serio primer ministro britanico Gordon Brown, fue completamente eclipsada por su arribo. Todos querian reunirse con el glamoroso nominado democrata. Todos los periodistas querian entrevistarlo. Todos los politicos de casi todas las franjas querian su foto con el... perdon, querian sostener discusiones esenciales con el.
Si el fuese a retornar, ahora, como lider del mundo libre, el interes seria aun mas intenso, el clamor por su atencion aun mas ferviente, y la alegria que el nos ha ahorrado algo de su tiempo aun mas irrefrenable.
De una pincelada, yo sospecho, el mismo hecho de su arribo comenzaria a rearmar algunas de aquellas encuestas de opinion que muestran que una desbordante proporcion de israelies consideran que su presidencia es de todo menos pro-israeli. Nosotros somos un pueblo volatil, entusiasta, y facilmente complacible. Cuando los lideres de las naciones arabes abrazan a los nuestros, nosotros hemos probado estar listos repentinamente para dejar a un lado decadas de bien fundadas sospechas y para correr, por la mañana, a una autentica insistencia sobre el compromiso territorial para la despertada causa de la paz. Si el presidente de nuestro mas amado y mas importante aliado volara al Aeropuerto Ben Gurion, reenfatizando el constante compromiso de su pais con nuestro bienestar, y pusiera su vision de nuestro camino para la estabilidad de largo plazo, nosotros lo aplaudiriamos, examinariamos cuidadosamente lo que el tiene para decir, y quizas aun cambiar nuestras actitudes... un poco. Pero la nocion que unas pocas palabras bien escogidas, dichas en nuestra casa dichas por un presidente articulado, carismatico, nos cambiarian fundamentalmente, y por extensionalterarian fundamentalmente la compleja mezcla de fuerzas que, a la fecha, estan frustrando el energico intento de Obama por revivir el proceso arabe israeli, es simplista y equivocado.
Debido a que esos son los hechos es que no es de Barack Obama de quien mas necesitamos ori los israelies. Es de Mahmoud Abbas- y un muy diferente Abbas, en eso, del que presidio la recien finalizada conferencia de Fatah en Betlehem.
Dia incendiario tras dia incendiario en Betlehem esta semana y la semana antes de esa, nosotros escuchamos de Abbas, y de sus colegas en el liderazgo de Fatah. Y el ruido no fue bueno.
Nosotros escuchamos la absurda acusacion que Israel, bajo el primer ministro Ariel Sharon, habia conspirado en el asesinato del predecesor de Abbas, Yasser Arafat. Esta es una acusacion perniciosa efectivamente- que los sionistas mataron al simbolo de la causa nacional palestina. Por consiguiente, un comite fue establecido, con aprobacion unanime, no para probar si Israel habia cometido el asqueroso hecho- esa ridicula afirmacion fue tratada como un hecho- sino mas bien como habia sido logrado.
Nosotros escuchamos discursos insistiendo en el derecho palestino a la "resistencia". Nosotros escuchamos discursos en defensa de las Brigadas Martires de al-Aqsa- los jefes perpetradores de los ataques suicidas con bombas de Fatah- una organizacion terrorista que se supone que la Autoridad Palestina habia desmantelado pero que fue re- apoyada con pompa como el ala armada de Fatah. Nosotros escuchamos promesas de crecientes "sacrificios" de Fatah en la causa de liberar toda Jerusalem, hasta que la ciudad "retorne a los palestinos vacia de colonos y asentamientos." Por comparacion con algunas de las resoluciones que sus colegas aprobaron, la direccion propia de Abbas a la conferencia fue relativamente suave- apoyando el "camino de la paz y negociaciones" y rechazando "todas las formas de terrorismo" aun mientras el reservaba el autentico derecho de los palestinos a la legitima resistencia como garantizado por el derecho internacional." Pero lo que nosotros hemos escuchado en general- lo que los publicos israeli y palestino escucharon en general- no fueron las armoniosas melodias de reconciliacion, sino la feroz y amarga retorica del conflicto y la confrontacion. Lo que nosotros escuchamos en general no fue siquiera la reticente aceptacion de la legitimidad de la soberania judia junto con la lucha por los derechos soberanos de los palestinos, sino la airada denuncia de un Israel cuyo reclamo de su propia capital fue rechazado y cuya mayoria demografica judia debia ser revertida por un flujo de millones de palestinos "retornados". Una visita de Obama podria bien ayudar a insistir junto con algun tipo de formula sobre la construccion de asentamientos que permitiria al actual gobierno israeli honrar su propia plataforma y al presidente americano salvar la cara. Pero la disconformidad convencional de Israel con los pedidos del presidente por un congelamiento de asentamientos no es una funcion de su itinerario de viaje libre de Israel hasta la fecha. Es, mas bien, una consecuencia de su haber presionado enfaticamente por un alto a toda la construccion- en Jerusalem y Ma'aleh Adumim tanto como los remotos asentamientos y enclaves aislados.
