jueves, 18 de marzo de 2010

UNA RARA MEZCLA, FUTBOL AMERICANO PROFESIONAL Y JUDAISMO JASIDICO‏


By SAMUEL G. FREEDMAN
Published: February 5, 2010
LOS ANGELES

Despues de la practica un dia de finales del verano de 1986, Alan Veingrad entro a los vestuarios de los Green Bay Packers, sintiendose tanto cansado como satisfecho.
Jugador no seleccionado de una universidad mediocre, el habia armado el equipo y luego algo. El domingo siguiente, dia de apertura de la temporada de la Liga Nacional de Futbol americano, el estaria en la ofensiva.
En su casillero, el Sr. Veingrad encontro el equipo normal, sus ropas de calle y fajina y un libro de juego. En un pequeño estante, yacia una nota de la recepcionista de los Packers. Llevaba un nombre que Veingrad no reconocia, Lou Weinstein y un numero de telefono local.
Solo en una nueva ciudad, muy ingenuo para ser precavido, Veingrad llamo. Este Lou Weinstein, resulto, manejaba un negocio de zapatos en Green Bay, Wisconsin. El justo habia leido un articulo en el periodico acerca de un jugador judio en los Packers, y queria conocer y dar la bienvenida a esa rareza.
Pocos dias despues, Veingrad se unio con Weinstein para el almuerzo en el club de golf del empresario. Alli el Sr. Weinstein invito al jugador a acompañar a su familia en los servicios de Rosh Hashana en Cnesses Israel, una sinagoga cerca del lugar del campo original de los Packers, el City Stadium.
Habia pasado mucho tiempo desde que el Sr. Veingrad habia pasado mucho tiempo en el shul, casi una decada desde su bar mitzvah. El conocia mejor la fecha del juego del lunes a la noche de los Packers contra los Chicago Bears que lo que conocia Yom Kippur. “Pero cuando yo escuche el hebreo,” recordo el recientemente de ese servicio en Green Bay, “Senti un empujon.”
Quizas fue un presentimiento, quizas fue el tipo de destino que el idish llama “goyrl.” Sea cual sea la palabra para ello, algo se puso en movimiento. Y algo llevo a Veingrad al Beit Jabad — un centro judio manejado por el movimiento jasidico
Lubavitch — cerca del campus de la Universidad del Sur de California aqui cinco noches antes del Super Bowl.
Un vuelo promocional anunciaba el tema de la noche como “Super Bowl a Super Judio.” Habia verdad en esa propaganda, el Sr. Veingrad usa ahora su nombre hebreo, Shlomo. El se puso una kipa negra y el tzitzit tradicional; el se puso el anillo del Super Bowl que gano en 1992 con los Dallas Cowboys y el reloj Rolex que fue un regalo de Emmitt Smith, la estrella del equipo.
El Sr. Veingrad encarna dos arquetipos judios que no se reunen a menudo. El es un ba’al guf, el hombre fuerte judio y el
ba’al teshuva, el que regreso a la fe. Mientras que dos boxeadores judios en el escenario hoy- Yuri Foreman y Dimitriy Salita — tambien son importantemente observantes, Veingrad bien puede ser el unico atleta ortodoxo de los deportes en equipo inmensamente populares en los EEUU.
“Yo creo que como jugue en la Liga Nacional de Futbol americano y tengo ese anillo entonces puedo compartir mi historia con otros judios", dijo Veingrad, de 46 años, durante el evento.
Durante el, el conto a un embelesado publico, "La Torah es un libro de juegos para como alguien puede vivir su vida."
Para los judios, abundantes como fanaticos pero no comunes como grandes jugadores, la visibilidad de un Shlomo Veingrad sirve tanto como rol reafirmante como catartico. Tener un judio para alentar- sea Hank Greenberg, Sandy Koufax o el novato de la N.B.A. el israeli Omri Casspi — “tiene mucho que ver con nuestro deseo de definirnos como americanos en la mayoria de la forma americana, que es deporte", dijo Jeffrey S. Gurock, profesor de historia en la Yeshiva University y autor de “El Encuentro del Judaismo con los Deportes Americanos.”
En un nivel mas profundo y ansioso, los judios americanos continuan tratando con el punto de vista estereotipado del judio como intelectual, raton de biblioteca, debilucho. Ese despreciativo retrato fue comun no solo para los antisemitas, sino tambien para los primeros sionistas, quienes imaginaron su "nuevo hombre" con su arado y rifle como antidoto para el "id de la gola", el judio del exilio incapaz siquiera de defenderse.
“Yo no pienso que aquellos sentimientos sean tan concientes como en generaciones previas, pero ellos aun tienen alguna resonancia", dijo el Professor Gurock en una entrevista telefonica. "Asi hay un orgullo residual de alguien logrando algo en este mundo muy laico de los deportes."
La historia que el Sr. Veingrad cuenta en unos 40 discursos anuales atestigua de un feroz espiritu competitivo. El comenzo jugando futbol americano en la escuela secundaria como un adolescente flacucho y alto en Miami, pudo obtener una beca escolar solo de una universidad de IIª Division, East Texas State, y fue llevado para sus primeros dos equipos de la Liga Nacional de Futbol americano.
Un año mas tarde, el fue llevado a los Packers, comenzando una carrera de seis años con Green Bay y Dallas. Desde la escuela secundaria a las ligas profesionales, el desafio los pronosticos con un riguroso programa de entrenamiento de peso y un despiadado estudio de tecnica.
Al retirarse, Veingrad llevo un enfoque e intensidad comparables a su emergente vida religiosa, que fue alimentada por Moshe Gruenstein, un rabino ortodoxo en South Florida, con quien el estudio la Torah por ocho años, y luego por varios rabinos de Jabad.
Entre aquellos que llegaron a escuchar su historia en la Universidad de South California, estaba Spencer Kassimir, graduado en estudios orientales asiaticos. “Yo maneje desde Orange County para obtener esto,” dijo Kassimir, mostrando a Veingrad una pelota oficial de la Liga Nacional de Futbol americano.
Veingrad obligadamente firmo con su nombre, su numero de uniforme y su mensaje: “Orgullo Judio!”

Fuente: extractado del The New York Times

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