lunes, 18 de agosto de 2014

ACTUALIDAD

COMO PERDER AMIGOS EN FACEBOOK

Fuente: Los Angeles Times- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba

Poco despues que Israel invadio la Franja de Gaza en el 2009, una amiga musulmana cercana que habia conocido desde la escuela primaria desaparecio repentinamente de mis contactos de Facebook. Ella habia estado excoriando a Israel en sus comentarios, y yo no habia dicho nada. Luego subi una estadistica mostrando el numero de misiles disparados por Hamas que estaban aterrizando en el sur de Israel, donde mi esposo tiene familia. Ese mismo dia, adverti que mi amiga habia escrito "Ay mi Dios!!" bajo mi comentario. Y luego desaparecio.
Con un par de toques frescos y borradores en las teclas y sin hacer preguntas (o al menos subirlas), ella me habia desaparecido de su mundo online. Años de amistad terminaron con un corte sin palabras y virtual.
Esa es la forma en que funcionan las cosas en los medios sociales.
Cuando mi esposo subio un video con una interpretacion sionista de la fundacion de Israel (esto en respuesta a un video animado propagandeando la version palestina de los hechos), un primo suyo cristiano, a quien el habia albergado en nuestra casa años atras, subio una diatriba cargada de insultos antisemitas en su muro. "Esta terminado!" mi esposo llamo a su iPad. El estaba todavia sacudido por una conversacion telefonica con su hermana en Ashdod. Un misil habia caido en su terraza. El primo obtuvo una explicacion antes de ser borrado, pero no obstante salio de la lista de "amigos" de mi esposo. 
Y al dia siguiente, mi esposo descubrio como se sentia. Despues de un acalorado intercambio sobre el conflicto con un amigo judio cercano simpatizante de la causa palestina, el fue el expulsado sin ceremonias.
Tal vez es hora de aceptar que Facebook es un medio pesimo para el debate politico. Las personas parecen estar mucho mas interesadas en hacer declaraciones en vez de hacer preguntas o buscar opiniones diversas. Por mucho que nos gustaria pensar que gozamos de los comentarios pluralistas con opiniones multiples, nuestros "amigos" tienden a ser aquellos con quienes concordamos. El resto, lo arrojamos. Un estudio reciente de la Universidad de Colorado Denver encontro que los "comentarios polarizantes" son una de las razones citadas en forma mas frecuente para desamigar a alguien en Facebook.
Yo no habia esperado esos comentarios.
Cuando me uni a Facebook seis años atras, fue como si alguien hubiera encendido un arbol de Navidad social en mi desolado living. Yo gane amistades en forma vertiginosa — principalmente con colegas pero tambien y muy entusiastamente con viejos compañeros de escuela. Habiamos sido todos parte de una comunidad de expatraidos tejida en forma apretada en Caracas, Venezuela, y yo imagine de inmediato a Facebook como un Eden de reconexion con ese pasado, donde mis antiguos mejores amigos para siempre de quinto grado seguiriamos nuestro breve intercambio de cortesias publicadas mutuamente con planes solidos para una reunion emotiva.
No hace falta decir que esto no sucedio con ninguno de mis viejos conocidos. Sin la dimension del contacto directo, eramos simplemente apariciones sonriendonos unos a otros desde fotos halagadoras. Me llevo un rato absorber lo obvio — no eramos los mismos niños cautivados por nuestros maestros y que hicimos amistades con promesas de sangre. Eramos padres y profesionales, casados y divorciados. Y algunos de nosotros eramos irreconociblemente politicos, especialmente siempre que recrudecian los hechos en torno a Israel.
Antes de iniciar sesion en Facebook durante el ultimo conflicto en Gaza, me preparaba para las opiniones en discordia que encontraria. Y eso era algo bueno. Estaban las acostumbradas condenas de Israel que hacian referencia al Holocausto. Estaban las desgarradoras fotografias de mi hermana sobre la destruccion en Gaza. Habia una amiga venezolana de la infancia defendiendo a las Fuerzas de Defensa de Israel.
Yo sume a la cacofonia con mis propios comentarios, los cuales revelaban mi apuesta en Israel
— el pais de mi padre, donde pase veranos escuchando a Simon and Garfunkel en el departamento de Jerusalem de mi tia. Esa misma tia habia sufrido una herida permanente en el ojo decadas atras cuando exploto una granada bajo su mesa en el restaurant en Jerusalem oriental.
La mujer que me desamigo era alguien que una vez me importo mucho. Soliamos expandirnos una en la habitacion de la otra despues de la escuela a fines de la decada de 1980, riendo de las peculiaridades de maestros y estudiantes. Su madre hacia el mejor kibbe en Caracas. Nuestros padres — ambos empresarios, uno israeli, el otro libanes — charlarian ocasionalmente en hebreo. A veces se encendian las diferencias personales y politicas entre nosotras, y de adultas tomamos caminos separados, pero siempre nos habia vinculado un afecto mutuo.
Facebook parece haber terminado eso. Cuando ella me arranco de su lista de amigos (una tarjeta conciliatoria que le mande por e-mail un año mas tarde no tuvo respuesta), prometi nunca subir nuevamente una palabra politica. He roto esa promesa en las ultimas dos semanas, pero infructuosamente.
El pantano entre Israel y Hamas no sera resuelto con comentarios destinados a una multitud estrechamente selecta de personas que comparten nuestras opiniones. En tiempos como estos, Facebook se vuelve un test Rorschach bizarro y cultural, donde los sujetos son bombardeados con videos de YouTube enviados por personas que estan esperando un "me gusta."
Para mi, se ha marchado la fantasia inicial de ser restablecida a mi clase de historia de 1983 con mi maestra favorita, rodeada por un puñado de estudiantes apasionados y competitivos — cristianos, musulmanes y judios — debatiendo cuestiones con buena voluntad y entusiasmo juvenil. Esto determinada a contentarme con las gracias medidas de la comunicacion online — los saludos anuales de cumpleaños, los "me gusta" en las fotos de nuestros hijos, el acuerdo colectivo de presenciar tentativamente los movimientos unos de otros de un año a otro en esta sala de espejos online. 
Luego estallara nuevamente la guerra, y, en la calma de nuestros corazones heridos, murmuraremos para nosotros mismos, "Que le corten la cabeza!" y tocaremos el boton de quitar de la lista de amigos.
Tal Abbady es una escritora independiente que vive en Madrid.

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