Dentro de una totalidad unica, la administracion Obama ha juntado aquella areas donde la mayoria de los israelies insisten que nosotros tenemos derecho a construir (en partes de Jerusalem a las que Israel extendio la soberania despues de la guerra de 1967), junto con areas que la mayoria de los israelies quisieran retener bajo un acuerdo permanente (tales como Ma'aleh Adumim y el Bloque Etzion), junto con areas de asentamiento que la mayoria de los israelies estarian preparados para entregar bajo un acuerdo permanente (docenas y docenas de asentamientos mas alla de la barrera de seguridad) y asentamientos menores que este gobierno decide que deben ser quitados (los enclaves ilegales).
Eliminando las distinciones entre estas categorias de asentamiento, la administracion ha galvanizado un mas grande cuerpo de oposicion israeli a un congelamiento que lo que hubiese resultado de un enfoque mas matizado- en el proceso socavando sus propios esfuerzos por fomentar el apoyo por el compromiso.
Ademas, presionando tan despiadadamente por un congelamiento mientras ha fracasado en lograr pasos significativos hacia la normalizacion de actores arabes claves tales como Arabia Saudita, ha dejado a los israelies encrespados y confusos. Por que, es muy ampliamente preguntado aqui, la administracion americana parece convencida que, si solo Israel congelara la construccion de asentamientos, sucederia armonia y paz, cuando tantos pronunciamientos palestinos y arabes hacen tan inevitable la conclusion opuesta? Por extension, si los EEUU estan tan mal dirigidos acerca de esto, cuanto de riesgo puede Israel realmente tomar con esta administracion mientras esta busca mediar un acuerdo?
Y que no haya dudas: Israel ya esta tomando riesgos de seguridad, en la forma de restricciones alivianadas sobre el movimiento palestino en Cisjordania, y en la forma de apoyo por la ampliada autoridad de las fuerzas de seguridad palestinas entrenadas por EEUU.
Una visita de Obama seria alentadora, bienvenida y casi seguramente constructiva. Israel seguramente estaria complacida de escuchar directamente al presidente. Pero la voz que nosotros necesitamos escuchar es aquella de Abbas- un Abbas hablando a su pueblo y al nuestro en terminos que el no emplea en la reunion de Fatah en Betlehem. Un Abbas contrarrestando la duplicidad de la afirmacion de Arafat al publico palestino que los judios no tienen derechos ni legitimidad aqui. Un Abbas explicando a su pueblo y al nuestro que estamos destinados a vivir juntos y que el se reunira con nosotros en el camino a un futuro mejor.
El problema es que se hace aun mas dificil de creer que Abbas es en verdad un lider palestino dedicado al compromiso cuando el, por su propia admision, tan burlonamente rechazo las aperturas de paz sin precedentes de Ehud Olmert. Se hace aun mas dificil cuando Abbas preside la relegitimizacion de las asesinas Brigadas Martires al-Aqsa en una conferencia que no hizo nada por avanzar en proyectos para la reconciliacion.
No obstante valiosas columnas y editoriales, ustedes ven, no es lo que el presidente no esta diciendonos directamente a nosotros lo que es mas preocupante para los israelies. Es lo que el liderazgo palestino esta diciendo, a su propio pueblo y a cualquier otro que este escuchando: por lejos mucho que es profundamente inquietante, y por lejos muy poco que engendre buena fe.
Fuente: The Jerusalem Post

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