viernes, 31 de diciembre de 2010

LA DISTORSION DE KISSINGER

Por Gal Beckerman
martes, diciembre 28, 2010

En su articulo de opinion el domingo, el ex secretario de estado Henry Kissinger se disculpo por los comentrios "indudablemente ofensivos" que hizo 37 años atras acerca del destino de los judios sovieticos, comentarios que recientemente salieron a la luz con la revelacion de cintas por parte de la biblioteca presidencial Nixon. Pero al intentar explicar el contexto historico de sus palabras, Kissinger presento un punto de vista menospreciativo del movimiento de la juderia sovietica como un irritante inefectivo. Esto distorsiona el importante rol que tuvo en la Guerra Fria. El movimiento fue una lucha de 25 años para forzar a la Union Sovietica a permitir la libre emigracion de los judios que iban a ser discriminados y a quienes se les iba a quitar sus derechos culturales y religiosos. Finalmente hizo del tema una parte inseparable de la relacion americano-sovietica y contribuyo a la desaparicion de la Union Sovietica.
En la cima de su exito, este movimiento fue tambien una fuerza politica que gano la aprobacion de la Enmienda Jackson-Vanik en 1974, la cual forzo a los sovieticos a quitar todos los bloqueos a la emigracion si ellos querian recibir el status de nacion mas favorecida por el comercio con EEUU. Aunque los sovieticos finalmente rechazaron estas condiciones y el acuerdo de comercio que las acompañaba una vez que fueron votadas como ley a fin de 1974, la enmienda empujo este tema de derechos humanos hacia el centro de la Guerra Fria. Las fuertes protestas del movimiento, presion dura y persistentes campañas para dar a publicidad su causa finalmente hicieron del hecho de salvar a la juderia sovietica un objetivo de la politica exterior americana. Para 1987 uno de los sucesores de Kissinger como secretario de estado, George Shultz, asistiria a un seder de Pesaj en Moscu con activistas judios en medio de reuniones con Mikhail Gorbachev, el entonces secretario general del Partido Comunista en la Union Sovietica.
Kissinger escribio que a traves de la diplomacia silenciosa el se las arreglo para sacar a "mas de 100000" judios durante el primer mandato de Richard Nixon y que campañas tales como la Enmienda Jackson-Vanik de hecho obstaculizaron la inmigracion, la cual nunca nuevamente alcanzo tales niveles hasta el colapso de la Union Sovietica.
Fue de hecho a principios de los años 1970s que los sovieticos comenzaron a dejar salir a una cantidad importante de judios. Pero contrariamente al recuerdo de Kissinger, y de acuerdo a cifras de emigracion confiables recogidas por el gobierno israeli, el total para el primer mandato de Nixon (1969-72) no fue mas que 45000. Y no hay evidencias que indiquen que esto fue el accionar de Kissinger o Nixon. La decision de comenzar a permitir a algunos judios partir llego en respuesta a los juicios de Leningrado de diciembre de 1970. Los sovieticos habian sentenciado a dos judios a muerte por participar en un complot para secuestrar un avion y hacerlo salir del avion. Las protestas mundiales en nombre de los hombres, que habian actuado por desesperacion despues que les fueran rechazadas las visas de salida, forzaron a la Union Sovietica a conmutar sus sentencias y comenzar a repensar su politica de emigracion de linea dura.
Mas que cualquier acuerdo diplomatico entre bambalinas, fue la presion de un creciente movimiento la que provoco el cambio de emigracion sovietica. Un caso en punto fue la decision en 1973 por parte del presidente sovietico Leonid Brezhnev de quitar un "impuesto al diploma," el que exigia que los posibles emigrantes reembolsaran al estado sumas prohibitivas por su educacion. En una reunion del politburo ese marzo, Brezhnev dijo sin rodeos a sus colegas, "En este momento en particular, en que los sionistas han incitado una campaña alrededor de la Enmienda Jackson y alrededor del proyecto de ley concediendonos status de nacion mas favorecida, tenemos que dejarlos salir."
Despues que la enmienda aprobada como parte de una ley de comercio y relaciones economicas en 1974 con los EEUU fue vinculada con la emigracion judia, los sovieticos tuvieron que enfrentar este tema cada vez que querian una reaproximacion con Occidente. Solo en 1979, una cantidad sin precedentes de unos 51000 judios sovieticos tuvieron permitido partir - un hecho que Kissinger no menciono. Ese año, los sovieticos, sufriendo de una mala cosecha, estaban esperando asegurarse un acuerdo de granos. Ellos tambien querian que el Congreso ratificara una rondade conversaciones de limitacion de armas. Jackson-Vanik les habia enseñado que si querian algo de EEUU, la mejor forma de obtenerlo era dejar salir a los judios.
Cuando Gorbachev llego al poder a mediados de la decada de 1980 e intento salvar a la Union Sovietica de la ruina economica, el entendio que el tambien necesitaria reformar su sociedad, incluida la apertura de puertas. "Nosotros tenemos que resolver la cuestion judia, la mas candente entre los problemas de derechos humanos", escribio en su diario en 1986 Anatoly Chernyaev, el mas cercano consejero en asuntos extranjeros de Gorbachev. Despues de dos decadas de presion, el rpecio que los sovieticos tendrian que pagar estaba claro. Con Gorbachev ansioso por la ayuda economica norteamericana, el exodo comenzo. El dejo salir a 71196 en 1989, 181802 en 1990 y 178566 en 1991 - todos antes de la desaparicion de la Union Sovietica.
Kissinger descarto la idea que este movimiento tuvo algun rol en desenmarañar a la Union Sovietica. Pero hizo precisamente eso haciendo de los derechos humanos una parte no negociable de cualquier reforma. Esta demanda- de permitir a los ciudadanos abandonar libremente su pais- amenazo la existencia del imperio comunista casi tanto como la fundicion de su modelo economico. Armo a los ciudadanos sovieticos con la mayor arma contra su cerrada sociedad: la oportunidad de votar con sus pies y partir.

La autora es periodista en Forward. Su libro, "Cuando ellos vengan por nosotros, ya no estaremos: La lucha epica para salvar a la juderia sovietica", fue publicado en septiembre
Fuente: The Washington Post

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