martes, 28 de diciembre de 2010

ESTA SEMANA EN LA HISTORIA: EL CASO DREYFUS COMIENZA

y MICHAEL OMER-MAN
12/24/2010

El 19 de diciembre de 1894, un oficial militar francés de origen judío fue llevado a juicio por traición a la patria en una prisión militar en París. El juicio, condena y exoneración final de Alfred Dreyfus se convertiría en uno de los eventos más influyentes en la historia moderna judía, el sionismo y el laicismo francés.
El caso empezó como un cuento clásico de lucha contra el espionaje. Un encargado de limpieza en la embajada alemana en París, en la nómina de la agencia francesa de contra-inteligencia, descubrió casualmente una carta que contenia secretos militares franceses en la basura de la embajada. Tras una investigación apresurada y muy defectuosa, Dreyfus, un capitán de artillería judío estacionado en la sede del Personal General del ejército francés fue acusado de traicionar a su país.
Ansioso por implicar a un "extraño" (un rico judio), el público y ejército franceses llevaron muy poco control del caso. La mayoría de las pruebas presentadas contra Dreyfus se demostró con el tiempo eran falsas y defectuosas, incluyendo un análisis de escritura a mano que apuntó al capitán de artillería. Tras el juicio de cuatro días, que concluyó el 22 de diciembre de 1894, Dreyfus fue despojado de su rango público con cánticos de "Muerte a los Judios." A pesar que las insignias oficiales estaban siendo arrancados de su uniforme y su espada siendo rota, sin embargo , Dreyfus siguió proclamando su inocencia y gritó, "¡Larga vida a Francia! ¡Viva el ejército! "Él fue sentenciado a cadena perpetua e incomunicación en una colonia penal lejana y desolada.
En ese momento, la mayoría de la opinión pública francesa estaba ansiosa por creer que Dreyfus era culpable. La unica campaña importante para revertir la falsa condena fue lanzada por la propia familia de Dreyfus, su hermano Mathieu tomando la iniciativa. Las fuerzas anti-semitas tuvieron también un papel decisivo en la condena pública de Dreyfus. El diario francés, La Libre Parole, fue particularmente condenatorio del capitán judío y se dice que ha tenido gran influencia en el propio juicio.
Finalmente tomaría 12 años para que Dreyfus fuera exonerado. En el camino, un nuevo investigador del ejército fue amenazado y despedido por tratar de traer luz a la verdad, el verdadero culpable (el mayor del ejército francés Walsin-Esterhazy) fue juzgado y erróneamente absuelto, y el famoso escritor francés Emile Zola fue condenado por difamación por escribir un editorial titulado, "J'Accuse" (Yo acuso), acusando a los dirigentes franceses de antisemitismo en el caso, todo antes que el asunto llegara a su fin. Las consecuencias históricas para la República Francesa y el pueblo judío, sin embargo, tuvieron un alcance mucho mayor.
Debido a la influencia de los católicos franceses y anti-republicanos en el caso Dreyfus, se convirtió en una fuerza impulsora en la separación entre Iglesia y Estado en la Francia moderna que ha llegado a ser una característica definitoria del Estado.
Otra consecuencia del juicio fue la influencia que tuvo en un joven periodista enviado a cubrir el asunto por el periódico de Viena Neue Presse Rreie. Mientras el asunto avanzaba, el periodista, Theodore Herzl, se convenció de la inocencia de Dreyfus. Para el futuro fundador del Sionismo, el asunto se convirtió en símbolo de lo que más tarde el describiría como "el problema judío."
Como resultado de ver la falta de respeto, el antisemitismo y la persecución enfrentada por los judios en primer lugar, incluso en los países a los que ellos eran leales y estaban asimilados en gran medida, Herzl comenzó a soñar con una solución a la difícil situación de los judios. El más tarde escribiría: "El caso Dreyfus encarna más que solo un error judicial, encarna el deseo de la gran mayoría de los franceses de condenar a un judío y condenar a todos los judíos en este judío ... En la republicana, moderna, civilizada Francia." La solución que el ideó para" el problema judío "fue el sionismo, su visión de un pueblo judío liberado viviendo en su propia tierra, lo que fue realizado con la creación del Estado de Israel.
Doce años después de su condena y exilio, en julio de 1906, Alfred Dreyfus fue exonerado y se le restableció su rango militar. Cuando la Primera Guerra Mundial estalló en 1914, Dreyfus, de entonces 55 años de edad, se ofreció a servir a su país una vez más, junto con dos de sus sobrinos. En los últimos tiempos, Dreyfus y su decidido patriotismo han sido honrados por el estado moderno de Francia. Una estatua encargado en 1985 sigue en pie en París y en 2006, el entonces presidente francés, Jacques Chirac, ceremoniosamente honró la exoneración de Dreyfus.
El caso Dreyfus sigue vivo como un ejemplo de la difícil situación de los judios y como una justificación para la necesidad del pueblo judío de su propia patria. Además, a menudo se hace referencia a el hasta este día en que judíos y otras minorías se encuentran en situaciones comparables. Desde la influencia que el asunto tuvo en el sueño de Sionismo de Herzl, a su papel en la laicización de Francia, el caso Dreyfus sigue siendo un momento de gran influencia y relevancia histórica en la historia francesa y judía.
Fuente: The Jerusalem Post- Este articulo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba.

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